Una mirada a lo que pasó en Siria

Si bien desde el año 2011, momento en que se expandió la primavera árabe por varios países del Norte de África y Medio oriente. Siria se enfrascó en una serie de conflictos y disputas militares internas entre las fuerzas armadas del gobierno del presidente Bashar al-Assad y varias agrupaciones rebeldes, entre estos grupos de yihadistas y fundamentalistas islámicos como Al-Qaeda, Al Nusra y el Estado Islámico.

Pero contra todos los pronósticos, el gobierno sirio logró resistir los intentos de derrocamiento, en gran medida por la ayuda militar y económica suministrada por Rusia, Irán y la milicia libanesa Hezbolá. Las fuerzas del Estado controlaban las ciudades principales y los grupos yihadistas habían quedado relegados al control del norte del país, y el este de Siria (zona donde están los mayores campos de petróleo) y estaban ocupados por fuerzas estadunidenses.

Rusia consiguió mantener la base naval en la ciudad siria de Tartús a orillas del Mar Mediterráneo y la base aérea en la ciudad de Latakia, de tal modo, la continuidad de al- Assad garantizaba el mantenimiento de un aliado vital para sus intereses en Medio Oriente, Irán también se beneficiaba con esta situación. Este fue el panorama hasta 2022.

Sin embargo, durante el año 2024 se evidenciaba un debilitamiento en las posiciones militares del gobierno sirio y sumado a eso la profunda crisis económica arreciaba en el país. Si bien en el año 2023 el presidente al-Assad había logrado ser readmitido en la Liga Árabe y fortalecer lazos con algunos países de la región. 

A pesar de todo esto, lo que demuestra la operación militar relámpago que en solo 10 días logró sacar del poder al presidente sirio, y que les dio la victoria a los grupos yihadistas integrados en la organización fundamentalista islámica Hayat Tahrir al-Sham, o HTS, demostró que al-Assad no estaba preparado para hacerle frente a otra arremetida militar.

Y adicionalmente, Rusia está mucho más concentrada en sacar adelante la victoria estratégica en la guerra en Ucrania, e Irán ha sufrido golpes fuertes en la región con el debilitamiento de Hezbolá en el Líbano y los ataques sistemáticos que Hamas ha sufrido en la Franja de Gaza con la arremetida de Israel.

En medio de todo este panorama hay al menos dos hechos bastante singulares: el primero, es que la prensa de los EE. UU. y la Unión Europea han hecho un “blanqueamiento” de la imagen de los yihadistas que se tomaron el poder, ahora los catalogan como “rebeldes moderados” que luchan por la democracia y la libertad.

Aún cuando hace apenas unos años estos “rebeldes” se dedicaban a decapitar ciudadanos estadounidenses y europeos en la ciudad de Al Raqa en Siria -autodenominada capital del Estado Islámico en su momento-. Pero entonces, ahora parece que los yihadistas se volvieron buenos y son amigos de la democracia. Nada más falso que esto, a Siria le esperan día sombríos con estos salvajes dirigiendo el país, muy seguramente termine convirtiéndose en un Estado fallido y cada facción sacará provecho de cuanto puedan saquear. 

Lo segundo, es que aparentemente los EE. UU. le esté cobrando a Rusia su consolidación de posiciones en Ucrania. Ante la inminente posibilidad de negociación y acuerdos de paz de cara al 2025 en la guerra ruso-ucraniana, la administración de Joe Biden no podía permitirse seguir perdiendo en todos los frentes. Esto obliga a Rusia a concentrarse y priorizar sus esfuerzos en Ucrania, pero le quita un aliado y posiciones estratégicas de vieja data en Medio Oriente. Unas por otras, dirían por ahí. Y de paso Biden le deja esta papa caliente en materia de política exterior al recién electo presidente Trump.

Finalizo con esta nota que justamente escribía Donald Trump hace 11 años en una publicación en la red social X o Twitter: Recuerde, todos esos “luchadores por la libertad” en Siria quieren estrellar aviones contra nuestros edificios.

 

Juan David Roldán Álvarez

Politólogo (egresado UdeA), estudiante maestría en Asuntos Internacionales - Universidad Externado de Colombia. He sido asesor en el Congreso de la República de Colombia, asesor en temas de paz, DDHH y estrategias políticas electorales. Escribo sobre asuntos internacionales, agenda global, seguridad y defensa. También sobre la actualidad política en Colombia.

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