Esta semana el país respira un aire nuevo, para muchos más contaminado con la salida de Zeuxis Pausias Hernández Solarte, alias “Jesús Santrich”, miembro del grupo guerrillero de las Farc, para otros un poco más limpio con la despedida del polémico Fiscal General, Néstor Humberto Martínez, el clima político parece estar en medio de una tormenta.
El miércoles 15 de mayo una lluvia de noticias calló sobre todo el país, la Justicia Especial para la Paz -JEP aplicó el dicho de “El que peca y reza empata”, pidió orden de captura en contra de alias “El Paisa” un guerrillero que no deja a un lado su carrera profesional (la que aprendió en medio de la selva y minas y masacres) y luego el tribunal de la JEP soltó la bola de nieve que no ha parado de dar vueltas y mantener al país en constante tensión, se trata de la liberación del ave negra del proceso de paz, “Jesús Santrich”.
Inundado de renuncias y ataques de un lado al otro, como si el país fuera un juego de ping pong, continua la tormenta política, y no es para menos, no es necesario estar en contra del acuerdo de paz para sentir este hecho como un acto de impunidad, una cosa es ceder para acabar con una guerra y priorizar el perdón y la verdad, y otra es hacerse el de la vista gorda con cachetadas del que podría ser el nuevo Representante a la Cámara, recordemos que antes de que fuera puesto tras las rejas por órdenes de la Fiscalía, a causa de unas supuestas negociaciones para la exportación de cocaína a Estados Unidos, iba a entrar al congreso de la República.
Entonces, llega la tercera nube de la tormenta política, luego de conocer la decisión de la JEP, al brindarle el derecho de no extradición y abrirle las puertas de la cárcel a Santrich, el Fiscal General de la Nación, Decidió renunciar, no sin antes lanzar fuertes críticas al acuerdo de paz y al manejo de la JEP.
Justo en ese momento “arreció” la tormenta, muchos se preguntan porque renunciar, no creo que sea por dignidad o ética profesional, pues el exfiscal, Néstor Humberto Martínez, está implicado en el mayor caso de corrupción de la historia de América (Odebrecht, y a pesar de las mociones de censura o las múltiples marchas, permaneció firme en su cargo.
Esta tormenta viene con niebla y huele más a que Martínez se limpió las manos con el fenómeno climático, cogió un paraguas y se ocultó de la vista de un pueblo medio ciego y con las gafas empañadas por la frialdad del clima.
Rayos y relámpagos desde todos los sectores políticos caen sin parar y sin acordarse que un rayo no cae dos veces en un mismo lugar; Petro, Uribe, Robledo, Carrillo y muchos otros, como cuando el Gobierno entrega subsidios, salieron corriendo a hacer fila en los diferentes medios de comunicación para criticar o respaldar esas tres grandes nubes que protagonizan la tormenta; la renuncia del Fiscal, la liberación de Santrich y la orden de captura de alias “El Paisa”.
¿Alguien falta? A sí, el presidente Iván Duque: respeta la decisión y división de poderes, pero va a apelar la decisión como propuso el Procurador y ahora también lo pide Estados Unidos, eso me hace recordar a otra famosa frase: “en juego largo hay desquite” la JEP le devuelve la patada (de la ley estatutaria, por las objeciones propuestas, que se hundieron más profundo que el Titanic) con un batazo de Jonrón dejando en libertad a el Santrich.
Muchos juegan en los charcos y otros le temen a mojarse, lo que no comprenden es que el agua les cae a todos, porque somos Colombia, cada rincón, de derecha a izquierda o de izquierda a derecha, es afectado.
Las altas Cortes, el Congreso, Presidencia, organismos de control, todos jalan por su lado a ver quién sale más bonito en los medios de comunicación, sin preocuparse por el país, una nación que inundado de tanta corrupción recibe cada vez más tormentas y espera ver la luz del sol desde que tiene memoria, porque la patria boba jamás acabo, que ahora se viste de azul, rojo, centro, derecha o izquierda, no cambia el hecho de que sigue dispersa y jugando individualmente.