Hoy se conmemoran dos años del fallecimiento de Gustavo Cerati, líder de la agrupación argentina Soda Stereo.
El 4 de septiembre de 2014 Gustavo Adrián Cerati se fue a dar una vuelta por el universo, tras no soportar un silencio paralizante que lo mantuvo postrado en una cama por 4 años. Su muerte causó profundo pesar y miles de personas volvieron a cantar sus canciones para revivir tantos momentos acompañados por ellas.
“Trátame suavemente”, “Cuando pase el temblor”, “En la ciudad de la furia”, “Persiana americana” “De música ligera”, “Entre caníbales” y tantas más que compuso para Soda Stereo, así como “Te llevo para que me lleves”, “Pulsar”, “Paseo inmoral”, “Crimen”, “Adiós” y otros temas que conformaron su repertorio en solitario, se convirtieron en la banda sonora de un continente.
Como letrista, Cerati supo jugar con la metáfora, el doble sentido y la imaginación para plasmar un universo propio con el que muchos se sintieron identificados. Pero también fue un músico excepcional, ya que exploró diversos sonidos y traspasó todo tipo de fronteras musicales.
Camaleónico y trasgresor, Gustavo Adrián Cerati era pura música. No en vano su mamá, Lilian Clark, lo llamó así ya que a ella “le gustaba el sonido de esos nombres, una resonancia con carácter: Gustavo era blando, Adrián era fuerte y Cerati también era suave, una combinación musical con comienzo, clímax y desenlace”, tal como lo cuenta el periodista Juan Morris en su libro Cerati. La biografía.
En medio de las conmemoraciones que hoy se realizan, el autor de esta nota quiere traer a colación una entrevista imaginaria que le hizo al músico argentino la noche del 21 de julio del presente año. Fue un ejercicio fantasioso, pero al mismo tiempo evocador y entrañable. Si bien esta entrevista se sale de la rigidez periodística, es un sentido homenaje al genio y figura de Cerati, creador de un universo repleto de colores santos e imágenes retro.
Sin más palabras, acá inicia esta entrevista imaginaria a Gustavo Adrián Cerati:
Nunca fui a un concierto de Gustavo Cerati, pero tengo un CD suyo, Canciones elegidas. Lo compré con el primer sueldo que recibí como asistente de odontología. Esa es otra historia y pasó hace muchos años.
Pero volvamos a la historia que ahora nos interesa. Quise ir a un concierto de Cerati y no pude hacerlo ¿Por qué? Porque mis bolsillos andaban más bien vacíos, como ahora. Nada ha cambiado ¿Viste? Aun así, mantuve el anhelo de estar en un estadio cantando sus canciones, pero semejante anhelo jamás pudo realizarse.
En 2010 Cerati sufrió un accidente cerebro vascular luego de dar un concierto en Caracas. Su último concierto. Sentí escalofríos. Cuatro años después me enteré, como muchos, de su fallecimiento en Buenos Aires. Lloré. No sé si como muchos, pero lloré.
Esta noche, como todas, escucho y canto sus canciones. Recuerdo aquel anhelo que quedó en veremos y también me acuerdo de otro que era igual de imposible: entrevistarlo. Cuando era adolescente y soñaba con ser periodista me decía que algún día lo entrevistaría. Me imaginaba conversando con él en su estudio o en el lobby de un hotel.
En esa entrevista que nunca pudo ser, hablábamos sin afán de su carrera con Soda Stereo y en solitario, del vértigo con que pasaban sus días, de sus sueños y sus miedos. Qué bella es la imaginación ¿No? Tan bella es que en esta noche, mientras suenan sus canciones, me he tomado el atrevimiento de hacer estas diez preguntas que algún día quise hacérselas:
¿Es usted tan susceptible como Buenos Aires?
¿Sus canciones son figuras sin definir o juegos de seducción?
¿Aún queda oro en su piel?
¿Cuántas veces lo ha delatado su corazón?
¿Nadaría en el Río Babel dos veces?
¿Qué guardaría en una caja negra?
¿En qué estaba soñando antes de que pasara el temblor?
¿Qué pasa si la luz deja de pulsar?
¿La vida es un simulacro real?
¿El amor es un crimen sin resolver?
¿Cómo habría respondido Cerati a mis preguntas? Es difícil saberlo, más aun cuando su ausencia sigue provocando un temblor en mis piernas. Quizás lo habría hecho con una sonrisa o una canción. Quizás el momento habría sido mágico y él, después de concederme la entrevista, se habría ido a cultivar su fuerza natural. En fin, Cerati ya no está entre nosotros, pero quedan sus canciones para hacer más llevadero este mundo tan susceptible.