Enciendo mi celular y veo que en Facebook muchos opinan y emiten juicios de valor sobre algo que ocurrió en el colegio INEM (José Félix de Restrepo) del Poblado, la noche del 31 de enero. Abro Twitter para saber qué fue lo que realmente ocurrió; un video casero mal grabado da cuenta que varios menores edad están protagonizando una riña callejera, los asistentes a tal evento observan lo que sucede, como si estuvieran en una feria de gallos, mirando cómo el gallo que lleva la ventaja da la estocada final enterrando la espuela, en este caso: un arma corto punzante fue enterrada en el pulmón de un niña de escasos 13 años.
Sigo mirando el video, y me doy cuenta que dos mujeres tienen a otra sin poder defenderse y le están cortando el cabello; la actitud de los espectadores no cambia, incluso parece que en algunos momentos sube el furor del espectáculo. Quien graba, está como un ave de carroña capturando lo que pasa y no intenta nada para detener lo grave que está por ocurrir. Todos finalmente se abalanzan en el momento cuando la joven (amiga de quien le están cortando el cabello) se mete en la pelea y es apuñalada en el pulmón, la gravedad fue tal que para suturar la herida fueron necesarios diecinueve puntos.
Mirar el video con solo los primeros veinte segundos genera impotencia, rabia y muchos pensamientos que llegan. Absolutamente nadie ayuda a la joven que le cortan el cabello y se ve lo aterrorizada que está, ¿no son unos cómplices tanto los que cometen el acto de tentativa de homicidio, como los que se quedaron viendo lo que ocurría? Es en serio que le están cortando el cabello a una pobre joven, dos mujeres para ser exactos.
Lo ocurrido en el INEM hace ya varios días tiene que ponernos a pensar muy seriamente como sociedad qué es lo que nos está pasando, porque ahora voy a evidenciar el contraste de lo ocurrido con un perro Pitbull el domingo 4 de febrero a escasos días de ocurrido el hecho de la joven estudiante.
Dos hombres que se movilizaban en una motocicleta llevaban a rastras un perro de raza Pitbull, frente al Centro Comercial Puerta del Norte en Bello. Los dos hombres fueron grabados por dos mujeres que se movilizaban por el sector y evidenciaron el hecho, aunque en el video ella dice que nadie socorrió al animal y que los dos hombres ingresaron a una unidad residencial con el perro a rastras. El video se esparció como polvorín en las redes sociales… Insultos, amenazas, indignación y hasta avisos a las autoridades se dieron en cuestión de una hora, pero en el caso de la estudiante cuando le estaban cortando el cabello frente a sus compañeros, como lo dije antes, el espectáculo se avivó de tal manera que nadie hizo nada para detener la tragedia que por poco deja una persona muerta
En ningún momento desestimo el caso del perro Pitbull, genera también rabia e indignación ver cómo dos sujetos prácticamente arrastran el perro, pero si deja qué desear cuando la reacción para un animal es inmediata, pero para una persona que casi está muriendo no hacen nada, incluso se han manejado versiones que el guarda de seguridad del colegio que estaba en la puerta tampoco dijo ni hizo nada.
El reaccionar del ser humano es algo muy complejo, nadie sabe cómo se va a comportar en una situación extrema, pero como sociedad si nos está pasando algo muy grave y es la INDIFERENCIA. Nuestros pares (es decir, las demás personas) no nos está importando y nos estamos dedicando a darle valor a lo innatural. Nosotros los humanos fuimos quienes por obra de Dios, por la naturaleza , o qué sé yo, somos más desarrollados a los demás animales, y eso son millones de años de evolución que tuvimos que pasar para llegar a este punto: poder escribir unas líneas, poder hablar, tener sentimientos y muchas más cosas que vienen insertas en nuestro código genético.
Nos hemos olvidado de ser personas, nos hemos olvidado que al igual que yo, otras personas necesitan ser protegidas, necesitan ser amadas, necesitan saber cómo están, cómo se sienten. Lo que hace grande al ser humano es que podemos determinar y cambiar el rumbo de nuestra sociedad. Creo que debemos dejar de humanizar tanto a perros, gatos y loros y querer más a las personas, saludarlas de vez en cuando, estar ahí incondicionalmente, pero no podemos seguir siendo INDIFERENTES porque eso nos está destruyendo.