Referéndums, consultas, democracia

En el corto transcurso que llevamos de este Siglo XXI parece innegable que todos los sistemas van caminando hacia la democracia como sistema mayoritario de organización social. De hecho, a Mayo de 2009 ya sólo seis países en el mundo no se autoidentifican como democráticos, estableciéndose a nivel internacional ciertos requisitos en los que se fundamenta la cantidad y la calidad de la democracia del lugar en el que se pone en cuestión.

Mientras, en el Estado español se viven distintas variantes de los diversos debates alrededor de la visión sobre la democracia que cada lugar aplica a su ciudadanía. Por un lado, se cuestiona la legitimidad que un Gobierno puede obtener cuando gana unas elecciones con unas promesas totalmente contrarias a su plan de gobierno, mientras que por otro se plantea las condiciones en las que sectores geográficos concretos del estado puedan someter a referéndums que aclaren cual es el sentir mayoritario respecto a alguna cuestión concreta.

Y este es un tema que incide directamente en el sistema de organización que el Estado quiere aplicar, Democracia representativa, participativa, algún tipo de mezcla…

Además del internacionalmente conocido referéndum, o consulta, por la situación de Catalunya en el marco español se une hoy la petición que el Gobierno de Canarias hace llegar al Gobierno central con el que conocer la aprobación o desaprobación de los canarios y las canarias respecto a las prospecciones petrolíferas que Repsol quiere hacer en las islas.

El Gobierno Español deja claro cada vez que tiene ocasión que no permitirá realizar la consulta catalana por estar fuera de las competencias jurídicas que delimita la organización territorial actual, por lo que, aplicando la misma lógica argumental, parece que también dejaría sin posibilidad legal de realizar la consulta en Canarias, ya que estas explotaciones son también de competencia central.

Prácticamente a diario, los ciudadanos y ciudadanas que vivimos en el Estado español escuchamos como la legitimidad la dan los resultados electorales, las urnas, los votos, por lo que parece una gran iniciativa en pos de la democracia la consulta de representantes a sus representados, más si cabe cuando estos no son partidos políticos en oposición sino, en estos casos concretos, los propios Gobiernos de Catalunya y Canarias.

Por lo que, a pesar que España esté situada en la posición número 25 del índice de The Economist sobre calidad democrática, justo el último antes de las “democracias mejorables”, da la impresión que la calidad en la representatividad y en la participación de ciudadanos y ciudadanas en este sistema es bastante mejorable.

Porque, ¿No es muy mejorable que distintas instituciones quieran consultar sobre temáticas que afectan especialmente a su población y lejos de esos lugares denieguen la posibilidad de realizar esos referéndums? ¿Qué tipo de democracia es un voto en blanco a una persona que valorará de la manera que le plazca el tema que pueda venir en cada momento? ¿Qué fiabilidad corresponde a la disciplina de voto estilada en los partidos que tergiversan la representación provincial, clave del sistema representativo español?

Por: @DanyBesteiro

[author] [author_image timthumb=’on’]https://fbcdn-sphotos-g-a.akamaihd.net/hphotos-ak-ash3/t1/1896770_1404139356510592_147251123_n.jpg[/author_image] [author_info]Daniel Besteiro Rodríguez Ingeniero en informática por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Master en Publicidad y Comunicación Corporativa por el Instituto Internacional de Marketing y Negocios. Master en Estudios Políticos Aplicados por el Instituto Universitario Ortega y Gasset. Miembro de Nueva Canarias. Ha participado como colaborador en SPQ Consulting.Leer sus columnas. [/author_info] [/author]