La Palabra ha sido, es y seguirá siendo, una herramienta poderosa para gobernar, para transformar la sociedad y para impulsar el cambio. Si vemos el trasfondo, a partir de su uso, construimos nuestra identidad – Decía (Chanlat & Bédard, 2000) “La palabra es a la constitución del sujeto lo que el lenguaje es a la definición de la especie humana […] Toda persona necesita del otro para “venir al mundo” y desarrollarse pues “el yo” existe solamente en reciprocidad con el otro”. En otras palabras, la palabra nos permite representamos ante el mundo y también construir acuerdos para convivir, contratos sociales para entrar en sociedad.
Wittgenstein en su teoría del lenguaje nos habla acerca de la construcción del mundo precisamente por la existencia del lenguaje y su uso donde los elementos constitutivos que nos rodean en el mundo cobran significado en el momento que uno emplea la palabra. Por último, Sapir y Whorf nos introducen al concepto de la relatividad lingüística mediante el cual sugiere que nuestra cosmovisión del mundo esta condicionadas a la aplicación del lenguaje. Por estas razones y quizá muchas más – que espero los expertos en el acto comunicativa me puedan complementar, la palabra ha sido una herramienta inequívoca para gobernar.
Figuras claves en nuestra historia han empleado la palabra para transmitir sus ideales y pensamientos a través del discurso. Se me vienen a la mente grandes discursos tales como: I Have a Dream de Martin Luther King y su importancia para el movimiento de los derechos civiles de la población afroamericana en Estados Unidos. el Discurso de “I am prepared to die» en 1964 de Nelson Mandela que reflejaba la eterna lucha que estaba preparado a realizar en contra de la violencia que sufría Sudáfrica en búsqueda de su libertad. Y para no extenderme el famoso discurso de Steve Jobs en Stanford, quince minutos de una elocuencia fabulosa que inspira a encontrar un propósito que prevalezca en nuestras vidas.
El análisis de estos discursos más allá de la capacidad de los oradores para transmitirlos reflejará una aplicación meticulosa de las palabras a emplear porque infortunadamente al emplear una palabra sobre otra, estás dejando de lado las posibilidades que de ellas se derivan. La importancia de este punto es crítica para comprender el dualismo que existe entre bien y el mal que se deriva de toda palabra empleada.
Y es que hoy en nuestra sociedad, nos estamos dejando llevar por el populismo extremo. La palabra se emplea como un puñal en contra del otro dejando sin posibilidad alguna la arena para el diálogo constructivo. Los discursos se llenan de peligrosas denominaciones y frases encubiertas de doble sentido. Nos estamos dejando alinear el uno del otro al adherirnos al pensamiento e ideologías que se derivan de semejantes palabrerías llenas de odio, que buscan dividir en vez de construir y que retrasan en vez de progresar.
Como ejemplos podemos nombrar: Adolf Hitler en Alemania con su discurso fue capaz de materializar el horroroso episodio del Holocausto, Josip Broz Tito en Yugoslavia, El General Juan Manuel de Rosas y Videla en Argentina, Pinochet en Chile y en Colombia también hemos padecido (y más aún durante los últimos días) de habilidosos oradores que moviliza con fines de violencia y sufrimiento con una apariencia de lucha que transciende lo individual e implica la supervivencia del país o su cruel caída.
A vísperas de un año electoral y Me atrevo a pronunciar estas palabras como un llamado a la reflexión y al desarrollo del discernimiento que como individuos debemos de emplear en nuestras vidas. No podemos caer en un mal uso de lo más preciado que tenemos como humanidad, ni tampoco dejar que otros tomen la palabra como un medio para la destrucción. Hoy más que nunca debemos de buscar la cooperación de lo contrario, parafraseando el último título de Noam Chomsky vamos a padecer de la extinción. Quizá soy un ilusionista, pero conservo la fe en que otro camino es posible, que la época del diálogo y la búsqueda de acuerdos comunes es alcanzable, que como sociedad podemos sacar lo mejor de nosotros para construir un mejor mañana.
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