Neuropolítica: El cerebro del sufragante desde las neurociencias

 La Neuropolítica es la ciencia encargada de estudiar la interacción entre las neurociencias y la política.  El conocer los mecanismos neurales o biológicos que conducen a las masas a tener preferencias políticas permitirá desde un punto de vista académico comprender las conductas electorales.


La búsqueda de estrategias para llegar al electorado ha sido uno de los tópicos relevantes para cualquier político y campañas políticas. (1). Con un único fin de ganar y previamente haber convencido, la decisión del elector tiene un sustrato neurológico que ha desafiado a grandes pensadores. He leído con interés sobre este tópico, donde no soy un experto, pero desde mi punto de vista como investigador en neurociencias clínicas trataré de desglosarlo y mostrar la relevancia de este.

El votante es el centro del estudio, su comportamiento ante la decisión por determinado candidato conlleva a conductas de tipo emocional más que racional, implicándose mecanismos y factores complejos en la toma de decisiones. El norteamericano Drew Westen, experto en psicología política, se dedicó a estudiar las campañas políticas en los Estados Unidos durante varias décadas, concluyendo que las campañas políticas se definen en el área de las emociones y que desafortunadamente los candidatos que aplican estrategias con elementos racionales terminan siendo los perdedores.

Uno de los aspectos interesante para mencionar, es la capacidad del cerebro de recibir y conservar información basados en relatos y no en datos aislados. Nuestro cerebro organiza la información en forma de metáforas, de esta manera en formas de historias se aseguran los procesos de atención. Es relevante mencionar que el sexo femenino es capaz de detectar mejor los estados emocionales en comparación a los hombres. El cerebro humano es una máquina biológica increíble, considera los elementos negativos ante que los positivos, por eso este recurso resulta útil si de ganar se trata. La utilización de campañas de miedo o terror pueden sumar puntos en contiendas electorales.

Una de las características del cerebro está en el manejo de las convicciones, cuando el cerebro detecta una explicación distinta al concepto preconcebido, procede a cuestionarla y establece mecanismos para bloquear la información que va en contra de las creencias. Esto explica porque no es fácil cambiar de opinión y voto. El español Eduardo Punset, divulgador científico ya fallecido, exploró en su libro porque somos lo que somos, menciona que nuestro cerebro toma decisiones basada en información no suficiente. Esto representa un paradigma considerando que los electores deben tener información suficiente para identificar cual es el mejor candidato. Recordando que a quienes elegimos son nuestros líderes por determinado periodo de tiempo.

Los políticos deben estar familiarizados con las neurociencias, mejores campañas políticas basadas en mecanismos neurofisiológicos les permitirán llevar sus propuestas de una manera más adecuada.  Los ciudadanos debemos conocer de este concepto, la neuropolítica permite explicar porque podemos elegir a un candidato emocionalmente correcto, pero no elegido de manera racional. Quizás puede ser una de las causas de por qué los colombianos hemos venido eligiendo candidatos erróneamente durante las últimas décadas.

¿Y los votantes indecisos? Pues, los estrategas políticos también saben que esos votantes pueden ser motivados basados en emociones.  Esos votantes son aquellos que no saben ad-portas de elecciones por quién votar y son un nicho electorado no despreciable. Esos electores pueden encontrarse en una balanza de exceso de información o carencia de esta para definirse por un candidato específico. También es relevante mencionar dos fenómenos o efectos que pueden presentarte y alterar la toma de decisiones. El primero, el efecto manada o también llamado efecto de arrastre (Bandwagon effect) que consiste en validar los razonamientos de la mayoría sin considerar la lógica de estos. Por otro lado, el efecto halo, el cual consiste en la apreciación tendenciosa de un candidato y considerar que este representa toda a una colectividad.

Finalmente, el manejo de las emociones en los votantes se constituye en pieza fundamental y decisiva en los procesos electorales, las promesas incumplidas, el desencanto por los políticos de turno conlleva a que las tomas de decisiones sean basadas en emocionalidad más que en una evaluación racional del candidato y sus propuestas. Estas últimas son las que definirán nuestro presente y nuestro futuro como nación.

 


Lecturas recomendadas
  1. Daza Ramos, Romina et al. Del marketing político a la neuropolítica:: las neurociencias para medir el comportamiento del producto y consumidor político. Investigación y Negocios [online]. 2017, vol.10, n.16, pp. 229-242. ISSN 2521-2737.
  2. Randall K. Neuropolitics, Where Campaigns Try to Read Your Mind (Published 2015). https://www.nytimes.com/2015/11/04/world/americas/neuropolitics-where-campaigns-try-to-read-your-mind.html?smid=url-share
  3. Arteaga Márquez S. ¿cómo funciona el cerebro político? guía de comunicación política para entender a los votantes y a la opinión pública. Revista Jurídica Mario Alario D’Filippo. Cartagena (Colombia) Vol. X. No. 20: 187 – 212, julio – diciembre 2018
  4. The Political Brain. The Role of Emotion in Deciding the Fate of the Nation. Drew Westen. New York Public Affairs, 2007
  5. Punset Eduard. Por qué somos como somos. Editorial Aguilar (Madrid, 2008)

Luis Rafael Moscote-Salazar

Medico Neurocirujano
Consejo Latinoamericano de Neurointensivismo (CLaNi), Colombia
neuroclani.org

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