Cuomo, el neoyorquino más cobarde.

Es una lástima que sin importar cuantos títulos universitarios, puestos políticos y educación de calidad reciban estos magnates, igual les quede faltando una clase pequeña sobre el consentimiento, respeto y abuso de poder


Hace algún tiempo, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo mencionó que absolutamente nadie estaba por encima de la ley; años después ha tenido que tragarse sus propias palabras y demostrar que ni siquiera él mismo, en su papel de autoridad, desafía las normas. La imagen del gobernante ejemplar y visionario ha caído de manera impresionante y rápido en los últimos meses; incluso parece que es una especie de serie de eventos bastante desafortunados que han llevado al declive de un político “sublime” como Cuomo.

Andrew Cuomo, ex gobernador de Nueva York, el arquetipo de un demócrata que se preocupaba por darle lo mejor a su gente, empezó a caer en picada desde hace algunas semanas debido a las acusaciones por algunos casos de acoso sexual con mujeres que trabajaban en su oficina. La persona perfecta terminó con un “pequeño” defecto y el problema quizá no fue la primera denuncia en contra de Cuomo, sino lo que se vendría después para su vida política y, efectivamente, lo que sería el descubrimiento de la verdadera cara de “Mr. Perfecto”.

La “tragedia” de este político inició el 6 de agosto de 2021, luego de que una de sus empleadas, Brittany Commisso, presentara la primera denuncia por abuso contra el demócrata. La cadena de denuncias fue creciendo hasta llegar a 11 víctimas contundentes, las cuales, según la Fiscalía de Nueva York, no eran casos aislados sino se trataban de un patron determinado de comportamiento por parte Andrew hacia estas mujeres quienes, probablemente, no son todas las victimas de este “gobernante”. Cuomo durante su tiempo en el cargo había incluso impulsado leyes contra el abuso, su popularidad subió a raíz de esto y a pesar de mostrarse como un “aliado feminista”, nos recuerda una vez más que aunque el macho se ponga falda y maquillaje para derrotar el patriarcado, macho se quedará.

De manera sorpresiva, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden le pidió a Cuomo la renuncia definitiva a su cargo como gobernador tras el escándalo y le mostró “total apoyo” a las victimas durante el proceso judicial que pronto enfrentarían. Conforme fueron pasando los días, Andrew se ocultaba en su cobardía y no salía a dar alguna declaración o a hacer pública su dimisión. No obstante, gracias al papel perfecto que este político había construido a lo largo de los años, el público esperaba una “explicación válida” para lo que estaba sucediendo y colapsando la política estadounidense. Lo unico cierto hasta ahora es que un comportamiento como el manifestado por Brittany y otras mujeres, no es para nada justificable; no necesitamos un statement donde Cuomo pueda defenderse de cierta manera y una dimisión no es tampoco especie de reparación a las victimas por lo sucedido, pero al menos haría de la gobernación neoyorquina un lugar “seguro” y “justo” para las mujeres.

Después de las miles de críticas que Cuomo estaba recibiendo no solo por acosador sino también por cobarde al no renunciar a su cargo, este decidió hacer lo que su pueblo tanto le pedía: dimitir. Aunque la meta se haya cumplido y solo quedara por esperar que tanto avanzaba el caso en estancias judiciales, en su discurso de dimisión, Andrew “asumió” la responsabilidad de los hechos pero de una forma peculiar; mencionó que él nunca cruzaría la línea con nadie, pero no se había dado cuenta cómo las líneas se han redibujado con el paso del tiempo. Fue como pedir disculpas pero culpando de cierta forma al otro por su comportamiento. Sus palabras, evidentemente, no vinieron del corazón o al menos desde su cerebro. Culpó a los medios de lo sucedido e hizo de este escándalo todo un debate político hablando de cómo los republicanos estaban detrás de todo este drama y, aunque este capitulo judicial apenas inicia y ya se haya elegido una nueva gobernadora para Nueva York, Cuomo apenas está entrando en la trama, asumiendo el papel de víctima y afectado con toda la situación.

Es una lástima que sin importar cuantos títulos universitarios, puestos políticos y educación de calidad reciban estos magnates, igual les quede faltando una clase pequeña sobre el consentimiento, respeto y abuso de poder.

Lily Sofía Susa

Soy estudiante de Ciencia Política e Historia de la Universidad de Los Andes, me gusta escribir sobre política internacional y hablar sobre sucesos históricos como si fuera una enciclopedia andante.

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