UNA DICTADURA QUE COLAPSA: La campaña épica por la libertad de Venezuela

La historia reciente de Venezuela ha dado un giro inesperado. Lo que parecía una dictadura inquebrantable, hoy muestra señales de debilitamiento gracias a la estrategia liderada por María Corina Machado y el Comando Con Venezuela (#ConVzla). Desde La Primaria del 22 de octubre, hasta la fase económica que vivimos actualmente, cada paso ha sido parte de un meticuloso y efectivo plan.

La primaria: ciudadanía organizada

El 22 de octubre de 2023 se celebró una Elección Primaria inédita. Organizada sin recursos estatales ni apoyo del CNE, más de tres mil cien (3.100) centros de votación en Venezuela y en 79 ciudades del mundo fueron activados a causa de la participación ciudadana. María Corina Machado obtuvo una victoria arrasadora con el 92,35% de los votos. El Tribunal Supremo de Justicia, brazo judicial del régimen, intentó anular la primaria, pero jurídicamente no tenía efectos prácticos: era cosa juzgada, y el liderazgo de Machado quedó ratificado.

La campaña épica

Tras su inhabilitación política, María Corina Machado designó como sucesora a Corina Yoris, pese a que el régimen bloqueó su inscripción. En medio del cerco institucional surgió la figura de Edmundo González Urrutia, un diplomático de carrera y desconocido para el público. Lo que parecía una jugada improvisada era el movimiento más inteligente del tablero.

Sin recursos ni respaldo institucional, sin medios de comunicación y con una persecución brutal que encarceló a decenas de dirigentes, el pueblo venezolano se lanzó a la calle con una fuerza arrolladora. Fue una campaña sin precedentes, hecha de voluntariado, convicción y coraje. Desde pancartas pintadas a mano, pasando por caravanas espontáneas, hasta las concentraciones más multitudinarias de la historia política de Venezuela, era resultado del capital político de María. El mensaje de cambio se convirtió en un grito colectivo.

Pero la mano ganadora fue la defensa del voto. Más de 600 mil (600.000) ciudadanos se registraron en el Plan 600K, una estructura inédita de testigos, coordinadores y defensores del voto en cada rincón del país.

El 28 de julio, millones votaron en masa, desafiando intimidaciones, obstáculos logísticos y amenazas. A esa gesta se sumaron miles en el exterior, que, a pesar de tener limitado el derecho al sufragio, organizaron concentraciones en más de 100 ciudades para dejar claro que la voluntad de cambio es un sentimiento mundial.

El 28 de julio: cuando las actas cambiaron la historia

Lo que ocurrió ese día fue una hazaña democrática récord: miles de actas de votación fueron recolectadas por testigos de mesa, ciudadanos organizados y miembros del Comando #ConVzla. Incluso efectivos de las fuerzas armadas, hartos del abuso, colaboraron en la recolección de las actas para garantizar la verdad.

Cada acta fue cargada en la plataforma ciudadana resultadosvzla.com, construida por la estructura del 600K como herramienta para enfrentar el apagón informativo del régimen.

Este sitio web se convirtió en la voz de un país que ya no podía ser silenciado. Fue la prueba que desnudó la farsa del régimen y dejó claro que Edmundo González Urrutia es –porque sigue siendo– el ganador legítimo de la elección presidencial.

No obstante, la victoria no se quedó en Venezuela. Alrededor de 400 ciudades del mundo fueron escenario de concentraciones, vigilias, marchas y actos simbólicos en simultáneo. Desde Madrid hasta Tokio, desde Buenos Aires hasta Sídney, la diáspora venezolana, junto a ciudadanos de otros países, alzó su voz en respaldo al nuevo presidente electo.

La narrativa internacional cambió de inmediato. Gobiernos que antes evitaban pronunciarse ahora tenían frente a sí evidencia sólida, ciudadana y verificable. Venezuela no solo había votado, había demostrado que estaba lista para dejar la dictadura atrás. Y el mundo empezó a ver con otros ojos lo que por años se había negado a aceptar.

Ese día, las actas no solo certificaron una elección: le devolvieron a Venezuela su dignidad y le dieron al mundo la prueba de que la democracia puede resistir incluso en los terrenos más oscuros.

La represión poselección: el régimen se quitó la máscara

Luego de que María Corina Machado y el Comando #ConVzla presentaran las actas que demostraban la victoria de Edmundo González, el régimen respondió con lo único que le queda: represión brutal. Sin respaldo popular ni reconocimiento internacional, recurrieron al terror como último intento por sostenerse en el poder.

Lo que siguió fue una escalada represiva sin par desde la era Chávez. Dirigentes políticos, activistas, periodistas, defensores de los Derechos Humanos, testigos electorales y miembros de comandos locales fueron perseguidos, secuestrados y obligados al exilio.

Casas allanadas en plena madrugada, líderes desaparecidos por días sin orden judicial, familiares del nuevo gobierno electo encarcelados para infundir miedo: esa ha sido la respuesta del régimen ante el mandato ciudadano expresado el 28 de julio.

La desaparición forzada, la cárcel injusta y el destierro se han convertido en herramientas sistemáticas para intentar desarticular un movimiento que ya no pueden controlar.

Cada preso político hoy se convierte en un símbolo de resistencia, cada exiliado en un portavoz de la causa, y cada ataque del régimen solo confirma que perdieron la legitimidad y el control moral.

Esta etapa oscura también ha servido para mostrar la entereza de quienes siguen luchando, dentro y fuera del país. Porque el miedo cambia de bando cuando la libertad está más cerca que nunca.

La fase actual: golpear el financiamiento del régimen

Con la legitimidad ganada en las urnas y el apoyo ciudadano movilizado, la estrategia entró en una nueva etapa: asfixiar económicamente al régimen. Sin represión financiada, no hay dictadura que se sostenga.

La decisión de los Estados Unidos de no renovar la licencia a las petroleras fue un punto de quiebre. Por años, los ingresos petroleros permitieron al régimen mantener su estructura de corrupción, censura y persecución. Cada barril vendido era una bala disparada contra la libertad.

A esto se suma una victoria estratégica jamás vista: la Operación Guacamaya, que logró la extracción de los líderes del Comando Con Venezuela asilados por más de un año en la Embajada de La Argentina en Caracas. Dirigentes clave del entorno de María Corina Machado y artífices de la campaña épica por la libertad de Venezuela (Magali Meda, Pedro Urruchurtu, Omar González, Humberto Villalobos, Claudia Macero) fueron rescatados en una operación quirúrgica. Mientras Maduro viajaba a Rusia en busca de legitimidad, su aparato de inteligencia fue burlado en el segundo lugar más vigilado del país, dentro de su propio territorio.

La operación rompió la narrativa de control absoluto del régimen. Fue un golpe moral, político y estratégico que demostró que ya no tienen ni fuerza ni cohesión interna para detener lo que viene.

Esta etapa marca el inicio del colapso de la dictadura. El cerco económico se cierra, las fisuras internas se profundizan y la comunidad internacional está más alineada que nunca. El tablero cambió. Ahora el régimen juega a la defensiva, mientras el proyecto de libertad avanza con paso firme.

Venezuela, Tierra de Gracia: el proyecto

Esta lucha no solo busca sacar a Maduro: busca reconstruir una nación. El programa de gobierno Venezuela, Tierra de Gracia, liderado por María Corina Machado, se basa en los principios del liberalismo clásico: propiedad privada, libre mercado, apertura económica, justicia y generación de oportunidades.

No hay promesas de bolsas ni subsidios. Hay promesas de trabajo, progreso y dignidad. María Corina ha logrado movilizar a millones con un mensaje claro: “Lo tuyo es tuyo. Rico es ser rico. Venezuela puede volver a ser tierra de oportunidades”.

La dictadura en Venezuela está más débil que nunca. Cada paso de esta estrategia ha sido firme, coherente y valiente. Lo que antes parecía imposible, hoy se siente inevitable. Una ciudadanía movilizada, aliados internacionales dispuestos a colaborar en serio y, sobre todo, un liderazgo firme que ha demostrado capacidad táctica en cada movimiento son la muestra clara de que Venezuela avanza hacia su libertad.

Y lo más importante: actualmente tenemos la oportunidad real de rescatar una Venezuela donde podamos volver a casa. Mucho más ahora, que sobre el tirano cuelga un precio que brilla como acero bajo el sol… y hay sombras que ya se acercan para reclamarlo.


La versión original de esta columna apareció por primera vez en nuestro medio aliado El Bastión.

Adriana Flores Márquez

Exiliada venezolana. Jefa del Comando de Campaña de María Corina Machado y Coordinadora del partido político Vente Venezuela en Argentina.

Miembro del Staff (Equipo de Comunicaciones) de LOLA (Ladies of Liberty Alliance).

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