No pasa un minuto después de frases contra la institucionalidad, contra la separación de poderes, contra el sector privado, contra los antecesores, contra nuestra fuerza pública para que las páginas digitales comiencen a replicar.
Lleva este país del Sagrado Corazón de Jesús 25 meses de un gobierno que se vendió como «progresista y de cambio», y bueno, para no entrar en discusiones estériles que a nada bueno conducen, quedan a consideración de mis amables lectores una cantidad ya innumerable de audios, videos y cualquier tipo de evidencias que desdicen de ese eslógan con el que se conquistó el voto de once millones de ciudadanos para que hoy Gustavo Petro sea el presidente de los colombianos de cuyo período se malogró el 52%. Se malogró digo, porque cuando las ejecutorias brillan por su ausencia, bien le viene al «lider» echar mano del insulto, la amenaza, y por ahí derecho mendigarle al «pueblo» el arropamiento a las «nobles causas» que dice defender. Por estos días me vienen a la memoria las palabras de Felipe Zuleta Lleras, integrante de la mesa de trabajo de Blu Radio que en época de campaña en 2022 afirmaba que su temor por la entonces posibilidad de un Petro presidente, no era ni siquiera por el pasado guerrillero del nacido en Ciénaga de Oro, sino por su escasa o nula capacidad administrativa de la que hizo gala en su accidentada alcaldía de Bogotá 2012 – 2015.
Ya las jartas alocuciones presidenciales que muchos con algo de razón dicen son segundas partes de Cantinflas, y no porque algunas interrumpen series del humorista mexicano en el Canal RCN sino por el contenido poco o nada sustancioso y sí venenoso del Petro provocador, no alcanzan a ser esperanzadoras… es más, creería yo que para que sean un buen insumo para un titular de prensa que convide a la lectura del artículo, tienen qué hacer malabares.
Los medios de comunicación deberían acordar acciones sobre cómo informar a la gente, a sus distintos públicos sobre las incoherentes, falaces y casuales frases del presidente. Que sea el primer ciudadano del país por su ascendencia y responsabilidad no quiere decir que el público mayoritario se interese por informarse y profundizar sobre ellas, y más sabiendo que lo que busca el inquilino de la Casa de Nariño es dividir y motivar odios.
Yo no me atrevo a adjudicarle a Maquiavelo ni a ningún otro pensador o filósofo la frase «divide y vencerás», pero sí me queda absolútamente claro es que el Petro gobernante quiere apropiársela, busca que la sociedad se polarice pues entiende que eso sería un buen caldo de cultivo para reelegirse él o en persona ajena y continuar su vinagrado proyecto político.
Los medios – creo yo- le están ayudando sin querer queriendo. No pasa un minuto después de frases contra la institucionalidad, contra la separación de poderes, contra el sector privado, contra los antecesores, contra nuestra fuerza pública para que las páginas digitales comiencen a replicar. ¿No caen en cuenta que eso es lo que busca el generador de odio? Ojo medios: si esta vaina se desestabiliza como pretende Petro, ustedes tendrán tanta o más responsabilidad que él. Informar es su tarea, pero no tienen qué abrir con titulares de frases sin contexto, ambiguas, sin sustento, sin lógica. Los lectores pedimos responsabilidad en la información, seriedad en los comentarios y sobre todo, queremos una prensa que entienda que en dos años, dos meros añitos, cesará la horrible noche y será menos horrible si ustedes le dan importancia a lo importante e ignoran o minimizan comentarios o posiciones del presidente con los que busca pasar de agache su desventurado ejercicio de gobierno.
Me despido y como decía ese prohombre del remedo Crisanto Alonso Vargas, Vargasvil, hasta después pues…
Excelente Norman