“Hay que considerar que, de esa élite que se interesará por ellos, la mitad o poco menos se compone de gente que se dedica a defender el sistema de dominación espectacular, y la otra mitad, de gente que se obstina en hacer todo lo contrario. Así que, habiendo de tener en cuenta a unos lectores muy atentos e influyentes en distintos sentidos, obviamente no puedo hablar con entera libertad. Sobre todo, debo cuidarme de no enseñar demasiado sin mirar a quien”. Guy Debord.
Recuerdo que, en mi infancia cada que sentía una molestia en mi cuerpo, acudía a mi padre para que me diera una solución inmediata. Siempre tan acertado, me recomendaba una variedad de ejercicios, movimientos y posturas, los cuales de manera milagrosa o por un efecto placebo se ausentaban.
Sin duda alguna mi padre siempre me había recomendado y aún hoy me sugiere una diversidad de prácticas, y pese a que ejerzo bajo el título de licenciado en educación física, tengo en cuenta sus recomendaciones.
Sin embargo, no todos deberíamos creerle al padre, ser formado en el área del deporte, la salud y la actividad física, requiere de un aprendizaje permanente ya que, como toda profesión siempre se van a presentar situaciones complejas y más aún cuando es el cuerpo y la salud lo que se está interviniendo. Además, se debe reconocer la complejidad y rigurosidad para trabajar bajo los objetivos del físico de una persona.
Por consiguiente, hay que tener en cuenta que el título no hace al maestro, ya que muchos acceden a la formación en la educación física, principalmente para huirle a los números y la lectura, aunque esto es tela de otro costal…
Con la llegada de las redes sociales, el mundo Fitness se ha fijado como un espectáculo de amplia cobertura, el cual atrae a miles de personas por sus interesantes objetivos ¿Quién no desea verse lindo y musculoso? por supuesto que muchos no lo deseamos, pero para una gran población sí lo es. Aquí, muchos “entrenadores” sacan provecho de sus atrayentes músculos, vida de ensueño y hasta cantidad de seguidores en Instagram, para recomendar rutinas de ejercicio, como si tuviesen la formación suficiente. De haber sabido que solo necesitaba cara bonita, bíceps, glúteos, abdomen y pectorales tonificados y voluminosos, me hubiese ahorrado la cantidad de años que llevo invirtiendo en mi formación, bastaría con realizar un curso de 2 semanas o un diplomado en actividad física y entrenamiento deportivo, que me permita realizar trabajos personalizados, ejercer en gimnasios y recomendar rutinas de ejercicio.
El problema es mucho más amplio cuando estos personajes, sugieren y recomiendan dietas, y hasta se atreven a recetar suplementos vitamínicos (Un insulto a los nutricionistas). Lo más seguro es que desconozcan la complejidad y rigurosidad de estudiar todo el proceso bioquímico y los efectos de cada uno de los elementos que ingresan al sistema digestivo.
Muchos de los que se han formado o se están formando como licenciados en educación física, profesionales en deporte, actividad física y salud, entre otros, saben que el compromiso ético frente a una prescripción del ejercicio es innegociable, no basta con atraer miradas a través del cuerpo, ni mucho menos dárselas de sabios por el simple hecho de ser o haber sido deportista, es como si el simple hecho de vivir en sociedad me convirtiera en sociólogo.
Actualmente (aunque es un problema que se mantiene en el tiempo), gran cantidad de “entrenadores fit” sacan ventaja del problema frente al sedentarismo y obesidad a causa del COVID-19. “Entrenan” y “Guían” a personas que desconocen del tema, y esto lo hacen por cualquier peso (creo que se entenderían muy bien con Alberto Carrasquilla), lo cual desvaloriza la profesión, cuya competencia está muy por debajo de un precio razonable.
Así pues, todos estamos llamados a revaluar y cavilar entorno a qué estamos haciendo con nuestro cuerpo. A la persona que no vacila en comprar un celular de alta gama por un valor altísimo, pero se queja, regatea y manifiesta que no pagaría tanto por un profesional que sabe y reconoce lo que hace y enseña, y que prefiere por el contrario seguir rutinas de YouTube (María Fernanda Cabal sí que sabe de este tema), y no digo que estos videos no tengan validez, solo que las condiciones varían en todos los seres humanos. Sea consciente de que su salud podría estar en riesgo, si se deja intervenir de irresponsables que únicamente desean robarle el dinero. No se deje llevar por las apariencias, entienda que la musculatura no es sinónimo de conocimiento, seguramente muchas de estas personas no han leído un libro en su vida.
También, la reflexión es para el profesional en estos campos, a que genere un compromiso ético con la profesión por si no lo tiene. Si por el contrario es consciente de la importancia de la actualización y formación permanente, siga construyendo y luchando por mostrar la imagen que tan deteriorada está.
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