Quintero, un encrespado

Los políticos debemos aprender a vivir, entender, soportar, manejar y sobrevivir a la dualidad entre odios y amores de los electores, de los ciudadanos. Es su derecho.   Situación que se ha intensificado en tiempos de likes, donde gobiernan  tuits, retuits y donde se cree que ahí hay licencia para todo, escudados en un avatar, en un usuario que a veces no existe.

Lo que si no debemos hacer, quienes estamos en política, es fomentar odios como estrategia para conseguir popularidad, inventar enemigos, provocar una guerra.  Escribía la muy brillante escritora española Irene Vallejo, autora de El Infinito en un Junco, en su columna en El País: En nuestro presente nervioso, que amplifica los discursos más fieros y selváticos, las redes sociales y el debate público corren el peligro de convertirse en gruñideros. Todos perdemos el rumbo si la agresividad imperante expulsa a quienes podrían aportar ideas valiosas, y solo los más encrespados permanecen.”

Un buen encrespado en su gruñidero es el Alcalde de Medellín: ha divido la ciudad en bandos, sembrado odios y alentado una lucha de clases innecesaria y dañina – si vamos a un asunto de estratos Quintero tendría que revelar que el suyo es el estrato 6 porque de Tricentenario no queda sino la foto de campaña- ha cazado peleas con empresarios y  convertido el ataque como una estrategia de defensa y popularidad.

Sin embargo una cosa es que Quintero genere intensas emociones, como casi todos los políticos,  y otra lo que ha venido pasando en días recientes: señalamientos y nubarrones de corrupción muy graves en su administración, sumados a una mala gestión que se refleja en una ciudad con serios problemas de seguridad, equidad,  empleo, oportunidades, infraestructura vial y liderazgo.

De la revocatoria, iniciativa de un grupo de ciudadanos, algunos han dicho que es una idea equivocada porque significa oxigeno para un mal gobernante,  alimentará más los odios, sumará a su ego y la ciudad será la perdedora. Tesis interesante, pero no aplica en este caso.  Es sano preguntarnos si mantener, una administración con indicios de corrupción, malos manejos de los recursos públicos y una ciudad al garete, se justifica.

Hay un Alcalde desesperado, con un libreto engañoso de lucha contra la corrupción, porque los contratistas de Hidroituango y otros particulares paguen 4.3 billones de pesos que dijo la Contraloría por detrimento fiscal.   Aquí emito una alerta: si los que pagan son los particulares y las empresas,  esa plata iría directo a la Alcaldía, a la administración de Quintero, a su caja y NO a EPM. Caso distinto si pagan las aseguradoras, como lo han venido haciendo y así esos dineros irían al proyecto.  Esta billonaria suma llegaría en momentos de elecciones presidenciales 2022 y con unos políticos bogotanos sedientos de poder que llevan meses cogobernando desde La Alpujarra.  (Recomiendo: https://ifmnoticias.com/confidencial-por-que-daniel-quintero-hace-fuerza-para-que-contraloria-sancione-a-contratistas-de-hidroituango/)

Devolver odio por odio sólo multiplica el odio, añadiendo oscuridad más profunda a una noche ya desprovista de estrellas, decía con lucidez Martin Luther King.  Los paisas no tenemos un asunto personal con Quintero, ni odios, ni rencores. Lo acabamos de conocer.

Como reza el dicho, paisa, muy paisa, que seguro Quintero no se lo sabe porque hace mucho no venía por estas tierras: en cañadas más oscuras nos ha cogido la noche. Medellín sigue, seguirá a pesar de usted y mucho mejor sin usted.

Andrés Julián Rendón Cardona

Alcalde de Rionegro (Antioquia), 2016-2019.

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