El Sistema de Verdad del Acuerdo de Paz es una oportunidad para el esclarecimiento del anticomunismo en Antioquia. La pujanza paisa incluye la represión a la resistencia al desarrollo capitalista en esta parte de Colombia. Álvaro Uribe Vélez recién dijo que su lucha, es una lucha contra el comunismo y allí incluye cualquier expresión democrática como los liderazgos sociales pues estos serían influenciados por comunistas.
Caracterizar el departamento de Antioquia como bastión de la derecha no deja de ser un lugar común si no se cuestiona la violencia para llegar a esta hegemonía, incluyendo las expresiones electorales con las que se cuantifica. No ha faltado quien diga que la derechización está en los genes de las antioqueñas y los antioqueños. Al deshistorizar tal situación se naturaliza de manera fatalista y termina aceptándose sin esperanza.
En el campo de la memoria del conflicto, las Fuerzas Armadas entregaron a la Comisión de la Verdad el Informe Génesis: 18 mil páginas para demostrar que las exguerrillas de las FARC-EP no eran Robin Hood. El Informe inicia la presentación de los antecedentes de esta organización subversiva con la primera reunión clandestina del Partido Comunista en 1923.
Allí destaca a Luis Tejada Cano, nacido en Girardota, Antioquia, protagonista en un momento en el cual, según el Informe, “Pequeños grupos de activistas se proclaman comunistas, especialmente en Medellín, Cali y Girardot”. Los comunistas han estado en observación y sospecha: de esto se ocupará después la Doctrina de Seguridad Nacional.
En esa cronología, el Informe militar coincide con los años rojos protagonizados por activistas adelantadas a los cambios históricos del siglo XX. Entre muchas y muchos son de relevancia María Cano Márquez nacida en Medellín y Manuel Marulanda Vélez del municipio de La Ceja, asesinado y de quien el comandante guerrillero tomó su nombre.
El anticomunismo tuvo una de sus mayores expresiones en 1987; fue una coyuntura horrorosa cuando asesinaron y desaparecieron varios defensores de DDHH, entre ellos Héctor Abad Gómez; lo mismo hicieron con sindicalistas y militantes de la Unión Patriótica; y realizaron la masacre en la Casa de la Juventud Comunista en noviembre del mismo año.
Se espera que el Sistema de Verdad aclare los sucesos sin el afán de sancionar con prisión a nadie. Y si bien el anticomunismo no explica la totalidad de nuestra realidad política en el departamento, lo cierto es que si tiene una gran incidencia en la construcción de la hegemonía violenta y en la inviabilidad de cualquier alternativa política popular.
La resistencia al desarrollo capitalista fue victimizada de la misma manera que quienes realizaron defensa de los Derechos Humanos de los protagonistas de la lucha popular. Ahí están las cifras. El terror y el miedo se reproduce entre el resto de la población.