Nuestras instituciones, nuestra democracia y nuestra madurez institucional están como nunca a prueba, el derecho a elegir y ser elegido como derecho fundamental, el derecho a participar en la democracia, la fortaleza de los partidos y la madurez de las instituciones interactúan en un escenario volátil, caldeado, donde los extremos y orillas se miran con desconfianza; algunos alimentan ideas de complots imaginarios o talvez con alguna probabilidad, otros aprovechan la fina pluma o sus tribunas con micrófonos y audiencias cautivas para desde muchos ángulos colocar en duda las instituciones, casi todas, generando mayor fractura en la confianza que con posterior a la pandemia, paros y bloqueos, quedó fracturada.
Es verdad que pudiésemos estar alterados en las formas como tramitamos nuestras diferencias o incluso cómo reaccionamos, puede ser cierto que no tenemos la más veloz y proba justicia, pero funciona, y la hacen funcionar miles de funcionarios dedicados, comprometidos y honestos, que se paran orgullosos a ser parte de las soluciones, miran a sus hijos a los ojos y saben que construyen país y justicia desde sus roles de investigadores, Fiscales, Jueces y Magistrados, podrían ser mejores seguramente, pero funcionan y tienen vocación de poder reformarse y ser más eficientes, así como registradores garantes de la democracia, quienes se la juegan mostrando cariño, afecto y orgullo por su construcción de país y saben de la enorme responsabilidad que tienen en el rol de transparencia y pulcritud, para que no se permitan dudas sobre los resultados y que lo que está en juego es el futuro legítimo de la democracia los órganos de control e investigación en sus muchas esferas y roles, para buscar el análisis e investigación preventiva, pues deberán redoblar esfuerzos, aguzar el análisis y estar prestos a actuar de manera ágil y eficiente en su función de Transparencia y garantes en el marco de sus funciones para de esta forma desvirtuar rumores, visiones y dudas que minarían la capacidad de gobierno y margen de decisión de un futuro electo Presidente y su Gabinete Ministerial.,
También allí en el centro de la democracia, una ciudadanía, una masa analítica, emocionada, con intereses y ganas de participar en la fiesta democrática, ese es el núcleo de nuestro sistema el ciudadano que vota, elige, escoge a quien su razón, sus ideas y sus anhelos le dice que es quien más lo representa en su visión de país. A ellos se les invita a participar activamente, a acudir en sede de democracia, a hacerse contar con toda la diligencia, orden y energía, que el futuro de un país y el de las generaciones próximas necesita.
Se requiere máxima participación por el del gusto de cada cual, pero participar para que sea el gobierno de “las mayorías y no la tiranía de las minorías“ sobre las mayorías, eso legitima el sistema democrático y por último los garantes y soportes de la democracia, los que son apolíticos, a quienes se les veta el derecho sagrado al voto pero se sacrifican más que nadie por la democracia, los policías y soldados de Colombia, los que garantizan el fiel de la balanza, el ojo vigilante de caminos, trochas, ríos, caseríos, pueblos, veredas y ciudades, donde se moverán los colombianos a hacerse contar y ellos los cuidarán incondicionalmente como siempre las urnas, los votantes, los jurados, harán cumplir con honor los resultados transparentes de las decisiones de las mayorías. Gracias a esos hombres y mujeres por su entrega e imparcialidad, entendemos su responsabilidad y aplaudimos su grandeza.
Creo que el sistema de pesos y contrapesos está muy bien diseñado y debemos de confiar en él y apostar por que se cumplan las funciones, se vote a conciencia y se elija a quien el pueblo designe una oportunidad de fortalecer la democracia, mostrar nuestra madurez y demostrar la cultura, educación, ser político ponderado y prudente, vigilante, PERO FIRMADOS EN VOCACIÓN DE PAZ PORQUE ESTÁ DEMOCRACIA TIENE FUTURO Y ESTAMOS COMO NACIÓN OBLIGADOS A DEMOSTRARLO CON LAS ACCIONES.
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