7 consejos clave para la contienda electoral por un clásico estratégico

“Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres).”  Calvino (1993)

Ítalo Calvino, en su texto ‘Por qué leer los clásicos’, brinda una serie de razones por las cuales se deben leer estos textos; es importante destacar que los clásicos son textos qué a pesar de ser de épocas anteriores conservan una serie de valores y elementos que permanecen vigentes, incluso sin importar la época.

En el mundo de la estrategia, particularmente en la que refiere a la política, la historia brinda una importante cantidad de autores que construyeron obras que se categorizarían como clásicos: Platón, Maquiavelo, Napoleón, Carl Von Clausewitz, entre ellos, muchos otros que estudiaron fenómenos sociales y de poder; sumado a su experiencia, brindaron elementos cruciales para el campo de la estrategia, entre ellos Sun Tzu, autor del libro “El arte de la guerra”; la creación de esta obra se sitúa entre 476 – 221 A.C., la cual aún en la actualidad es una lectura fundamental para quien sea estratega en cualquier campo o sector social, económico, intelectual, político, deportivo y por supuesto militar. El Arte de la Guerra de Sun Tzu ha influido en muchas figuras históricas notables y sobre él se han hecho famosos documentales que muestran su vigencia, incluso tiene adaptaciones para cada campo del desarrollo económico y social.

A pesar de su lenguaje bélico (propio de su época), el valor real del Arte de la Guerra está en sus conceptos filosófico-estratégicos, de los cuales grandes líderes históricos se han apropiado para lograr grandes gestas políticas, entre estas entender que la estrategia es diferente de violencia y guerra y que, por el contrario, hace referencia a la capacidad intelectual, organizativa y de ejecución para lograr objetivos. Hablamos entonces de todo un clásico literario.

Por todo lo anterior, los siguientes son 7 elementos estratégicos clave y completamente vigentes que se ajustan a las campañas electorales:

  1. “Calcula sirviéndote de los cinco elementos, y utiliza estos criterios para comparar y establecer cual es la situación. Los 5 elementos son: El camino, el clima, el terreno, el mando y la disciplina”.

Aplicado a una campaña electoral,  ‘el camino’ es esa hoja de ruta que se va a seguir para alcanzar los objetivos; ‘el clima’ se aplica a el estado de la opinión pública, a la importancia de manejar los tiempos y actuar cuando es favorable para saber enfrentarlo cuando es adverso; ‘el terreno’ nos lleva a las vías por las cuales se desarrollará la campaña, los denominados aire, tierra y digital, ‘el mando’ habla del liderazgo tanto al interior de la campaña como el liderazgo que refleja el candidato, en palabras de Sun Tzu “es una cuestión de inteligencia, honradez, humanidad, valor y severidad”, y ‘la disciplina’ se refiere al compromiso y capacidad de acción del equipo de trabajo sumado a la  organización de la cadena de mando y logística.

Al principio de la campaña es absolutamente fundamental realizar este análisis para conocer cual es la situación real de un proyecto político, una vez realizado este análisis se define el camino, sin embargo, es necesario realizarlo repetidamente en el desarrollo de esta.

Para este análisis es necesario responder unas preguntas básicas: ¿cuál es el camino que se va a seguir?, ¿quién tiene las cualidades adecuadas para liderar el equipo de campaña y quién para cumplir los roles del War Rom o equipo primario?, ¿quiénes están mejor preparados y tienen experiencia en campañas? ¿cuáles son los temas que orientan la opinión pública?

  1. “Valora las ventajas de pedir un consejo, y después estructura tus fuerzas en consecuencia, para añadir tácticas suplementarias extraordinarias. Las fuerzas han de ser estructuradas estratégicamente, basándose en lo que es ventajoso”.

Saber escuchar es una de las principales cualidades que debe tener cualquier líder político, para ello debe saber de quién recibe consejo pero no debe perder de vista el hecho de que él es quien en última instancia decide; una vez filtrados los consejos y definido cual va a ser su aprovechamiento se aplican en las acciones tácticas que desarrolla la campaña, siempre es fundamental resaltar los aspectos positivos que se poseen, pues un candidato NUNCA se debe disfrazar de algo que no es, la ciudadanía más temprano que tarde evidenciará la realidad, por lo cual el esfuerzo se orienta a potenciar las cualidades que representan fortalezas y disminuir las que representan desventajas, lo cual no implica esconderlas, sino, trabajarlas para que dejen de ser debilidades.

  1. “La formación y los procedimientos utilizados de la Estrategia no deben ser divulgados previamente”.

Uno de los recursos fundamentales que maneja una campaña (o cualquier organización) en la actualidad es la información, esta es el recurso básico que orienta el proceso, pues de ahí se define la estructura del equipo base y cuales son las acciones por realizar, solo el cuarto de guerra , war room o equipo primario (el cual no debe ser superior a 6 o 7 personas y quienes deben cumplir como principal requisito ser de absoluta confianza) puede tener conocimiento de cómo se estructurará y desarrollará la estrategia de campaña, pues si dicha información llega a filtrarse y ser de conocimiento de los medios de comunicación o las campañas rivales se pondría absolutamente en riesgo el objetivo de ganar, o incluso podría tener consecuencias mayores.

  1. “El que planifica la victoria en el cuartel general, incluso antes de entablar la campaña, es el que tiene más factores estratégicos de su parte. El que prevé su incapacidad de ganar en los cuarteles generales antes de empezar la batalla es el que tiene menos factores estratégicos de su parte”.

Sun Tzu, en El Arte de la Guerra completa esta frase con lo siguiente: “el que tiene más factores estratégicos a su favor es el que gana. El que tiene menos factores estratégicos a su favor es el que pierde”. La planeación es indispensable en todo el proceso de una campaña electoral, inclusive lo que se denominan estrategias emergentes, que son aquellas que se aplican en casos extremos y que no se habían previsto inicialmente. Planear aporta al camino, da la hoja de ruta clara que debe cumplir cada miembro de la campaña, cuáles son las metas que se deben cumplir, cada cuánto tiempo, con qué acciones, cómo se deben cumplir y quién es el encargado; se planea siempre sobre el tiempo que se tiene, a mi consideración, partiendo del día de elecciones o Día D, considerado así por ser el día que implica el máximo despliegue tanto económico cómo logístico, hacia este día se centran todos los esfuerzos y es fundamental tenerlo claro durante toda la campaña.

  1. “Cuando estés en medio de la batalla, aun cuando estés ganando, continuar mucho tiempo en ella desanimará a tus tropas (…); si mantienes a tu ejercito durante mucho tiempo en campaña, tus suministros serán insuficientes”.

Es absolutamente necesario comprender los tiempos de la campaña y que es el día D el que realmente define la victoria, hay un periodo de tiempo previo a las elecciones en el que la gente esta desconectada de la política (el ejercicio electoral) y aquellos candidatos que hacen campaña desde mucho tiempo atrás y de una manera muy intensa terminan cansando al electorado, incluso en ocasiones obteniendo su desprecio, es decir, “quemándose” antes de tiempo. Sumado a ello, que las campañas son bastante desgastantes para un equipo, y que no generan recursos económicos por sí mismas, por lo cual el no entender los tiempos juega en contra, pues agotará el equipo de trabajo, lo que creará divisiones, disgustos, disputas personales, sublevaciones, incluso la salida de personas que conocen información estratégica, adicionalmente en una campaña electoral siempre se requerirán mas recursos, por lo cual si no se tiene claro que el día D es el foco de la campaña, y que a él se destina a mayor parte de recursos, esfuerzos y desgaste logístico, el costo de la campaña puede llegar a ser incalculable, sin eso garantizar la victoria.

  1. “Las victorias de los buenos guerreros no destacan por su inteligencia o su bravura, así pues, las victorias que se ganan en batalla no son debidas a la suerte, no son casualidades, sino que deben haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad imponiéndose sobre lo que ya han perdido de antemano”.

De nuevo hay que hacer énfasis en la importancia de planear, por más que en el Día D se defina la victoria o derrota y eso implique el gasto de la mayor cantidad de los recursos y esfuerzos, no significa que se deba dejar para el final la planeación, el Día D debe estar preparado mucho antes, incluso esa es la labor fundamental por realizar en los meses previos, el reconocimiento, posicionamiento, la precampaña son todas periodos de organización, estructuración, construcción de alianzas, entrenamiento del candidato y el equipo  orientadas todo orientado a lo más importante que es la ejecución de la estrategia previamente construida.

Los resultados en las campañas se obtienen con trabajo, pero un trabajo estratégicamente orientado, un candidato serio no puede permitirse estar a la suerte o a la espera de que algún azar del destino lo potencie. Conformar un equipo calificado y con experiencia, definir roles claros y acordes a cada perfil, planear con tiempos y metas claramente especificadas, cumplir con una agenda estratégicamente direccionada y como dice el adagio insistir, persistir y nunca desistir, son los elementos que disminuirán la incertidumbre propia de las campañas y pondrán en posición de poder ganar a un candidato.

  1. “Las reglas son cinco: medición, valoración, cálculo, comparación y victoria”.

Para la creación de una estrategia acertada es fundamental investigar muy bien, pues son los datos que arroja la investigación los que permiten conocer el contexto y acertar al momento de definir la estrategia, las tácticas, los hitos, el público objetivo, la territorialización, incluso los elementos discursivos, de nada sirve que usted sepa hablar de un tema que pueda ser muy interesante y de su dominio si este realmente no moviliza al votante, por eso el ejercicio investigativo brinda elementos que se constituyen en la base y brinda la orientación necesaria para desarrollar los elementos filosóficos, teóricos e ideológicos que configuran un proyecto político, un programa electoral y una causa que estén lo suficientemente conectados con los ciudadanos, que los movilice al día de elecciones salir y ejercer su voto por un proyecto que realmente los logré convencer y del que se sientan parte.

No solo se investiga al inicio, también se investiga en el durante, es decir permanentemente, para eso existen diferentes tipos de métodos y elementos investigativos que resultan clave si se utilizan de acuerdo con la necesidad los hay cuantitativos y cualitativos a saber, lo primero refiriéndose a lo medible, y lo observamos muchas veces en encuestas de todo tipo: encuesta base, encuesta de seguimiento, encuesta tracking, encuesta flash, encuesta exit poll, sondeos de opinión, entre otros; lo segundo, refiriéndose a todo aquello que no es fácil medir pero que aún así nos proporciona información valiosa, como lo son las entrevistas en profundidad, grupos focales, escucha activa, entre otros.

Con la investigación permanente se podrá acceder a datos que permitirá orientar estratégicamente las acciones de la campaña, ejecutar las estrategias emergentes o incluso redefinir los objetivos, pues los datos también permiten hacer ejercicios comparativos con otros candidatos y saber realmente los efectos de las acciones que se están realizando permitiendo tener claridad sobre ‘el terreno’ del que nos habla Sun Tzu, entendiendo que “El terreno da lugar a las mediciones, estás dan lugar a las valoraciones, las valoraciones a los cálculos, estos a las comparaciones, y las comparaciones dan lugar a las victorias”.

Retomando las palabras de Calvino “Un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”, la vigencia de un clásico perdura, se adapta a las épocas y brinda siempre elementos valiosos para quien lo lee, lo entiende y lo ajusta a su contexto. El Arte de la Guerra es un texto de la China antigua de más de 3.000 años y que como evidenciamos actualmente se aplica en todos los ámbitos tanto en Asia, Europa, Norteamérica, Latinoamérica, es decir en todo el mundo y a lo largo de la historia, es un texto que no contiene teorías, contiene las bases filosóficas del pensamiento estratégico, el cual es útil para una persona en todos los aspectos, desde sus negocios hasta sus relaciones interpersonales, y a un país desde su política exterior, hasta el factor más elemental de la micropolítica.

Dice Calvino: “Los clásicos son esos libros que nos llegan trayendo impresa la huella de las lecturas que han precedido a la nuestra, y tras de sí la huella que han dejado en la cultura o en las culturas que han atravesado (o más sencillamente, en el lenguaje o en las costumbres). Esto vale tanto para los clásicos antiguos como para los modernos. Es clásico lo que tiende a relegar la actualidad a categoría de ruido de fondo, pero al mismo tiempo no puede prescindir de ese ruido de fondo. Es clásico lo que persiste como ruido de fondo incluso allí donde la actualidad más incompatible se impone”.

Estas palabras de Calvino muestran la vigencia de los clásicos y para este caso puntual, la aplicabilidad en procesos actuales como las campañas electorales las cuales cada vez se profesionalizan más y requieren de niveles más altos de competitividad para arrojar resultados positivos. Por eso la invitación es no limitarse a leer textos sobre textos ni opiniones, sino a ir directamente a estos libros clásicos, leerlos, disfrutarlos, entenderlos y adaptarlos a procesos actuales.

La escuela y la universidad deberían servir para hacernos entender que ningún libro que hable de un libro dice más que el libro en cuestiónCalvino

 

Sebastián Ruda Gallego

Máster en Comunicación y Marketing Político de Universidad de Alcalá y Cescompol, Politólogo, analista político y Asesor del Grupo Urbano Medellín.