El reclutamiento forzado de niños y jóvenes para grupos armados ha sido por muchísimos años algo del día a día en Colombia, ha sido otra de las pandemias o enfermedades más duras y más comunes, ya que ningún presidente ni ninguna persona ha podido acabar con ella.
Los niños asesinados, masacrados o bombardeados por orden del ministerio de defensa y la Presidencia de la República, dándole la orden al ejército nacional, entre otros mandos, no son máquinas de guerra ni tampoco son “combatientes armados ilegales”, como lo dijo el ejército para quitar la culpabilidad de lo que hicieron; estos niños son inocentes, no conocen oportunidades, la única oportunidad que han tenido es por obligación ser parte de estos grupos armados ilegales; Colombia con todos sus entes no es garantiza oportunidades para todos, dicen que hay que buscarlas o hacer procesos para obtenerlas, pero hay lugares donde no llega información, no llega ni el “chisme” de las oportunidades que existen, el gobierno en todo su esplendor los olvida.
Antes de que las personas y el gobierno saliera a decir que los niños son máquinas de guerra, no se han tomado el tiempo para pensar y analizar el ¿porqué estaban en ese lugar?, ¿estos niños y jóvenes tenían oportunidades?, ¿tenían un rumbo hacia donde ir?.
Estos niños y jóvenes querían salir adelante, ya fuera para trabajar o para seguir adelante y terminar con sus estudios, sus familias los siguen esperando y esperan una respuesta del gobierno; los siguen esperando, dejando a sus familiares, amigos, conocidos con un enorme vacío, dejando “huérfanos de guerra” “huérfanos de bombardeos”.
El gobierno nacional no hace algo real, no hace algo que esperamos todos los colombianos, claro está que hace lo que puede por la ineficiencia y falta de experiencia (tanto como presidente a como persona) de Iván Duque, Marta Lucía Ramírez, Diego Molano, entre todos que tienen que ver y decidir frente a esta situación tan horrible, situación nefasta, frente a esta peste que no es la primera vez que pasa en nuestro país. No dejemos que nos roben el derecho a la vida, a la justicia, a las oportunidades.
Invito a todos los colombianos a que no nos callemos, no nos silenciemos, puede ser tu hijo, tu sobrino, tu amigo, tu primo, etc.
Colombia nos duele a todos.
Digamos:
NO MÁS.
NO MÁS GUERRA.
NO MÁS MUERTES INJUSTAS.
NO MÁS OJOS CERRADOS.
NO MÁS ESTA COLOMBIA CORRUPTA E INJUSTA.
SIMPLEMENTE NO MÁS..
Nuestros jóvenes y niños los queremos vivos, no muertos, son nuestro presente y pueden llegar a ser nuestro futuro.
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