Al momento de redactar esta columna, 9 de julio de 2023 se esperan los resultados de las Consultas Internas del Partido Alianza Verde, que ya tiene la trayectoria y poder de un partido tradicional, aunque para la barrera tenga un discurso “alternativo” (no en vano tiene la Alcaldía de la capital del país y la Presidencia del Senado para el segundo año de la Legislatura desde este próximo 20 de julio será de su entraña). Los alternativos “de centro” y los radicales aúlicos del Gobierno central son amantes de la democracia cuando les beneficia a ellos, pero la objetan cuando son otros los que la ejercen. ¿A qué juegan los verdes?
¿Habrá continuidad oculta del Partido Alianza Verde en Bogotá para la Alcaldía Mayor en 2024 preparando la eventual candidatura presidencial de Claudia López? ¿Quién es el verdadero candidato del Pacto Histórico a la Alcaldía?. Caricatura Matador-El Tiempo.
He reiterado este punto en varias de mis columnas anteriores, pero es necesario recalcar que la izquierda y pretendido centro en Colombia de coherencia tienen poco a nada. Tanto en las elecciones de los Consejos Municipales de Juventud en diciembre de 2021 y en las Consultas Interpartidistas del pasado junio, dichas colectividades políticas lanzaron pestes y entelequias acomodadas y rebuscadas en el resentimiento e inseguridad en sí mismos para deslegitimar los procesos. Acuden al hombre de paja de una conciencia “anticorrupción”, que no es más que la excusa para tildar a los otros del deseo oculto de su corazón. Como se diría en lenguaje de clase media bogotana: “el que las hace se las imagina”. Cuan novio que pide un tinto mientras su amada pide el plato más costoso del menú, debido a su pobreza, pero equilibrando todo con la mentira evidente con disfraz de piadosa de “yo desayuné bien”, así de ridículos se ven los zurdos y centristas al justificar no ir a las elecciones y perder por w como se dirá en el fútbol. Así de ruidosos fueron los comentarios ofensivos y groseros de sus huestes en las calles, entornos reales y redes sociales contra el Partido Liberal y el Centro Democrático por haber utilizado una fecha oficial fijada en el calendario electoral vigente del Consejo Nacional Electoral y la Registraduría que fue el pasado 4 de junio para armar sus listas para ediles en 19 de las 20 localidades de Bogotá en sus respectivas Juntas Administradoras Locales-JAL.
¿Por qué las consultas del Partido Alianza Verde no tuvieron la difusión suficiente en redes sociales, medios de comunicación y pedagogía ciudadana? ¿La democracia toma vacaciones de verano al acabarse las sesiones ordinarias del Congreso y los cuerpos colegiados regionales?
Al igual que algunos partidos del Pacto Histórico que además de no celebrar sus primarias en el desarrollo del calendario electoral, sino que armarán sus listas de acuerdo a intereses mezquinos apartando los mejores liderazgos y voluntades alternativas al ostracismo, mientras copian lo que más odian supuestamente. Eso, sumado a la incompetencia de muchos altos mandos y la mediocridad y falta de inteligencia emocional de mandos medios y bajos en el Gobierno central (por ejemplo, el equipo de prensa del Ministerio de Defensa).
María Fernanda Rojas, precandidata a la alcaldía de la capital y ex presidenta del Concejo tiene como lema “ganar el Tour de Francia en triciclo”. Más bien va a tener que cruzar el Niágara en bicicleta y aprender a nadar contracorriente como los salmones, porque, según todos los pronósticos y el realismo político en medio de su impopularidad y fracasos con que Claudia López termina su Administración, apoyará y endozará toda la maquinaria al Nuevo Liberalismo y su candidato Carlos Fernando Galán, seguramente a cambio de ratificación o enroque de funcionarios claudistas en la eventual nueva gestión, para no perder poder ni influencia en la administración de la ciudad, de cara a las elecciones presidenciales de 2026.
Esas elecciones, las de 2026, son la real preocupación del petrismo y las facciones de izquierda más recalcitrantes para que se consolide un proyecto a largo plazo de sucesión progresista en el Ejecutivo. Las regionales, les importan un pito, las dan por perdidas y a lo mejor, estén prefabricando un escenario visible de desorden, improvisación y caos interno entre real y actuado. Dejarán que la centro derecha se deje quemar y fotografiar con su triunfalismo, errores y falta de evolución.
¿Le dejaremos el camino libre a la mediocridad, las élites y el totalitarismo?
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