Una declaración sobre: Varias Historias Sin Contar

en Varias Historias Sin Contar vemos un camino abonado hacia la construcción de lo socialmente mágico


Escribir es: pensar el futuro, proyectando el pasado del constante presente. Diego Ramos Salcedo, ha hecho eso en Varias Historias Sin Contar (VHSC) los relatos en los que se enmarca la obra, antes que la demostración del genio de Ramos Salcedo, son declaraciones de las diferentes expresiones de sociedad en las que se forma o crece un individuo. Las situaciones en las que se ven inmersos los personajes de los cortos relatos son reales, pero el cinismo con que se cuentan parece otorgarles aquel filtro color miel, que nos recuerda una tarde de verano de provincia frente a las algunas veces fieles, tranquilas y cambiantes aguas del Río Magdalena.

Quien hoy dirige los destinos de la Nación, hace unos años en la Feria del Libro de Bogotá disertaba sobre la palabra escrita y la palabra dicha, haciendo un símil entre Gabriel García Márquez (palabra escrita) y Jorge Eliécer Gaitán (palabra dicha), sobre aquel emotivo discurso lo que podemos decir, es que, como siempre y en palabras de Gabo estamos “al filo de la oportunidad” al filo de la humanidad. Que poderosas son las palabras, algunas veces, son nuestra fuente inagotable de imaginación, de magia, de simple libertad.

Para la presentación de una Obra “Literaria”, si tenemos en cuenta algunos consejos o principios aristotélicos, hay que dar cuenta de las líneas a las que el producto pertenece, seguimos con la determinación y claramente lo que la diferencia de aquellas otras obras de interpretación de ese mismo saber. En ese orden de ideas, podemos decir que la obra de Ramos Salcedo, se ubica claramente en la libertad que da escribir poemas y microrrelatos; sin embargo, algo se vislumbra en cada párrafo construido de Ramos en Varias Historias sin Contar, hay experiencia sensible en ellos, hay un tope de realidad y aquella línea mágica que se dibuja en la realidad, sin que la misma se traduzca en la hipérbole de las sensaciones o en la mitificación de los hechos.

Una realidad sobre VHSC, los relatos, los personajes, las historias, lo mismo que la hace mística, encuentran su base en la tradición, en las palabras y las cosas, en la simple cotidianidad, eso, quizá, no sea innovador en términos literarios, pero resulta ser en el tiempo presente revolucionario y no porque la literatura y sus productos hayan avanzado en términos de calidades, si no precisamente, por lo contrario,  los productos literarios, parecen cada vez más alejados de la calidad sobre la profundidad que se manejaba antaño.

Podríamos hacer un recuento de VHSC, sin embargo, es menester de quien les escribe hacer las siguientes declaraciones: La cultura, la costumbre y las expresiones temporales de la Historia vivida, resumen en medida lo que nos queda como humanidad, lo que se presenta frente al público es solo un producto de algo menos de una centena de páginas; pero aun en la estrechez de amplitud, no es laxa la intención y mucho menos el contenido. Todos nosotros estamos hechos de historias, pensemos en el recuerdo más feliz y el más triste y nos encontraremos en Varias Historias Sin Contar, o frente al pelotón de Fusilamiento, en las nubes del opio, en las cartas no escritas, en el deseo imperante de que Santiago Nassar no salga de su casa… somos del dolor lo efímero, eso es la literatura, eso representa un libro un constante sufrimiento, porque la vida en esencia es eso, sufrimiento, felicidad, amor.

Las propias formas sobre las que elaboramos nuestra vida son una expresión de la cultura y del ideal de construir bases en terreno abonado, un libro no es solo el pensamiento de su autor, ni la interpretación del mismo en su modo de vida, es también la forma social, el vendedor de aguacate que grita mientras escribo esto, el polvo del aire, la crianza, aquí también vemos un tema del acceso histórico a la educación, comparemos a un niño pobre con una localidad pobre, pocas son las oportunidades de que ese niño crezca de tal manera que logre producir una obra, lo mismo ocurre con una localidad pequeña y pobre, aquí hay una singularidad, Tenerife es un pueblo pobre quizá desde lo económico, lo productivo, lo administrativo y eso no es tema de discusión en esta declaración; lo que queremos decir es que ha estado en nuestras formas que de Tenerife broten escritores, gestores, cultores, folcloristas, hoy Diego Ramos Salcedo, nos da una razón más para pavonearnos de aquello caracteriza el valor humano en la cultura Tenerifana, pero al mismo tiempo para bajar la cabeza y mirar atrás y no en el sentido de la vergüenza, si no del agradecimiento, hacia lo sana que es nuestra sociedad y lo próspera que puede ser si los y las humanistas aquí presentes despertamos, escribimos y logramos dejar en letras de oro, como Tenerife, nuestra historia misma.

Hay una gran oportunidad en nosotros, en pasar la página, eso nos enseña Ramos Salcedo, somos el resultado de la contracultura frente a unos modelos de expresión de país, de la misma sociedad que solo rescatan aspectos que no son los propicios para reproducir imaginarios colectivos, soñar con ser escritor o escritora en un país como este debe dejar de ser una ilusión y convertirse en una realidad fáctica, casi obligatoria, la literatura es un río de catarsis sobre los modos de la vida cotidiana, en Varias Historias Sin Contar vemos un camino abonado hacia la construcción de lo socialmente mágico.

Quienes deseen apoyar a Ramos Salcedo: https://itabooks.com/producto/varias-historias-sin-contar/

 


Otras columnas del autor en este enlace:  https://alponiente.com/author/jesus110697/

Jesús Gustavo Peñaloza Buelvas

Soy historiador de la Universidad del Atlántico (Barranquilla - Col) durante mi carrera me dedique a los estudios que dentro de la Historia se consideran como ´Nuevas formas´ la línea base de mis investigaciones es la sociocultural; encuentro en ella fascinación. Esa línea, reúne otras que reducen la observación y permiten que nos enfoquemos en temas puntuales, por mi parte estudie las formas de la vida cotidiana, en la colonia decimonónica y bajo esa misma base, la violencia y el género a través de la oralidad y los hechos. Por mi formación me interesa la cultura (artes) y la política, sin dejar de lado el carácter histórico

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