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Como concejal de Itagüí por el Centro Democrático, he visto de primera mano una realidad que me duele y me indigna: hay gente que dice amar a Uribe, que se llena la boca hablando de seguridad democrática y de todo lo bueno que hizo el presidente, pero a la hora de votar se van con cualquier voltiarepas que les prometa el cielo y la tierra.
La traición disfrazada de “independencia”
Hermano, seamos claros: si usted de verdad cree en Uribe, si de verdad valora lo que él hizo por este país, ¿entonces por qué diablos vota por otros? Eso no es ser independiente, eso es ser voltiarepas puro y duro.
Yo he caminado las calles de Itagüí, he tocado puertas, he hablado con la gente del barrio, y me encuentro con personas que me dicen: “Ay, concejal, yo soy uribista de corazón”, pero luego van y votan por cualquier pelagatos que les regale una camiseta o les prometa un auxilio.
Eso no es coherencia, eso es oportunismo barato.
El daño que nos hacemos nosotros mismos
Mire, la cosa es así de simple: si nosotros, los que creemos en el uribismo, no votamos unidos por el Centro Democrático, estamos regalando el poder a los que nos han hecho daño durante décadas. Estamos fortaleciendo a los mismos que critican a Uribe todos los días en los medios.
¿Sabe qué pasa cuando nuestros votos se van para todos lados? Que perdemos representación, que nos quedamos sin voz en los concejos, en las asambleas, en el Congreso. Y después nos quejamos de que “nadie nos representa”.
¡Claro que nadie nos representa si nosotros mismos no nos representamos!
Desde las trincheras de Itagüí.
Yo me metí a esta pelea política porque creo en las ideas de Uribe, porque creo que su proyecto es lo mejor para Colombia. Pero no puedo hacer magia solo. Necesito que la gente que piensa como yo, que siente como yo, me respalde a mí y respalde a todos los candidatos del Centro Democrático.
En Itagüí hemos logrado cosas importantes, hemos peleado por la seguridad, por las obras, por la transparencia. Pero imagínese lo que podríamos lograr si todos los uribistas votaran en bloque, si dejáramos de ser voltiarepas y fuéramos consecuentes.
Un mensaje directo y sin rodeos.
A todos los que se llenan la boca hablando de Uribe pero votan por otros les digo: o están o no están con nosotros. No hay medias tintas en política.
Si usted de verdad ama a Uribe, demuéstrelo votando por el Centro Democrático. Si no lo hace, no se haga llamar uribista porque está siendo más dañino para el movimiento que los mismos enemigos declarados.
El llamado desde el terreno.
Como concejal que soy, como alguien que vive la política día a día en las calles de Itagüí, les hago este llamado: basta ya de voltear arepa. Basta ya de andar de flor en flor como mariposas políticas.
Si creemos en este proyecto, si queremos que las ideas de Uribe sigan vivas y fuertes, tenemos que ser consecuentes. Tenemos que votar por nuestros candidatos, apoyar a nuestros dirigentes, fortalecer nuestro partido.
Porque al final del día, hermanos, la política no es de sentimientos bonitos ni de nostalgias. La política es de votos, de poder real, de capacidad de hacer cambios.
La hora de la verdad.
En las próximas elecciones se va a ver quién es uribista de verdad y quién es voltiarrepas. Se va a ver quién está dispuesto a dar la pelea desde las instituciones y quién prefiere quedarse en la comodidad de la queja eterna.
Yo ya tomé mi decisión hace mucho tiempo. Estoy aquí, en el Centro Democrático, dando la cara, peleando cada día por las ideas que creo.
¿Y usted qué va a hacer?
Desde Itagüí, con la frente en alto y las ideas claras.














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