“la Gobernación de Antioquia tiene una oportunidad de oro para liderar los procesos de desarrollo de la minería como base e impulso para la diversificación productiva en cada una de las nueve subregiones teniendo como pilares la sostenibilidad y los derechos humanos.”
Frente a la iniciativa de la Gobernación de Antioquia que busca reducir su tamaño, pasando por la eliminación de la Secretaría de Minas, consideramos que es posible dar un giro a la presencia de la Gobernación en uno de los departamentos con mayor vocación y desarrollos mineros del país.
Mucho se ha dicho desde la pregunta “¿Si ya no hay delegación minera, para qué secretaría de minas?” y nos gustaría desde este espacio brindar algunas ideas sobre posibles respuestas a esa pregunta que sirvan para mostrar el potencial que guarda el desarrollo minero del departamento y del país.
En Antioquia se hace minería desde Urabá hasta Puerto Berrío, de Nechí a Caramanta en diversas zonas se adelantan minería de oro, carbón, materiales de construcción y materias primas para la industria como base de economías rurales y desarrollos municipales. Al ser una actividad del campo, inclusive en sus niveles industriales, coinciden en los territorios la minería, la agricultura, la voluntad de desarrollo y los límites impuestos por la geografía y la distancia – civil, económica y política – que aún tiene respecto de las grandes ciudades.
De cara al futuro, existe la propuesta de sustituir la exportación de combustibles fósiles para pasar a la exportación de minerales, productos e insumos industriales, bienes y servicios; sólo posible si encontramos el equilibrio entre el desarrollo social, económico y ambiental que nos permita potenciar verdaderamente esta industria y quienes la integran. Consideramos que es aquí, de cara al futuro donde la Gobernación de Antioquia tiene una oportunidad de oro para liderar los procesos de desarrollo de la minería como base e impulso para la diversificación productiva en cada una de las nueve subregiones teniendo como pilares la sostenibilidad y los derechos humanos. Esto requiere un sector minero fuerte, unas empresas organizadas en una visión común, comunidades con prospectivas territoriales y un diálogo permanente articulado por la academia y la sociedad civil. Solo es posible si participamos todos.
Tres ideas donde una Secretaría de Minas fuerte y una Gobernación articulada pueden hacer la diferencia para la economía de Antioquia:
Primera, para construir una estructura de desarrollo empresarial y económico con proyección nacional e internacional es necesaria una dirección de minería empresarial que se haga cargo de la formulación y puesta en marcha de planes, proyectos y programas que articulen la cadena industrial de la minería desde la sostenibilidad, la productividad y la competitividad incentivando a una mayor y mejor producción de minerales, a una producción polimetálica, a una producción en escala industrial de materiales de construcción sostenible, resultando en una gestión que permita abrir nuevos mercados, ampliar los existentes y consolidar los emergentes. Hablamos de minerales de interés para la transición energética y de un papel más activo en estos nuevos mercados que genere confianza, credibilidad y crecimiento y desarrollo para la pequeña, mediana y gran minería en el departamento.
En segundo lugar, formalización minera es desarrollo empresarial con enfoque social e incluyente desde la coordinación para los programas de minería artesanal y reconversión productiva, la formalización de actividades mineras viables social y ambientalmente, y el fomento a la minería sustentable como proceso de diversificación productiva y desarrollo agrario. A manera de comentario, en 2023 se adelantó en las subregiones de Buriticá, Bajo Cauca y Nordeste una caracterización que resultó ampliándose a todo el departamento con el apoyo y articulación del Ministerio de Minas y Energía y la Agencia Nacional de Minería, como resultado preliminar se identificaron más de 30 mil mineros en más de 5 mil labores y frentes de trabajo.
30 mil personas y sus familias que debemos conducir a proyectos de vida que tengan como base actividades legales y una cultura de respeto y goce de los derechos humanos necesitan un articulador entre el municipio y las agencias y entidades públicas y privadas para acompañar no sólo a los mineros, también a sus familias, en la construcción de un nuevo proyecto de vida hacia la agricultura, la ganadería, la industrialización y procesamiento de las materias primas y el desarrollo rural que tenga en cuenta la mayor premisa de la minería: los recursos minerales son finitos y escasos, por lo que siempre se debe tener como pilar la diversificación productiva de las comunidades donde se desarrollan sus proyectos.
En tercer y último lugar, es necesario ocupar un espacio en la gestión de los conflictos y la promoción de la gobernanza de los asuntos sociales, ambientales y la seguridad minera entre las empresas, las comunidades y el Estado. El desarrollo económico que produce aprovechar los minerales y sus mercados es ampliamente reconocido, así mismo implica un riesgo de consolidación de economías y mercados ilegales que sólo puede crecer en un entorno propiciado por una presencia débil del Estado, comunidades aisladas y empresas arrinconadas.
La minería legal como desarrollo económico e industrial implica transformaciones locales en todos los aspectos, incluyendo un costo ambiental y un costo social que pueden ser gestionados debidamente a través del diálogo, articulación de iniciativas sociales y de construcción colectiva entre el Estado y las empresas que beneficien a las comunidades de las áreas de influencia y regiones. De la extracción ilícita de minerales se hace cargo la política de seguridad.
Preparemos los municipios para la descentralización y la autonomía fiscal fortaleciendo los departamentos, en Antioquia existe el modelo virtuoso que busca promover la participación ciudadana, así como la integración del desarrollo entorno al modelo Universidad – Empresa – Estado – Sociedad Civil, ¿cómo podemos hacer entre todos esta visión algo posible en menos de 20 años?
Nuestra propuesta e invitación a la Gobernación de Antioquia, a las administraciones locales, a los diputados del departamento y la asamblea de Antioquia, así como a cada uno de los ciudadanos es pensar en la minería como un eje articulador desde el diálogo, la sostenibilidad, el respeto y la responsabilidad entre los líderes sociales y comunitarios, las administraciones locales y regionales, donde la academia y las empresas que participan en el sector minero para aporten al cumplimiento y desarrollo de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, la construcción de paz y la consolidación de un territorio productivo.
Tengamos conversaciones y hablemos de descentralización y autonomía territorial partiendo de un buen diseño institucional para el desarrollo de las regiones.
Hablemos de #MineríaBienHecha.
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