Una “vaca solidaria” para la Universidad de Antioquia

En medio de la crisis financiera por la cual atraviesa la Universidad de Antioquia -UdeA-, desde algunos sectores políticos se ha invitado a la comunidad académica a ser “creativa” para encontrar una solución a una crisis que no ha parado de acrecentarse con los años. Sin entender muy bien esa invitación a ser “creativos” ante una situación que exige de una solución estructural y permanente que garantice la sostenibilidad del Alma Mater en el corto, mediano y largo plazo; eso sí, sin sacrificar su oferta misional y de extensión, un amigo muy creativo me dijo: “¡Entonces, hagan una vaca!”.

El razonamiento es el siguiente: la UdeA, siendo el principal proyecto social, académico y cultural en la historia antioqueña, debería apelar, sin ambigüedades y con contundencia, a la disposición de ese pueblo antioqueño -tan orgulloso de sus símbolos, historia e identidad- para que a través de una “vaca solidaria” -tan de moda por estos días- contribuya a resolver la crisis sin poner en riesgo la viabilidad de la universidad.

Recientemente, la figura de la “vaca solidaria” cobró fuerza en la opinión pública y se convirtió en un dispositivo de captación de recursos que funciona en dos niveles; primero, refuerza el sentido de unidad de un grupo social o de presión en torno a una causa común; su origen, en el llamado del uribismo a garantizar la continuidad de las obras 4G, apeló a la solidaridad como garantía de continuidad o gestión de lo público; y segundo, plantea una mediática estrategia de oposición o de posicionamiento ante el Gobierno nacional.

Sé que proponer una “vaca solidaria” para la UdeA es una idea bastante descabellada, un sinsentido que ni debería ser considerado seriamente en una columna de opinión porque no tiene “ni cola, ni orejas”, pero me resultó curioso pensar que en esa invitación a ser “creativos” en medio de la crisis, dicho llamado a la solidaridad colectiva podría funcionar como una medida de presión hacia los directos responsables de plantearle una solución estructural a la universidad: el Gobierno nacional y el Congreso de la República.

Ya el Gobierno departamental -con una lamentable experiencia en “vacas solidarias”-  a “regañadientes” y con ciertas condiciones, dispuso de una partida presupuestaria para paliar la crisis en lo inmediato, pero eso es algo que, en plata blanca, solo es un adelanto de sus compromisos con la universidad. Lo curioso es que vino de la mano de una invitación para “apretarse el cinturón” y asumir medidas de austeridad y ahorro. Porque la solución pasa por lo externo y por lo interno. Ya veremos qué tanto se aprieta el cinturón desde la universidad y a qué rublos se les aplicará el “tijerazo” de austeridad.

Ahora, la pelota queda en la cancha del Gobierno nacional y del Congreso de la República.

Del Gobierno, para consensuar una solución que sea consecuente con su respaldo a la universidad pública, porque se debe tener presente que la crisis financiera no es exclusiva de la UdeA, es extensiva, con diversos grados de intensidad, al conjunto de universidades públicas. Aunque resalto la apuesta del presidente por la construcción de nuevas sedes universitarias, considero que tiene más sentido práctico fortalecer y mejorar lo que ya se tiene. Mucho más cuando se trata de una universidad que ha demostrado su esfuerzo con la regionalización y con la ampliación de una oferta académica construida desde y para los territorios.

Del Congreso de la República, porque en pocas semanas, si los cálculos de los ponentes no  fallan y la gobernabilidad así lo permite, llegará a la Comisión sexta del Senado un proyecto de reforma a la ley 30 de 1992 que de aprobarse en su componente financiero resolvería la crisis, no solo en lo inmediato, sino de forma progresiva y estructural.

Dicha reforma es un acto de justicia histórica con el crecimiento y el desempeño de la universidad pública a lo largo de las últimas décadas. Habrá que ver si el Congreso se encuentra a la altura del momento y no le da nuevamente la espalda a la educación superior pública.

De ser el caso, la propuesta de una “vaca solidaria” ya no me resultaría tan descabellada.


Todas las columnas del autor en este enlace: Fredy A. Chaverra Colorado

Fredy Chaverra Colorado

Politólogo, UdeA. Magister en Ciencia Política. Asesor e investigador. Es colaborador de Las2orillas y columnista de los portales LaOrejaRoja y LaOtraVoz.

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