Una solución al conflicto taxistas vs Uber

En los últimos días se ha ido escalando peligrosamente el conflicto enconado que tiene el gremio de los taxistas contra la nueva plataforma Uber, lo particular de este conflicto es que en muchos puntos ambas partes tienen la razón y están equivocadas al mismo tiempo, y cómo la gente ha querido tomar partida ciegamente por un lado o el otro no se ha analizado la situación en sus verdaderas dimensiones, por lo que en esta columna quiero hacer un análisis equilibrado de los motivos de este conflicto y cuál debiera ser la salida del mismo.

Se equivoca el gremio de los taxistas si cree que es posible detener arbitrariamente o por las vía de hecho los cambios acelerados que la innovación tecnológica está causando en su gremio y en muchas otras áreas de la economía y la sociedad, gran parte de la culpa la tiene el hecho de que durante tantas décadas este gremio nunca han querido evaluar y mejorar los estándares de su servicio.

Por el contrario, los taxistas han dejado que ese modelo nefasto de los famosos cupos determine completamente las reglas del crecimiento del gremio, como hoy en día quien quiere tener un taxi se gasta tanto dinero en algo tan absurdo como un “cupo” evidentemente el gremio en general no tiene los recursos ni los incentivos para mejorar sus estándares, y ese es el talón de Aquiles que ha usado Uber para ponerlos en jaque en todo el mundo.

Es como el mal ejemplo que da Anato y las agencias de viajes ante la llegada de las diferentes plataformas de servicios turísticos en línea, en vez de dedicarse a pensar cómo reaccionar ante esta ola de innovación, en vez de revisar qué aspectos del funcionamiento y oferta de servicios del gremio de las agencias de viajes están mandados a recoger optaron por pagar costosas campañas en los medios queriendo infundir el miedo en los consumidores dándoles a entender que los servicios turísticos que se adquieren en línea por estas plataformas tienen un altísimo riesgo de no ser cumplidos.

Tanto en el caso de las agencias de viajes como en el caso del transporte particular estos acelerados cambios en el status quo que están sufriendo son motivados por una simple razón: la tecnología ha traído nuevas formas de prestar dichos servicios que son evidentemente mucho más convenientes para sus clientes y son ellos quienes al fin y al cabo definen qué es lo que quieren y qué es lo que el mercado les debe ofrecer.

Ahora por el anterior escenario hay muchos que han tomado partida como defensores a ultranza de la plataforma Uber, queriendo mostrarla como la única y gran solución a los problemas del transporte particular y como la nueva manera como se debe manejar el mismo, si bien Uber es la plataforma líder en esta área y el crecimiento de su cobertura la convierte en el actor más importante de este nuevo mercado hay varias realidades adicionales que debemos tener en cuenta.

A diferencia de otras grandes compañías digitales como Google o Facebook quienes por sus características únicas han podido crecer exponencialmente y volverse en plataformas referentes del nuevo mundo digital, Uber no es una plataforma que sea tan compleja o evolucionada para que amerite tener el poder y la importancia mediática que está recibiendo.

¿Qué peligros tiene para nosotros los usuarios y para el mercado de transporte particular que una plataforma como Uber quiera dominarlo de manera tan agresiva? Entre otras cosas el abuso en los precios, al ser Uber una compañía privada sostenida por ambiciosos fondos de inversión todas sus decisiones están orientadas primordialmente a sus utilidades, por esa razón es que en el día sin carro en Bogotá algunos usuarios de Uber pagaron transportes dentro de la ciudad de hasta $167,600 pesos, lo cual no es un hecho aislado sino un patrón que ya ha sucedido en otras ciudades.

Es por eso que pienso que la solución de esta situación no está tomando partido por alguno de los dos bandos, sino encontrando una tercera alternativa, no es necesario que exista una sola y única plataforma como Uber, cada país o cada región puede tener una o varias plataformas propias hechas a la medida de las circunstancias locales, plataformas cuyas reglas de juego por fin consideren a los conductores como empleados y les den las coberturas y beneficios que hace mucho tiempo se merecen (en Uber los conductores siguen siendo simples contratistas), donde haya límites razonables en los porcentajes incrementales de tarifa por alta demanda y cuyas reglas de funcionamiento estén en armonía con los otros medios existentes de transporte.

Hacer una plataforma como Uber no es para nada difícil, como arquitecto de software puedo asegurarles que con un equipo de 10 a 15 recursos se puede crear una primera versión en 6 meses, pero como emprendedor digital soy consciente de que los principales obstáculos no son técnicos, sería necesario que diferentes actores del entorno como aseguradoras, compañías financieras, concesionarios de vehículos y los gobiernos locales y nacionales flexibilicen sus normas para permitir que se puedan crear de una forma factible con las características que les permitan competir contra Uber.

Como conclusión quiero dejar un mensaje: no hay que tenerle miedo a la innovación tecnológica ni luchar infructuosamente contra ella, recordemos que en la naturaleza y en los negocios solo sobreviven los que mejor se adaptan a las cambiantes circunstancias.

Manuel Castro López

Emprendedor digital, abanderado del desarrollo sostenible y activista político, aquí encontrarán mi visión sobre todos estos temas.

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