La intransigencia autoritaria se convierte en el elemento definitorio del actual gobierno del Estado español, en cuanto, más allá de utilizar su rodillo parlamentario para sacar adelante las propuestas de su programa electoral, es utilizada para desarrollar políticas de espaldas a la ciudadanía o fuera de los debates que se encuentran situados actualmente en la sociedad.
Así pues, se comporta de manera intransigente con las mujeres, a las que establece nuevamente en una posición tutelada, ya que la ley sobre la decisión de derechos reproductivos que actualmente impulsa el gobierno las condena a esta nueva situación, permitiendo esta decisión en función de los casos que el Ministerio de Justicia, mayoritariamente masculino, considere oportuno. Albergando como única alternativa el desplazamiento a algún lugar del entorno europeo en el que pueda ejercer este derecho, siempre y cuando, obviamente, esta mujer tenga la disposición económica suficiente para sufragarse tal viaje.
También muestra esa intransigencia con las personas provenientes de la hambruna, la pobreza y el terrorismo del África subsahariana, a los que, lejos de ayudar en esas injustas situaciones en las que España y Europa contribuyeron durante siglos de expropiación, les arrojan pelotas de gomas al acercarse a las aguas fronterizas españolas.
El autoritarismo también queda latente en las represiones que sufren las manifestaciones y las distintas mareas que recorren todo el Estado español en defensa de la sanidad, la educación o clamando justicia para con las víctimas de las hipotecas y las preferentes, mientras este gobierno se esfuerza en ensalzar el protagonismo de la mayoría silenciosa que no sale a la calle a protestar por la situación actual. Conviene apuntar que se trata de mayoría silenciosa, no conforme con la gestión.
Y, finalmente, aunque según el gobierno, únicamente las urnas dan derecho a la manifestación de la opinión, también se muestra intransigente con los Gobiernos democráticos elegidos en Catalunya y Canarias, a los que no les permite consultar a sus ciudadanos y ciudadanas sobre asuntos pertenecientes específicos y concretos a su territorio, tomando las decisiones lejos de estos y de manera independiente a lo que consideren los gobiernos de estos lugares.
Siendo capaces de atacar incluso, ya que así lo consideraron oportuno, a factores fundamentales de estos lugares, como en Canarias, a los que agredieron con una denuncia de inconstitucionalidad a la ley turística. Un sector indispensable para la supervivencia económica de las islas. Este es el precio a pagar que un gobierno intransigente establece por pedir permiso para preguntar.
Sin embargo, defraudadores y especuladores económicos no sufren de estas intransigencias, promesas de inversión merecen motivos de ayudas y alegrías, el proyecto de Eurovegas fue claro ejemplo de ello, o incluso la compra de un inmueble dentro de la frontera otorga automáticamente nacionalidad española. Por lo tanto, podemos comprobar que no se trata sólo de intransigencia, sino que además también de desfachatez.
[author] [author_image timthumb=’on’]https://fbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/t1/1896770_1404139356510592_147251123_n.jpg[/author_image] [author_info]Daniel Besteiro Rodríguez Ingeniero en informática por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Master en Publicidad y Comunicación Corporativa por el Instituto Internacional de Marketing y Negocios. Master en Estudios Políticos Aplicados por el Instituto Universitario Ortega y Gasset. Miembro de Nueva Canarias. Ha participado como colaborador en SPQ Consulting.Leer sus columnas. [/author_info] [/author]
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