COMBINACIÓN DE TODAS LAS FORMAS DE LUCHA

Quien pretenda hablar de paz, tendrá por obligación que hablar de la guerra,  y no de manera ligera como hacen los utópicos, que exigen la paz como un derecho sobre cualquier hecho,  pero su clamor está cargado de odio hacía los que según su parecer, consideran  responsables. Por eso si vamos a hablar de la paz consideremos muy bien lo que es la paz y la guerra, además de sus consecuencias.

La paz es un estado particular e intimo del ser humano, fuera del ser no existe; lo dicho o escrito, cualquier pacto en mera razón, es simplemente otra estrategia de lucha más o menos civilizada.  La verdadera paz requiere de un ánimo evidente de reconciliación, donde no se busca la victoria y mucho menos se acepta la derrota, lo que se hace es reconocer y respetar la vida propia y ajena.

Por eso el que busca el perdón busca la paz; pero el que busca tierra, dinero y poder político, no anhela tal paz, se hace fuerte es para la guerra.

Esto lo saben esos utópicos amigos y legitimadores de terroristas, que hablan desde universidades, sindicatos, ONG, asociaciones, curules y periódicos,  de la necesidad de la paz y de estar “artos de la violencia” pero también justifican y promueven la lucha de las clases, que es igual al odio del pueblo por el pueblo. Exigen que el dinero de la guerra se invierta en escuelas, hospitales y el campo, pero cuando un cilindro bomba cae sobre una escuela,  cuando asesinan a un médico o destruyen una ambulancia, cuando  asesinan a campesinos e indígenas,  nada les reprochan a sus camaradas, antes dicen enérgicos: “perdón para el guerrillero, curul para el miliciano,  prisión para el militar y para Uribe”.

Ese es el lenguaje propio de los bribones, con el que se contradicen y confunden a los que verdaderamente anhelamos una paz; por eso yo prefiero abiertamente declararles la guerra.

Porque lo que se está negociando en la Habana no es la reconciliación, ni respeto por la vida, propiedad y libertad; no está en discusión la “justicia social” pues ambas partes carecen de compresión y aplicación de ese concepto (que por demás es extraño) allí lo que se está negociando es la toma del poder por parte de un grupo de asesinos y la  beatificación de un personaje en extremo narcisista al que llamamos presidente. Ese es el negocio y la paz de la Habana.

Hablemos solo un poco de la guerra, de eso que “se sabe” pero pocos se dan cuenta, Combinación de Todas las Formas de Lucha, para los que no saben aun lo que es, trata de la guerra política, jurídica, mediática, organizacional y armada, coordinada desde un mando central; también hablare poco sobre la Teoría de la Liberación, filosofía que parte del materialismo dialectico, que permite a un ateo comunista, infiltrar la fe cristiana para justificar y promover espiritualmente  la  revolución  y violencia entre los creyentes, así, ese materialismo dialectico sirve también para establecer comunicación e infiltrar otros sectores culturales.

Estrategias de guerra que en 1990 desde el foro de São Paulo Brasil, convocado y encabezado  por Fidel Castro y Lula Da Silva,  con participación de los grupos terroristas  ELN, FARC, (Colombia)  FSLN (Nicaragua) URNG (Guatemala) FMLN (Salvador) EZLN(México) ERP (argentina) el  Partido Comunista de Cuba, Partido de los Trabajadores de Brasil y posteriormente otras organizaciones como el partido oficialista de Venezuela PSUV, Polo Democrático de Colombia, Movimiento Continental Bolivariano, entre otros que se han unido o han pedido ser incluidos como la Marcha Patriótica o FARC-MP,  se ha venido aplicando con éxito en el continente,  auspiciando el  uso de la fe, la cultura,  legalidad e ilegalidad, para tomarse el poder.

Es de esta manera, como el discurso de la paz con justicia social, la congregación de los pueblos, la reivindicación de los trabajadores, de los indígenas, campesinos y estudiantes, pasa de ser un ideal loable y necesario, a convertirse en un arma de destrucción masiva que ha cobrado más de dos millones  de víctimas, en algo más de trece mil actos terroristas en los últimos veinte  años en Colombia.

Me despido con una cita cruda pero real,  sobre la paz y la guerra.

“Cuando los enemigos hablan de voluntad de paz, pero todos sus gestos son de violencia, han de corresponderse sus gestos con la brutalidad de nuestra propia paz; una que les deje claro que nuestra buena voluntad también apunta a su derrota” Nuestra Causa. G.B