El gas también es importante

Como ya se los había indicado en mi columna, pretender suspender la exploración y explotación de hidrocarburos en el país sería someter la economía a la peor crisis conocida en los últimos años; sobre todo cuando no existen aún alternativas reales de sustitución de los ingresos derivados de petróleo y gas, que representan un aporte del 3,3 por ciento del producto interno bruto (PIB), donde solo el petróleo representa el 40 por ciento de lo que Colombia vende al mundo.

El congreso de Naturgas celebrado el pasado mes de noviembre en Cartagena arrojó interesantes cifras para el sector; se indicó por parte del gremio que existen hoy en Colombia 127 proyectos estratégicos para el sector del gas natural, que se encuentran en fase de estructuración y algunos en ejecución, en ese escenario se requieren inversiones cercanas a los 3 mil millones de dólares y se podrían generar alrededor de 20.000 puestos de trabajo.

La continuidad de la exploración y explotación de estos proyectos podría hacer que el país pase de una reserva de 3 tera pies cúbicos de reservas probadas, disponibles para 7,7 años, a cerca de 60 tera pies cúbicos, que aseguran una autosuficiencia para los próximos 100 años.

Con el reciente hallazgo del pozo Liria YW 12 en Aguazul Casanare, se asegura por ejemplo un caudal de gas de hasta 8,2 millones de pies cúbicos día adicionales, que ayudan a Ecopetrol a seguir impulsando un paso seguro a la transición energética, que podría tener en el gas natural el 25% de participación en los próximos 15 años.

Desde el 2019, y gracias a la gestión del Ministro de Minas Diego Mesa, los empresarios y el valor creciente del barril de crudo que permite realizar inversiones en producción de gas licuado del petróleo, por lo menos 60 mil familias dejaron de utilizar leña como fuente energética de cocción y migraron a este combustible, y se suman a los 10,3 millones de usuarios de gas natural en el país, de las cuales 10,1 millones son familias, 189.110 son comercios y 5.872 pertenecen al sector industrial, que se siguen multiplicando como en los últimos 5 años con un crecimiento aproximado del 500 por ciento.

La generación de gas termina cerrando como ya lo hemos dicho ciclos de pobreza, deforestación y emisión de partículas, a la vez que garantiza el avance seguro hacia la transición energética y aporta definitivamente a la necesaria reactivación económica y recuperación de empleos.

Ojo, lo advertimos de nuevo, el populismo desvía los debates y crea narrativas que generan injustamente, reservas y odio frente a sectores que son fundamentales incluso para la cotidianidad; el gas natural está presente en innumerables ámbitos de la industria, el comercio y el hogar, y negarse a explotarlo, sería sin duda, retroceder en la prestación de servicios públicos domiciliarios y caminar hacia la insuficiencia energética.

Mentirosos quienes irresponsablemente nos llevan al debate de agua versus petróleo y agua versus gas cuando estos sectores consumen aproximadamente el 4,4 % de la demanda nacional frente al 54% del sector agrícola. Estamos en el siglo de la innovación, de la protección del medio ambiente y de la transición energética y en el gas podríamos tener el apalancador de desarrollo de la nación en esta materia.

Es tan irresponsable el político de las bolsas; que olvida que sus electores, al igual que él, usan el gas para cocinar y calentar el agua; ¿pretenderá ponerlos a cargar leña y deforestar los bosques?

Sin coherencia y sin conocimiento resulta en un alumno aventajado de Chávez. !Qué peligro! #OjoConEl22

Juan Espinal

Representante a la Cámara por Antioquia. Centro Democrático. 2018-2022.

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