Como en las cavernas, dejé un dibujo
de un hombrecillo, hecho de trazos
rectos, en una nave de mucho lujo,
retrataba el dolor de cada paso.
Mi nacimiento una noche de lluvia,
mis cicatrices de cintas rojas,
cabellos con aceite de tinta rubia;
porque nunca me dieron a que escoja.
Entre la miseria hay una felicidad,
más que verdadera, como esta caverna,
hay, luz de una fogata llena de verdad,
cuece mi comida y calienta mis piernas
Frank Cuentas Fernández