Un nuevo comienzo en Venezuela

juan pablo uzcategui

Descartemos lo de siempre y probemos algo nuevo. La esperanza de volver a tener un país libre, con instituciones fuertes, con políticas de libre mercado, con respeto a la propiedad privada y con democracia, recae en esta nueva ruta de lucha con nombre de mujer.”


La situación política en Venezuela no ha mejorado. A pesar de algunas sensaciones de oxígeno, generadas en gran parte por la dolarización -de facto- del país, la dictadura sigue pisando fuerte, o mejor dicho, sigue pisoteando los derechos de los venezolanos.

La ambición política de algunos líderes de oposición y sus intereses terminaron de destruir el gobierno interino (el cual tampoco hizo demasiado por salvarse), olvidando por completo aquella consigna de: cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres.

Todo esto sumado a un viraje a la izquierda en varios países de Latinoamérica, el apretón de manos de Emanuel Macron a Maduro y el cambio de la política internacional de Estados Unidos hacia Venezuela con la administración de Joe Biden, nos deja un escenario político mundial muy complicado.

En ese sentido, el reto de salir de Maduro es aún mayor. No hay una amenaza creíble contra el régimen por parte de la comunidad internacional. Y tampoco hay una amenaza interna, en términos de movilización política. Sin duda hay una dispersión de las fuerzas democráticas.

El reto comienza por ahí, en poder aglutinar todas esas fuerzas. Y la oportunidad es ahora. Eso lo ha entendido una persona, una mujer valiente que ha resistido con dignidad a las embestidas del régimen, que ha sufrido la persecución y el acoso permanente y que ha mantenido sus principios a pesar de todas las situaciones.

Esta mujer valiente ha decidido emprender una nueva ruta de lucha. La cual se ratificará el 22 de octubre, día que se realicen las primarias presidenciales de la oposición con el fin de elegir a un candidato único, capaz de derrotar a Maduro en el 2024.

Sin embargo, es importante destacar que esta ruta no es precisamente electoral. Todos acá sabemos que el consejo nacional electoral de Venezuela (CNE) es corrupto, es fraudulento y se ha robado varias elecciones en el pasado. En ese sentido esta lucha tiene tres fases esenciales.

La primera pasa por renovar un liderazgo político opositor completamente desgastado, cobarde y corrupto. Un liderazgo en el que ni los venezolanos ni la comunidad internacional creen. Un liderazgo que ha tenido muchísimas oportunidades para hacer bien las cosas y que ha preferido arrodillarse, venderse al mejor postor o rendirse.

En ese sentido, la segunda fase es plantear una lucha frontal para exigir las mejores condiciones posibles para que se pueda realizar una elección libre. Movilizando a los venezolanos dentro y fuera, presionando para que tengamos veeduría internacional, voto en el exterior, cambio de software, entre otras cosas que puedan demandarse en ese propósito.

Y la tercera fase, en un posible escenario en el que se gane la elección o se roben los resultados, tendríamos un liderazgo que será capaz de enfrentar directamente al régimen, organizando previamente las fuerzas en todos los estados del país y a nivel internacional para salir a las calles, presionar a los militares y forzar una ruptura con el fin de cobrar esas elecciones.

Nuevamente, es indispensable resaltar que esta no es una lucha fácil. Las posibilidades de que alguien pueda derrotar a Nicolas Maduro son muy pocas. El aparato represivo que maneja es muy grande, la cohesión dentro de las cúpulas militares es fuerte y la dispersión y el desinterés de muchos venezolanos con la causa libertaria es notable. Sin embargo, es una oportunidad de organizar algo más allá de los partidos políticos. Que trascienda a un movimiento ciudadano, que mueva las fibras de quienes estamos lejos, pero también de esa Venezuela que muchos han olvidado.

Descartemos lo de siempre y probemos algo nuevo. La esperanza de volver a tener un país libre, con instituciones fuertes, con políticas de libre mercado, con respeto a la propiedad privada y con democracia, recae en esta nueva ruta de lucha con nombre de mujer. Una vez más, decidamos no rendirnos y apoyemos a María Corina Machado en el propósito de derrotar a la dictadura.


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Juan Pablo Uzcategui Vargas

Estudiante de Ciencias Políticas de la Universidad EAFIT y miembro de Vente Venezuela en Medellín, Colombia.

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