Más de $2.200 millones se invirtieron en la restauración de la Institución Educativa Rural Buenos Aires Sede La Milagrosa en Cañasgordas como parte de las compensaciones sociales del Túnel Guillermo Gaviria Echeverri. Así funciona ahora.
Por ANDRÉS FELIPE URIBE
Las miradas curiosas de los estudiantes acompañaron toda la construcción del colegio. Durante el año que duró el proceso, los niños se asomaban entre las mallas y trataban de adivinar cuánto habían avanzado. En las clases las preguntas sobre cuándo iban a regresar a su escuela interrumpían las exposiciones de los profesores.
La felicidad llegó por fin el 26 de mayo. Entre aplausos y caras de sorpresa regresaron a su colegio. Los niños corrían por la cancha, entraban a los salones y gritaban ante cualquier novedad que apreciaban en la sede. Así mismo, estaba la comunidad, los habitantes caminaban al lado de ingenieros, secretarios y subsecretarios de la Gobernación de Antioquia para inaugurar la nueva fase de la institución, una fiesta que convocó a todos para celebrar este mejoramiento.
La IER Buenos Aires Sede La Milagrosa es una de las escuelas más antiguas de Cañasgordas. En sus aulas varios de sus habitantes aprendieron a leer, sumar, restar y se formaron como personas. Su infraestructura había sufrido deterioros en los años 80, debido a la creciente de un río que inundó el terreno y a la humedad constante que dañaba las paredes y suelos.
Por ello, cuando comenzaron las conversaciones para conocer las necesidades sociales de la zona, las primeras solicitudes apuntaban a mejorar la sede. Así, entre la comunidad, administración local y el Túnel Guillermo Gaviria Echeverri se decidió comenzar con el proceso que tardó un año en hacerse realidad y significó una inversión de $2.200 millones como parte de las compensaciones sociales de la obra.
“Fue un asunto muy concertado entre las personas a cargo de la obra y la comunidad. Se hicieron reuniones y talleres que permitieron que las personas participaran y se empoderaran. A mí me sorprendió la rapidez con la que se hizo. Se comenzó el año pasado y a inicios de este ya estábamos viendo los resultados. Fue un trabajo ágil y en el que todos estuvimos muy satisfechos”, afirma Jhon Dayron Cárdenas, rector de IER Buenos Aires.
UNIDOS POR LA EDUCACIÓN La escuela hoy está dotada con internet, tres aulas con video beam, un restaurante escolar, zona de juegos infantiles y una cancha en la que se puede practicar fútbol, básquetbol y voleibol. Además, los amplios salones pueden dividirse en aulas más pequeñas por si es necesario para actividades educativas o sociales.
“Mi lugar favorito del colegio es la cancha. A todos nos gusta mucho el deporte, entonces tenemos horarios para que podamos jugar en ella. También el espacio que hay en el salón y el aula de música. A todos mis amigos yo les hablo del colegio y les digo que vengan a estudiar aquí porque tenemos mucho espacio para jugar”, dice Enderly Mora, estudiante de quinto primaria.
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