Con sentimientos de grandeza y de un arraigado nacionalismo impoluto en los corazones de todo colombiano, ha de ser natural ofenderse por ignominiosos actos que se puedan concebir en un día de independencia nacional y por supuesto en el corazón del templo democrático como lo es el Congreso. A expensas del cambio integral del Congreso de la República, el senador reelecto Antanas Mockus revivió un actuar particular de su personalidad al bajarse los pantalones frente a la mesa directiva de dicho parlamento y, con una panorámica vista en perspectiva a los congresistas. Escrito así, puede que para algunos sea motivo de mofa, en cambio para otros una falta gravísima al respeto de la institucionalidad. Mi postulación respecto a este acto es más simbólico.
En la mente de un maestro en filosofía tal como Antanas Mockus todo tiene un principio revestido con un propósito, que a su vez ejerce el efecto; hoy 20 de julio de 2018 está cualificación de conceptos no cambió. La bajada de pantalón registrada a causa de la molestia y el tumulto por parte de los parlamentarios, fue el principio simbólico que usó este tan distinguido senador con tendencias pedagógicas para atenuar el caótico ambiente, generando así otros efectos por ejemplo, de represalias o como tradicionalmente se dice, una grata bienvenida.
El comportamiento de los congresistas en vista de lo que tanto defienden ellos, es la institucionalidad, fácilmente se equipara con la metodología del senador Antanas Mockus en cuestiones deplorables. En lo fáctico, la ignorancia e imprudencia por parte de los parlamentarios hacia hasta hoy su presidente de corporación Efraín Cepeda, quien a mérito investido se despedía de una solemne y distinguida carga constitucional, ha sido el acto de irresponsabilidad e irrespeto que más ha desvirtuado la temple institucionalidad. Y lo comparativo no es que se justifique un acto con otro del mismo calibre, sino que al primero le faltó de lo que reviste el segundo, simbolismo.
El Senador Antanas Mockus no sólo les reprochó sus irresponsables actos ajenos de la seriedad ambiental en que se vivía en aquel momento; a la de la obligación de un congresista; a la de una masa humana congruente y conglomerada, también con la misma calidad de sus actos icónicos les dio una advertencia: desde este día el ambiente en las instituciones debe ser diferente con el respeto y la diligencia que se merecen. Acto icónico como el que ha presentado hoy el senador Antanas Mockus ante el nuevo establecimiento integral del Congreso de la República, es sin lugar a duda la representación de desdicha que tendrán los parlamentarios que pretendan alejarse de lo que conlleva su investidura. Una democracia con prácticas responsables.
La democracia responsable va a ser desde este día, uno de los principales objetivos de las instituciones estatales, en especial el congreso de la República, cuya diversidad ideológica aumentó de manera exponencial. Hay quienes dicen que de lo hecho hoy por el senador Antanas Mockus es una burla para la institución, pero lo cierto es, que son estos actos los que jocosamente nos representan de manera simbólica las realidades vividas en aquella corporación. El 20 de julio de 2018 será recordado como un hito histórico y no podían faltar uno de estos actos para inmortalizarlos.