Urgen nuevos modelos metodológicos para la investigación social del Crimen Organizado en América Latina

El Crimen Organizado transnacional ha permeado estructuras estatales y sociales a todo nivel en América Latina, es cada vez más difícil rastrear el impacto y alcance de este en cuanto a la influencia política, interpersonal, social e institucional que tiene. Las formas de permeación e interacción han mutado desde la década de los 80s y 90s, cuando se empezó a masificar este fenómeno en nuestros países, y la forma en que se los estudia y se los enfrenta también requiere repensarse.

Si tomamos la tasa de homicidios por cada 100 000 habitantes como indicador de criminalidad, América Latina ya es la región más violenta del mundo de acuerdo a los datos publicados por organizaciones como UNDP y portales como InSightCrime. Esto debido al alto flujo de armas ilegales, la disputa por el control de rutas y mercados de tráfico de drogas, así como el debilitamiento de los estados y sus fuerzas del orden.

Es cada vez más evidente que estos indicadores tradicionales no son suficientes para dimensionar el impacto y la permeación de las nuevas lógicas de estos grupos, aunque aportan data interesante y necesaria. No bastan las cifras para comprender las lógicas de interacción social y política que tienen los grupos de crimen organizado y las élites políticas, por ejemplo.

En países como México ya se han ensayado metodologías cualitativas que toman aprendizajes de las ciencias sociales para adquirir información más detallada y de fuentes primarias que caracterizan de mejor manera las lógicas de relacionamiento internas y externas de estas organizaciones criminales y permiten dimensionar su alcance. Si bien, son metodologías experimentales, es tarea nuestra como investigadores poner manos a la obra, y recordando a Wright Mills, cual artesanos de las ciencias sociales, diseñar e innovar en metodologías de estudio e investigación.

El momento actual de América Latina en relación a los grupos criminales requiere de todos los recursos disponibles para comprender, estudiar, analizar y aportar a la construcción de políticas públicas lo antes posible. Requerimos instrumentos técnicos y metodológicos para analizar y proponer alternativas para afrontar los desafíos que atraviesa nuestro continente en materia de seguridad antes de que sea irreversible. Es clave que la construcción del discurso de la seguridad, tanto como la disputa del sentido común no sea patrimonio únicamente de las fuerzas del orden, de las derechas y de las instituciones militares o policiales, y que podamos disputarlo desde las izquierdas y desde la Academia.


Todas las columnas de la autora en este enlace: Samantha Gordillo Suárez

Samantha Gordillo Suárez

Soy socióloga política y criminóloga. Hincha del Club Deportivo El Nacional, miembro de la barra Marea Roja. Trabajo en la industria tecnológica, buscando que la tecnología nos permita acortar brechas sociales y no ampliarlas. Escribo sobre fútbol y sociedad, seguridad y crimen organizado y tecnología responsable.

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