Es bueno mirar hacia atrás, darnos cuenta de dónde venimos y saber para dónde vamos. Tenemos que hacer una evaluación de lo que estamos haciendo con nuestras vidas, ver qué hemos conseguido o qué nos falta por alcanzar; pero debemos tener presentes que nunca podemos renunciar a nuestros sueños.
Este es el sueño de Doña Bertílda Arango de 67 años y su familia, tener un hogar, un techo en el cual puedan dormir sin preocuparse por cómo está el clima.
Ella nacida en Caicedo (Antioquia), creció y fundó una bella familia en el municipio de Abejorral (Antioquia) junto a su esposo Heriberto Pérez Cifuetes y una hija. Su tranquilidad acabó el día de la llamada “masacre de Abejorral”, el día 3 de octubre de 2012 donde fueron asesinados 4 miembros de una misma familia; ellos vecinos suyos en la vereda El Volcán.
Después de ese susto, ellos decidieron salir de allí y llegaron Medellín al barrio Altos de Oriente dos, a una vivienda que le prestó la acción comunal. Su hija quedó en embarazo y se fue a vivir con su pareja.
Un día su hija fue a visitarla y llevó a su hijo Jeferson.
— Ella vino con Jeferson y me dijo que si lo cuidaba un ratico que iba a aprovechar que estaba por acá para saludar a una amiga. Desde ese día no volvió…
Luego de 11 meses Don Heriberto decidió darle su apellido.
Él ahora tiene 14 años y está en 6º de bachillerato, se demora 30 minutos caminando para ir al colegio y eso que se va por un atajo por medio de un cafetal.
— A mi no me va muy bien que digamos en matemáticas, pero en deporte me va excelente, es que a mi me gusta mucho jugar al fútbol.
Y es que en la vivienda prácticamente solo viven Doña Bertílda y Jeferson, ya que Don Heriberto de 77 años se va a trabajar al centro el lunes y vuelve a subir con “la papita” (como dice Doña Bertílda) el día sábado.
— Yo trabajo de Lunes a sábado por allá en el centro, mantengo por ahí andando entre los que venden frutas y pereques, ayudándoles con los mandados y me dan cualquier cosita.
De esa “cualquier cosita” es que ello viven, pero siguen luchando por darle un mejor futuro al que ahora es su hijo.
Ahora el sueño de tener un lugar donde dormir tranquilos se hace posible gracias al apoyo de la Organización TECHO, ellos junto a algunos voluntarios construirán su nueva vivienda el fin de semana del 25 de abril. Este es el inicio de una nueva vida en donde podrán construir su futuro,
luchar por nuevas oportunidades y salir adelante.
“Quien lucha, puede perder; quien no lucha, ya perdió”. – Anónimo
organización TECHO. Amante de la fotografía, de la naturaleza y del trabajo social. Ver sus fotos. [/author_info] [/author]
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