Para los lectores de Al Poniente que de pronto no lo conocen, cuénteles un poco de quién es usted y por qué se está lanzando a la Cámara de Representantes por Antioquia?
Bueno, soy Alejandro Toro. Soy una persona de 45 años, antioqueño de nacimiento. Nací en el barrio Medellín, he vivido en Ebéjico, en el Carmen del Viboral, en Manrique, muchos años en Caicedo la toma; y fuera de Antioquia también he vivido en Bogotá, en Manizales, Arauca, y en Argentina.
Me he dedicado durante los últimos 15 años a trabajar por la paz en Colombia, por las garantías de no repetición y la reconstrucción del del tejido social y de la paz territorial.
He estado en los territorios más alejados, inclusive, de esta Antioquia; una Antioquia pujante y que se nos ha vendido como líder a nivel nacional, pero que tiene territorios muy olvidados y alejados.
También tuve la posibilidad de acompañar el proceso de paz en La Habana como organización social; y también tuve la posibilidad de acompañar, de tejer puentes, en el proceso con el ELN en Quito hasta que se congeló el proceso y los miembros del ELN fueron a La Habana y se quedaron allá.
Me lanzo a la Cámara de Representantes debido a 3 momentos que tuve en mi vida:
El primero: Estaba trabajando con el Ejército en Arauca, yo en ese momento no había tenido contacto con el conflicto armado, y un día llegó una niña de 14 años despedazada, y dijeron que era una guerrillera que había muerto en un bombardeo… ¡ese momento para mí fue muy fuerte! ¿Cómo era que esa niña de 14 años era mala, y nosotros éramos buenos? ¿En qué momento nosotros habíamos llegado a ese instante? Esto me llevó a tratar de entender el conflicto armado por causas políticas.
El segundo: Estaba en Argelia dictando unas conferencias en el año 2007, y hay un paro armado que duró 15 días…un viaje de 2 horas terminó siendo de 15 días encerrado. El caso es que en ese momento un muchacho me dijo: “hermano, dejé de hablarnos de humo. Aquí el que no es guerrillero, soldado o paraco, no sale de este pueblo. Esto me hace tomar la decisión de ya hacer algo, y por eso fundé la corporación para trabajar en esas zonas alejadas.
El tercero: Este es el que me lleva a tomar la decisión de participar en algo electoral, y es cuando perdemos el plebiscito (sic). Y uno ve ese mapa de calor, y ve que quienes terminaron votando “No” estaban en la ciudades, pero que esos 8 millones de víctimas estaban en las zonas rurales; y las decisiones se estaban tomando en Bogotá. En ese momento yo digo que tenemos que ir al lugar en donde se toman las decisiones.
Si bien Antioquia, con 17 escaños, es el segundo departamento con mayor número de curules en la cámara baja del Congreso, sus electores se han demostrado históricamente reacios a confiar en proyectos políticos de izquierda. ¿Cómo piensa generar confianza en los ciudadanos para que lo acompañen a usted y a la lista con los votos necesarios para llegar a ocupar una de esas curules?
Bueno. Así cómo creamos la fundación para hablar de paz, cuando hablar de paz era ponerse una diana en el pecho, llegó un momento en donde la paz estaba de moda: todos querían hablar de paz, todos querían tomarse la foto con la camisa de la paz. Pero nosotros llegamos cuando hablar y hacer paz era muy complejo por los riesgos que se corrían.
Así que trabajar en habientes hostiles y difíciles para mí es algo natural. Así que trabajar en un tema por los proyectos alternativos en Antioquia, y en Medellín, es sentirme en mi salsa. Yo me siento feliz tratando de convencer gente y de enamorar gente que no cree en este proyecto.
Eso sí, sé que este contexto es muy diferente al de hace 4 u 8 años para hablar de un proyecto político como el Pacto Histórico. Hoy, que hemos recorrido los territorios, puedo decir que lo que uno nota en la gente es completamente diferente: la gente quiere cambio; inclusive, hablan más de cambio que de Gustavo Petro. Es muchísimo más grande el deseo de transformar, que algo distinto suceda, al mismo partido político como movimiento.
Así que yo creo que estamos en un contexto muy especial que nos aguarda aquí en Antioquia, y es el momento del cambio y es el momento de las manifestaciones; es el momento de lo que sucedió en México, de lo que acaba de suceder como consecuencia de las manifestaciones de las chicas y los pelados en Chile con Boric.
Candidato: usted ha mencionado que es importante el contexto, y digamos que el contexto que se vive en este momento en Medellín y en el Área Metropolitana es uno político en donde el actual alcalde consigue en las elecciones pasadas la votación histórica más grande que había conseguido un alcalde, pero paradójicamente es el alcalde que plausiblemente ve con más cercanía un proceso de revocatoria. Ha usted se le ha visto y ha expresado públicamente que es muy cercano al alcalde Daniel Quintero Calle y a su círculo íntimo, quienes han gobernado a Medellín desde el año 2020. ¿Cree que le puede salir “el tiro por la culata” convenciendo a sus electores, teniendo en cuenta lo resistido que ha sido por gran parte de los medellinenses este gobierno municipal?
Lo que pasa es que se ha ido alimentando un discurso, desde ciertos grupos políticos, de que la polarización es mala; pero lo que se les olvida es que la polarización es algo necesario.
Históricamente, la polarización ha servido para que se generen las transformaciones. No lo digo yo, lo dijo Hegel: tesis, antítesis, síntesis.
O sea, siempre es muy importante que haya dos puntos de vista, y creo que lo que sucede con Daniel Quintero─con quien no soy tan cercano, mas sí con su grupo íntimo─, es muy similar a lo que viene sucediendo con Gustavo Petro.
Gustavo Petro representa realmente una polarización de un modelo diferente al que venía. Si le quitamos el tema paz, de cómo se soluciona el conflicto, casi que el modelo económico, político y social de Juan Manuel Santos es muy similar al de Duque, y es muy similar al de Álvaro Uribe Vélez. Lo que hoy se presenta con Gustavo Petro es algo completamente diferente, y es lo que representa el Pacto Histórico.
Y Daniel Quintero también representa algo diferente a un modelo de ciudad que era construido por los empresarios y ponían al alcalde, quien se dedicaba a tener su popularidad en el 80% pero no tocaba ese modelo económico que había coptado gran parte de la ciudad.
Entonces yo considero que eso juega a favor…uno lo nota en las calles, y viajando por el país y por Antioquia, se da uno cuenta de que la concepción de lo que ha hecho Daniel Quintero es impresionante: el cariño que le tiene la gente, cómo ven en él un adalid que lucha contra la corrupción (sic). Y todo esto antes es super bueno, nos lleva a otro nivel.
Candidato, dejemos de lado lo electoral, y vamos a lo del fondo: ¿qué le hace falta a Antioquia que usted le pueda aportar desde el Congreso?
Digamos que hay muchas necesidades en Antioquia que no logramos percibir, y es porque en Antioquia tenemos 125 municipios, 9 subregiones, 6’679.930 antioqueños. O sea, es muy difícil que a mí me quepa en la cabeza los problemas de todo el departamento, pero eso, digamos, no va a evitar a que nosotros tratemos de escuchar todas esas problemáticas.
Sin embargo, ya como representante, sí tengo que ir con una bandera, y esa bandera en mi caso es la paz: la implementación de los acuerdos que, como dijo Gustavo Petro, es una paz chiquita no por insignificante, sino porque le faltaron muchas cosas como el sistema financiero, la democratización de los medios productivos y demás.
Entonces, la implementación de los acuerdos, la reapertura de las conversaciones con el ELN, unos planes de conversaciones y sometimientos con grupos paramilitares y bandas delincuenciales, creo que generarían un efecto dominó de transformación de los territorios; sobre todo esos territorios en Antioquia en donde no tienen acceso a ese Estado.
Candidato: usted toca un tema muy importante para el próximo periodo constitucional legislativo y para el próximo Gobierno, que es la implementación de los Acuerdos de La Habana y lograr que otros grupos armados hagan el tránsito hacia la desmovilización, hacia la legalidad. ¿Cómo hacerle seguimiento a eso efectivamente desde el Congreso, y cómo hacerle control político al tema de la implementación del acuerdo? ¿De qué manera, práctica, se puede entender que se le puede hacer un control y un seguimiento de las conductas que el Ejecutivo haga en pro de la implementación del Acuerdo?
Hay que empezar diciendo que acá tenemos 2 escenarios: uno donde no tengamos el Presidente, y otro en donde sí tengamos el Presidente.
Sí tenemos como Presidente a Gustavo Petro, o a quien salga el grupo de candidatos del Pacto, va a ser mucho más fácil porque está dentro del plan que creó el Pacto cuando se inauguró como movimiento. Ya hay una línea sobre el tema bien definida, y sobre la cual ya todos nos comprometimos. Sólo sería darle, entonces, trámite a lo que ya se había acordado en La Habana, y volver lo que hoy no es ley, y así dar debates en torno a lo que debería hacerse para implementar los acuerdos desde el punto 1 hasta el punto 6. Este es el escenario más propicio.
Luego tenemos que tener en cuenta, porque todos los escenarios son posibles, que no ganemos la presidencia, y que seamos oposición como bancada, que creo va a ser muy grande. Ahí lo que tenemos que hacer es un trabajo juicioso de unir a todos los congresistas para discutir, desde hoy, el tema de la implementación de los acuerdos para que tengamos una fuerza importante dentro del Congreso.
Candidato, usted ahora tocaba un tema muy importante que es el del modelo económico del país, que digamos no se ha discutido desde los últimos 32 años con la Constitución del 91. Sin embargo, ha sido un tema muy recurrente siempre en los debates el asunto de las reformas tributarias. En el actual Gobierno Nacional se han intentado 4 reformas de este estilo, obteniendo como resultado 1 declaratoria de inconstitucionalidad, 2 aprobadas y vigentes, y 1 que tuvo que ser retirada debido a la presión política que ejerció el pueblo en las calles del país. Dicho esto, ¿usted considera conveniente, estando en el Congreso, que si se llega a presentar una reforma tributaria, independientemente del Gobierno que esté, que se tramite una reforma de estas teniendo en cuenta que en los últimos 50 años Colombia ha vivido casi que 28 reformas tributarias?
Lo que pasa es que las reformas tributarias han estado mal enfocadas a buscar el dinero en los bolsillos de las personas equivocadas y de las organizaciones equivocadas.
Una reforma tributaria tiene que ir a buscar los 50 billones de pesos que por corrupción se pierden. Ahí está el dinero, ahí está el recurso. Antes que ir a buscar recursos a otro dinero, hay que recuperar esos dineros que se están yendo por el sifón, que hoy no están en las arcas del Estado, y que deberían convertirse en una oferta integral estatal en salud, educación, en atención al adulto mayor, en mejorar las oportunidades de los territorios, etc.
Entonces, si no logramos recuperar esos 50 billones de pesos, la reforma tributaria simplemente se va a convertir en paños de agua tibia para curar una enfermedad que no está en las sábanas (sic).
Así que yo, de entrada, no aprobaría ni estaría de acuerdo con ninguna reforma tributaria, antes de que logremos recuperar lo que se están robando los corruptos en Colombia.
Para esto, es necesario que pasemos primero por una reforma a la Justicia, al sistema penal y a todo lo que sea Investigación en este país para que arroje resultados. Esa debería ser la primera reforma: que sepan que si se roban un peso, van para la cárcel; y esos pesos que se dejan de robar, van para las arcas del Estado y no se afectan las reformas tributarias.
Bueno, candidato, ya para ir terminado: según los datos del Registro Único Nacional de Tránsito (RUNT) el parque automotor en Colombia ya supera la barrera de los 17’000.000 vehículos. Usted, que se le ha visto muy interesado por el tema de energías limpias y renovables, ¿qué opina de este tema? ¿podría el Congreso incentivar aún más el tránsito hacia una movilidad más amigable con el medio ambiente?
Yo creo que ya Gustavo Petro lo dijo: generó un escándalo, se le vinieron encima por lo que iba a hacer, y es que para el 7 de agosto de este año, en este país, no volvemos a buscar una gota de petróleo. Suspendemos la exploración, que es diferente a la explotación y a la exportación; es decir, lo que ya encontramos, lo seguimos sacando, y lo exportamos. Eso más o menos duraría 8 años.
Esto de no explorar más ¿qué hace? Pues nos lleva por dos caminos: uno económico, y uno ambiental.
En el tema económico es cómo reemplazamos esos 12 mil millones de dólares que se dejan de percibir por la dependencia de combustibles fósiles, frente a lo que se proponen los 12 millones de turistas que vengan a Colombia y se gasten 1.000 dólares, pero para eso necesitamos paz…para que los turistas vengan.
En el tema medioambiental, aparecen unas series de transformaciones y cambios con energías renovables, incluyendo el tema del cambio del parque automotor. Para esto tenemos que apostarle a un parque automotor que se mueva con energías limpias.
Y la imperdible en Al Poniente, representante: ¿un libro, película, serie y/o podcast que recomiende a nuestros lectores?
Un libro: pues tengo muchos libros, pero, bueno, voy a dar mis 3 autores favoritos. Gabriel García Márquez, Pablo Neruda, y les quiero recomendar un escritor que se llama Santiago Posteguillo. Es un escritor valenciano, que escribe novela histórica, especializado en Roma; hace 2 años ganó un Premio Planeta. Tiene 3 trilogías, pero mi trilogía favorita es la de Publio Cornelio Escipión, se llama “el africano” esa trilogía que es absolutamente apasionante.
Una película: Forest Gump. No sé por qué me conecta tanto esa película, pero es mi favorita.
Una serie: Hay muchas series apasionantes, pero acabo de verme “The Mandalorian”. Me encanta “Star Wars” porque nací en el año en que se estrenó.
Podcast: Lo que sea que saque Diana Uribe. Además de que sabe y lo cuenta bonito, su voz es maravillosa y te hace viajar.
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