Con una revuelta popular comenzó el proceso de “Independencia” de Colombia. Mañana, 20 de julio de 2021, en el marco del Paro Nacional, el país estará honrando por primera vez en mucho tiempo los valores republicanos que inspiraron a nuestros antepasados: desobedecer y protestar. El pueblo, incomodando a las élites criollas y militares, saldrá a tomarse las calles, arrebatándole la conmemoración a los hombrecitos armados en fila que al son de bandas marciales se apropian de las calles desde hace 50 años.
Frente a esta reivindicación popular, el Gobierno del uribismo ha decidido responder a través del derecho penal. La Policía Nacional, de la mano de la Fiscalía, vienen realizando labores de policía política del establecimiento para impedir la protesta a como dé lugar. La respuesta institucional frente a las masivas movilizaciones que se esperan para el 20 de julio, es el “Operativo Nacional Primera Línea”, estrategia de criminalización de las expresiones de resistencia y de defensa de la juventud movilizada frente al abuso de autoridad, criminalizando nada más y nada menos que los valores de la República.
Lo que vivirá Colombia este 20 de julio no puede ser más paradójico: mientras la Policía posa una supuesta transformación institucional a través del color azul marino, invoca la Independencia para reprimir las libertades. Por su parte, la Fiscalía arremete con capturas contra jóvenes de las primeras líneas, acusándolos de ser las cabezas de grupos criminales organizados y a través de allanamientos e incautación de elementos que consideran “peligrosos” como cascos, guantes, gafas, escudos, camisetas de la Selección Colombia, vinagre, leche, entre otros. Este trabajo mancomunado entre las agencias del poder punitivo habla de esos fines no declarados del derecho penal que hoy intentan alcanzar por medio del uso selectivo del poder punitivo.
Para fabricar grupos criminales, la Policía y la Fiscalía han necesitado desplegar labores ilegales de inteligencia como seguimientos, interceptaciones y empadronamientos contra los jóvenes que han venido participando en las movilizaciones. Ayer capturaron a 12 jóvenes en distintas partes del país y en nombre de la Independencia pretenden legitimar sus abusos para que el desgobierno de Iván Duque pueda seguir controlando a la población a través del terrorismo y el autoritarismo, que son sus únicas formas de hacer “política”. Ello, no sorprende porque en los gobiernos del uribismo ya hemos experimentado el ejercicio desenfrenado del poder punitivo para perseguir opositores, desarticular resistencias y procesos sociales y consolidar un proyecto autoritario que descree de los derechos, las libertades y garantías cuando estas no les son funcionales al curubito de atenidos que detentan el poder.
El grito de independencia es un grito de resistencia, es un grito en contra de la opresión. La Fuerza Pública y el Gobierno invocan la Independencia para perpetuar represión y continuar violando sistemáticamente los derechos humanos de quienes han demostrado ser los verdaderos defensores de los valores republicanos[1]. Este es el mundo al revés, la democracia sin contenido, el gobierno de las palabras vacías, la manipulación más grosera de los asuntos públicos y la criminalización de los valores republicanos en el Día de la Independencia de Colombia.
Por más que se esfuerce el Fiscal General, el Ministro de Defensa, el General Vargas y el Presidente interpuesto Iván Duque, nadie en sus cabales desprecia tanto la historia como para permitir semejante abuso. La realidad, por más distorsionada que pueda estar, sigue siendo la realidad; vemos y veremos el autoritarismo vestido de verde o de azul, y por más que se empeñen en fabricar criminales, y quieran que el grito de independencia sea el grito de las aturdidoras del ESMAD, mañana, el grito lo recuperarán sus verdaderos legatarios, la ciudadanía libre.
Hago un llamado a todas las y los penalistas de este país que aún creen en las garantías. La criminalización de la juventud y de la República es infamia pura y dura. Ante esto, lo que nos queda es exigir la oposición de límites al ejercicio del poder punitivo.
¡Gracias por tanto, jóvenes!
[1] Rojas, Gabriel. (08 de junio de 2021). Elogio del estorbo Vol. II: Los jóvenes de la Primera Línea son los verdaderos republicanos. Disponible en: https://cerosetenta.uniandes.edu.co/elogio-del-estorbo-vol-ii-los-jovenes-de-la-primera-linea-son-los-verdaderos-republicanos/
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