A veces el (auto)engaño es tan severo que para muchos el título de esta columna les resulta incoherente, precisamente muchas de estas personas, en forma de feroz crítica hacia el gobierno, mencionan que al gobierno le conviene que el pueblo sea ignorante, en cierta medida esa afirmación es acertada y precisamente es por eso que al gobierno le conviene que la educación sea pública.
Tenemos la idea de que la televisión nos acondiciona el cerebro a favor de los poderosos, frases como “apaga la TV, enciende la mente” o como la atribuida a Jim Morrison: “Quien controla los medios de comunicación controla las mentes” se han hecho tan comunes que en la mayoría de los casos damos como hechos innegables que todos los medios de comunicación son vías que usan los poderosos para generar adeptos. Son análisis dignos de reflexionar, ¿es verdad que por medio de la TV pueden adaptar mi percepción? Aunque la televisión es voluntaria, yo decido qué programa ver y cual no, es curioso el análisis que viene de sectores opuestos al gobierno… ¿por qué no hemos analizado si la educación puede o no adaptar nuestra mente?
En los colegios nos enseñan de primera mano el sistema en el que vivimos, la democracia, seguido de las promesas del estado: “el estado está en el deber de garantizarnos X o Y”, nos enseñan que el estado tiene responsabilidades con los ciudadanos y que los ciudadanos tenemos derechos frente al estado, (más allá de derechos básicos). En las universidades el engaño es mucho peor, mientras que el estudiantado cree estar en contra del gobierno y cree pensar con independencia lo único que hacen es ser dependientes del estado, exigen que la educación sea monopolizada por el estado, que dicha educación estatal sea universal y además “gratuita” y de alcance a todos los sectores de la sociedad. Creen estar en contra del gobierno, pero no solo quieren más presencia estatal si no que cada día exigen que los tentáculos del gobierno manipule cada paso que dan los ciudadanos y peor aún la educación. Sin darnos cuenta hemos estado pidiendo más burocracia, hemos pedido que existan menos senadores de la Republica pero hemos exigido un enorme grupo de burócratas que controlen nuestra educación y que desvíen fácilmente el dinero de los impuestos a sus bolsillos y que dicten el sistema de educación según el pensamiento del estado, que independientemente de la orientación política será siempre el mismo: la existencia de un estado omnipotente del que no podemos escapar.
Hace un tiempo María Fernanda Cabal pronunció unas palabras muy polémicas: “la masacre de las bananeras fue un mito histórico”. Las redes sociales estallaron en cólera, y recordaron palabras de Gaitán sobre la metralleta homicida hacia el pueblo. Más allá de las palabras de Cabal, sospecho a algunos imaginando un programa en forma de documental para la TV donde afirmen las palabras de Cabal como hechos históricos. Yo imagino a personas en el poder dictando el nuevo sistema de educación decidiendo cual hecho histórico es verdadero y cual no.
Sin seguir con más supuestos me llama la atención lo que se convierte el tema de la religión en los colegios, bajo estándares de que el estado es laico la religión no debe existir en la educación… otros más mencionan que el estado es laico mas no ateísta. Y nuevamente, más allá de la presencia de la religión en el sistema educativo el que lo decidirá será algún político que añadirá su propio pensamiento, incluida la idea de que el estado debe permanecer grande… como nos lo sugiere el estudiantado. Por esto “El estado no debe enseñar, sino que debe permitir enseñar. Todos los monopolios son detestables, pero el peor de todos es el monopolio de la educación”. (Frédéric Bastiat).