“Lastimosamente, con poca esperanza veo el futuro porque los medios están consiguiendo lo que quieren y esto es desviar nuestra atención del problema de fondo y enfocar nuestra atención en debates que no creo que valga la pena tener”
Vivimos en un mundo nuevo, un mundo en el que estamos sujetos constantemente a las opiniones y críticas ajenas; donde estamos a un click del otro. Esta rápida conexión entre individuos se presta para cosas buenas, pero también malas. La presión en las redes sociales se ha vuelto cada vez peor, menos manejable. Estas, nos han convertido en robots que padecen el “fenómeno refresh”, pero, sobre todo, nos han dado un poder enorme en el que todos tenemos la capacidad de alzar nuestra voz dentro de una plataforma global, sin restricciones. Sin embargo, ¿cuáles son las implicaciones de esto?
El problema con esto es que, dado el afán y la inmediatez de las redes, compartimos lo que pensamos sin siquiera parar un momento a cuestionar eso de lo que estamos convencidos. Las redes sociales han significado un gran avance en cuanto a conectividad, pero pienso que han atribuido muy poco al proceso informativo del individuo.
Creo que todos somos víctimas de las mainstream medias, de las noticias y tendencias, de la información de menor calidad, de los titulares, pero no del contenido. Estamos expuestos 24/7 a miles de posts, sobre los cuales creamos nuestras propias opiniones y las compartimos en las redes, mostrando nuestro contento o descontento frente a cualquier situación. Algunos ejemplos de esto son, postear sobre los incendios en el Amazonas, compartir el discurso de Greta Thundberg, comprar pitillos metálicos, etc. Evidentemente existen muchos más, pero elegí específicamente los que conciernen el tema del medio ambiente porque son estos los que me molestan especialmente.
El problema ambiental es amplio y complejo. Creo que pocas personas en el mundo comprenden la magnitud, los efectos y las causas del mismo. Ahora bien, hay que reconocer que la movilización social respecto al tema ha aumentado recientemente, sin embargo, pienso que tal movilización sigue estando basada, en su mayoría, en las tendencias y las noticias mainstream. Por tanto, lo que me incomoda es el vago conocimiento que la mayoría de personas tiene sobre los problemas ambientales. Me molesta que piensen que el tema –que como ya dije, es bastante complejo– se soluciona de maneras tan sencillas como comprando un pitillo metálico, por ejemplo, y teniendo en cuenta que este también contamina.
No tengo nada en contra de tales pitillos, pero sí me enoja que dejemos de utilizar nuestra capacidad crítica para replantearnos nuestra forma de vivir y de habitar el planeta. Lastimosamente, con poca esperanza veo el futuro porque los medios están consiguiendo lo que quieren y esto es desviar nuestra atención del problema de fondo y enfocar nuestra atención en debates que no creo que valga la pena tener. Así que, si de verdad les preocupa el ambiente, les propongo que creemos espacios como este, en el que podamos debatir –de manera crítica– sobre los temas que, como juventud, nos competen.