Actualmente la ocupación de camas UCI en colombia es del 73%, sin embargo, en ciudades como Medellín y Bogotá, esta cifra es más alta. Según los últimos reportes de las autoridades, la capital paisa cuenta con cerca de 900 camas UCI, de las cuales 861 están ocupadas, en su mayoría, por pacientes con COVID-19. En palabras castizas, literalmente, “no hay cama pa’ tanta gente”.
El sistema de salud está en jaque y el Gobierno Nacional, a pesar de haber cerrado acuerdos con algunas de las farmacéuticas dueñas de las vacunas, no ha importado una sola dosis de la cura y tampoco ha fijado una fecha para la primera etapa de vacunación; en países de Latinoamérica como Chile, a enero 07 de 2021, ya habían vacunado a 10.656 personas y esta semana empezaron a aplicar segundas dosis.
Debido a la lentitud para que la vacuna llegue a nuestro país, las entidades territoriales departamentales, distritales y municipales deberían empezar, no solo a cerrar acuerdos con farmacéuticas, que es el primer paso, sino a firmar el contrato, importar y darle inicio al plan de vacunación en cada territorio.
En el artículo 21 del proyecto de decreto “Por el cual se define el Plan Nacional de Vacunación contra el COVID – 19 y se dictan otras disposiciones”, publicado hace pocos días por el Ministerio de Salud, se abre la puerta para que, las entidades territoriales, adquieran las dosis que necesiten para inmunizar a cada uno de sus ciudadanos: “Las entidades territoriales departamentales, distritales y municipales podrán negociar, adquirir e importar al territorio colombiano, vacunas contra el COVID -19 para aplicación en su jurisdicción (…)”. Una vez sea firmado el Decreto por el presidente de la República, deberían los alcaldes de las ciudades capitales como Medellín, Bogotá y Cali relucir la audacia que los caracteriza y comprar la vacuna.
Gobernadores y alcaldes, comprar la vacuna es salvar vidas.
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