Vida en desarrollo

“La vida no comienza en el momento del nacimiento, sino en el instante en el que ocurre la fecundación”


A lo largo de las últimas 5 décadas, por darle un lugar en el tiempo, el aborto ha sido uno de los temas más polémicos y complejos que ha generado un intenso debate en la sociedad. Aunque algunos argumentan que la mujer tiene derecho sobre su cuerpo y su decisión, en lo que a mí respecta mostraré el por qué me opongo vehementemente a este, dado que, considero que implica la interrupción de la vida prenatal, la cual, si nos fijamos bien, ya es denominada como “VIDA” y coherentemente debería ser suficiente.

Tanto la comunidad científica, como el marco legal (en algunos países) coinciden en que, desde el momento de la concepción, un ser humano comienza a formarse y crecer. El embrión, y luego el feto, posee un código genético ÚNICO y un potencial para desarrollarse en una persona con características, pensamientos y sentimientos propios. La vida no comienza en el momento del nacimiento, sino en el instante en que el espermatozoide fecunda al óvulo, es preciso resaltar que gracias a esto surge un nuevo ser humano distinto de todos los que han existido, y existirán, haciéndolo merecedor de protección y respeto.

Por otra parte, la filosofía establece que “NO DEBEMOS COMPRENDER EL EXISTIR DISTINTO DE LA ESENCIA EXISTENTE”, frase que sugiere que no se puede entender el existir de algo sin considerar su esencia, es decir, su naturaleza intrínseca y características fundamentales. De hecho esta idea la podemos relacionar con conceptos como el esencialismo, el cual sostiene que los seres tienen una naturaleza fundamental que define su existencia, incluso, filósofos como Aristóteles sostuvieron que la esencia y la existencia están estrechamente relacionadas, es más, esta frase puede tener implicaciones en diversas áreas como la metafísica (la naturaleza del ser y la existencia); la ética (la comprensión de la naturaleza humana y su existencia), la epistemología (la relación entre el conocimiento y la existencia) y hasta la religión (afirma que somos escogidos por Dios desde el vientre de nuestra madre).

El aborto, por lo tanto, no es simplemente una cuestión de derechos reproductivos, sino que implica la eliminación de una vida en formación. Es un ser inocente y vulnerable que no tiene voz ni defensa. La sociedad debe proteger y defender a los más débiles, y el feto es el más vulnerable de todos.

En Colombia el aborto inducido o interrupción voluntaria del embarazo es legal hasta las 24 semanas de gestación (por sentencia C-055-22 de la Corte Constitucional del 21 de febrero de 2022), lo cual equivale a cinco meses de embarazo, y en este punto me quiero detener un poco, pues considero que en este se basa la mayor razón por la cual estoy en contra de tal aberración humana, puesto que, alrededor de este tiempo de formación el feto ya es viable. Lo que significa que puede vivir fuera del útero, por cierto, hay algunos fetos abor-tados que han vivido con cuatro meses para morir como mortinatos. Cuántos no conocemos o tenemos familiares, amigos o conocidos que se destacan por ser cinco o seismesinos, a los cuales les otorgan la facultad de ser mas inteligentes que aquellos que nacimos con el tiempo de gestación cumplido. Entre estas y otras razones considero que permitir un aborto en esta etapa de gestación no solo es un error, es un HOMICIDIO, pues se está interrumpiendo abrupta y abusivamente una vida humana que poca responsabilidad tiene de las razones por las cuales se le impide seguir con su vida. Además, es relevante mencionar que el aborto puede tener consecuencias psicológicas y emocionales graves para la mujer, ya que muchas que lo han practicado posteriormente reportan sentimientos de culpa, tristeza y arrepentimiento que pueden perdurar durante años. Por tal razón considero que la sociedad debe ofrecer alternativas y apoyo a las mujeres que enfrentan embarazos no deseados, en lugar de promover la eliminación de la vida.

Ahora bien, esto no quiere decir que soy un moralista o religioso y dejo claro que no son esas las razones de mi oposición, sino argumentos científicos y filosóficos que ya expuse anteriormente, aunque debo acotar que estoy de acuerdo con las 3 causales legalizadas desde la sentencia C-355 de 2006 por la corte constitucional colombiana (riesgo de muerte de la gestante, malformación del feto o violación), por lo que me temo que no es necesaria la nueva sentencia.

En conclusión, el aborto no es solo una cuestión moral y ética que implica la vida, la muerte y el derecho de decidir sobre un cuerpo, como una minoría lo quiere hacer ver. Como sociedad, debemos priorizar la protección y el respeto por la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural. Debemos buscar alternativas y soluciones que apoyen a las mujeres y a los niños, en lugar de recurrir a la eliminación de una VIDA EN DESARROLLO porque una ley, sin sentido a mi parecer, lo apruebe.

Alexander Rivera Cárdenas

Soy un apasionado de las palabras y las ideas. Con más de 10 años de experiencia como profesor de Lenguaje y Literatura, he tenido el privilegio de guiar a generaciones de estudiantes en su camino hacia la comprensión y el amor por la literatura. Además de mi dedicación a la enseñanza, soy Ingeniero Industrial y escritor. Mi experiencia en la industria me ha permitido abordar la literatura desde una perspectiva única, buscando siempre la innovación y la creatividad. Mi objetivo es inspirar a las personas a explorar el poder de las palabras y a encontrar su propia voz en el mundo actual.

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