“La mujer tiene la capacidad de tener juntos tres lenguajes: el de la mente, el del corazón y el de las manos. Y piensa lo que siente, siente lo que piensa y hace, hace lo que siente y piensa. No digo que todas las mujeres lo hagan, pero tienen esa capacidad, la tienen. Eso es estupendo”, dijo el papa Francisco (Q.E.P.D.) desde Roma al referirse a las mujeres en el mundo.
El líder católico global supo leer la sensibilidad de la mujer. De hecho, fue Mariano, gran seguidor de la santísima virgen María.
“Las mujeres tienen una capacidad de gestión y de pensamiento totalmente diferente a la nuestra y, también, yo diría, superior a la nuestra, de otra manera”, dijo en repetidas ocasiones refiriéndose a la capacidad de ellas con los hombres.
Confiaba tanto en la capacidad de la mujer que les atribuyó 3 altos cargos en su nivel directivo de la casa de Pedro.
Eso somos las mujeres, seres que sentimos y palpamos la realidad, pero a diferencia del hombre, tomamos decisiones en tiempo real.
La sensibilidad de la mujer de la Guajira es poderosamente más palmaria. Somos Wayúu, extremadamente maternales y pilar fundamental del territorio. Somos las guías y nos afectan tanto la notable desnutrición infantil, como las marcadas enfermedades de la niñez, así como la escasez de los recursos primordialmente del agua.
Que La Guajira lidere en Colombia la mortalidad infantil por Enfermedad Diarreica Aguda (EDA) con 8 muertes por cada 100.000 niños y, asimismo, por Infección Respiratoria Aguda IRA con el 14,5, es agobiante y desafiante.
Perturba la desnutrición aguda, moderada y severa y la mortalidad materna, perinatal y neonatal tardía.
Desde muy pequeña presencié los desajustes sociales y económicos de esta noble región del país. La pobreza se convirtió en un estereotipo y la última medición del DANE de 2024 la ubicó como la segunda de mayor pobreza multidimensional del país, triplicando el promedio nacional. Además, el número de hogares con mujeres cabeza de familia, es mayor, a al de hombres jefes de hogar.
Como Congresista de Colombia, he gestionado más de 30 iniciativas legislativas en pro de solucionar las problemáticas de este departamento que, no obstante, su extrema pobreza, es alto productor de carbón, gas y con sumo potencial de energía renovable.
Una de esas iniciativas, precisamente obedece al mejoramiento de lo que considero la solución a la escasez de recursos hídricos, el río Ranchería, como gran recurso natural cuyo entorno es de fundamental trascendencia proteger mediante el diseño y consolidación de la gobernanza de su sostenibilidad.
Los problemas de La Guajira, no necesitan diagnósticos sino soluciones, y como Senadora de la República, seré agente de valentía y liderazgo para ejecutar alianzas y estrategias que contrarresten la adversidad y den paso al florecimiento de su progreso.
Comentar