#LaOpinionDeColmenares
El presidente Iván Duque deja instaladas las primeras sesiones del Congreso que acompañará al gobierno del presidente electo Gustavo Petro para el período 2022-2026. Desde que tengo memoria de los hechos políticos de nuestro país nunca había visto una coalición en el Congreso que estuviera conformada con una mayoría tan aplastante porque todo mundo se terminó embarcando en la petroneta y, por efecto, el nuevo gobierno tiene un margen de maniobrabilidad para llevar a cabo las reformas que quiera.
Los compromisarios de los diferentes partidos que conforman la coalición acordaron que en la primera legislatura la presidencia del Senado será para el Pacto Histórico. El segundo año será para la Alianza Verde, el tercero para los conservadores y en la última legislatura lo presidirá el partido liberal. El tema de la Cámara se está definiendo.
En todo caso hay mucha expectativa por los proyectos que presentará el nuevo gobierno, además de los que serán radicados por iniciativa de los mismos congresistas, que empezarán discutiendo el presupuesto para la vigencia fiscal 2023 que radica el gobierno del presidente Duque. Seguirá la discusión con la elección de Contralor que ha creado un enredo típico de los congresistas por haber desconocido los méritos y equidad de género para seleccionar la lista de aspirantes, y los Tribunales de Cundinamarca y Antioquia ordenaron volverla a hacer respetando esos criterios. Lección para el futuro.
Pero la gran tarea legislativa está en la discusión de los proyectos relacionados con el plan de desarrollo que es la guía de todos los gobiernos; además de los anuncios del electo presidente Petro relacionados con reforma agraria, creación de los ministerios de la igualdad y de la paz, seguridad y convivencia, reforma tributaria, reforma al sistema de salud, reforma política electoral, reforma a la justicia y eliminación de la procuraduría, básicamente.
A pesar de haberse conformado una coalición de mayoría aplastante no serán fáciles los trámites, porque la oposición no va a tragar entero y está dispuesta a darle al presidente electo de su propia medicina. También es claro que los resultados de junio dejaron un país dividido, hay dificultades económicas que vienen desde la pandemia, todavía se siente el malestar social en el ambiente, y no hay garantías de seguridad personal ante la racha de crímenes diarios.
Tanto el nuevo gobierno como el Congreso tienen un gran reto y la responsabilidad de ser consecuentes con este momento histórico para valerse de las cuentas de la coalición que empiezan con los 38 senadores elegidos por el Pacto Histórico, Alianza Verde y los Comunes, y 41 representantes en la Cámara, lo cual les va a permitir presidir más de una comisión durante los cuatro años.
El partido conservador se declaró de gobierno desde el primer día sumando 15 senadores para un total de 53, y 25 representantes para sumar 66. En la última semana el partido liberal se unió a la coalición de gobierno con 13 senadores porque no contará el senador Mario Castaño que está capturado, para sumar 66, y en la Cámara tiene 32 representantes para llegar a 98. Pero hay que sumar los 2 senadores indígenas de Aico y Mais para un total de 68. Y en la Cámara se agregan 26 representantes de las víctimas y pequeñas minorías que totalizan 124. El caso de La U está orientado al acomodo porque, en principio, evaluarán con manzanilla cada proyecto que llegue al Congreso con 10 senadores que completaría 78, y 15 representantes para una coalición de 139.
Como se puede observar, es una coalición de mayoría aplastante en las dos corporaciones que, en principio, tiene fijos 78 senadores de 108 y 139 representantes de 188.
Queda la incertidumbre de los trámites que validará Cambio Radical con 11 senadores y 16 representantes a la Cámara porque no está en la coalición sino que serán independientes junto con el partido Mira y Colombia Justa Libres. Sólo el Centro Democrático hará la oposición con 13 en el Senado y 16 en la Cámara, además de la curul ganada por el representante Miguel Polo Polo.
Y como dijo el filósofo de La Junta: Se las dejo ahí...
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