En algún lugar inexpugnable
De las montañas…
De Colombia…
En una vereda lejana
Un profesor triste
Resuelve logaritmos
En su mente pasan
(Como nubes fantasmas)
Los días del sol universitario
(…) Y las muchachas discentes
En un aula baldía pintada de rojo
Rodeado de plátanos
Un profesor acongojado…
Extraña a su amada extinta.
Sin embargo, más allá
De sus pasiones
El profesor está triste
Porque sus hijos adoptivos
Los que fueron a la guerra…
Fueron (también)
arrebatados a la vida.
Sacro Imperio
Un pasaporte a la mortaja
El declive de los años blancos
Un águila macabra de dos cabezas negras
De centauros a cernícalos
De fulgurantes lirios a platelmintos grises
Sembrando la discordia desde Jutlandia hasta Sicilia
Abrir los sentidos para tomarse el mundo
Y permitir que las gaseosas aguas del hastío
Socaven una voluntad hierática e impoluta
Una corpórea capilla profanada por ladrones de toda pelambre
Turcos insaciables expoliaron tus húmedos tesoros
Mientras en el ángelus zurrábanse las carmelitas
(…sus cuerpos defectuosos)
¡Minerva mía! ahora que las costas escupen cadáveres argelinos
Y que ya los querubines no mean whisky desde el arquitrabe
¿Dónde se encuentra tu pálido semblante de jinetera?
(Y las ubres por las que hubieses matado mil judíos…)
(…y las urbes por cuyas calles danzaron
mil gitanos)
¡Ay de ti Europa! la Europa blanca, católica, mojigata y altruista
El vaivén de las costas del mediterráneo.
Mare-nostrum cotidianum da nobis hodie;
Mientras el oso ruso impele por tus mieles intestinas
¿on és el teu pontificat?
El León Napoleón indestronable
La flor de Liz y la Esvástica camuflados…
Bajo un círculo de estrellas amarillas sobre un fondo azul
Artemisa mía, pestilente desde la Capadocia a la Laponia
Infestada de elfos y de egos del tamaño de Londres.
Ficticia y falsa la Pax Romana que te conduce
¿Do está tu superioridad moral?
Recuerda cinderela, que tus crímenes bien sorteados
No te hacen la madre de las hordas
Porque tus hordas aún merodean por el orbe
Pero el orbe ya no te pertenece.
Amén.
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