La secretaria del Interior fue elegida como líder del Partido Conservador, luego del retiro de la otra contendiente Andrea Leadsom. Será la segunda mujer en ocupar el cargo, luego de Margaret Thatcher.
May será la segunda mujer que ocupa el puesto después de Margaret Thatcher. May dijo el martes que se sentía «honrada y humilde» por haber sido elegida.
May había hecho campaña por la permanencia británica en la Unión Europea, pero este lunes dijo enfáticamente que respetará el resultado de la votación.
La ministra de Energía Andrea Leadsom, partidaria de la salida, se retiró de la contienda tras el escándalo provocado por sus declaraciones de que el hecho de ser madre le daba ventaja sobre May, que no tiene hijos.
Leadsom dijo en un comunicado que carecía de «apoyo suficiente» entre los legisladores para ser líder, y añadió: «Lo más conveniente para los intereses del país es la designación inmediata de un primer ministro fuerte y con mucho apoyo».
Es el giro más reciente del torbellino político desatado por el referendo de salida, el Brexit. Al día siguiente de la consulta, Cameron anunció su renuncia, lo que dio lugar a la contienda por la sucesión.
Los candidatos más prominentes —incluidos los promotores de la salida Boris Johnson y Michael Gove— quedaron en el camino entre denuncias de traición e intrigas.
Los legisladores redujeron el número de contendientes de cinco a dos, Leadsom y May.
Ahora, la reina invitará a May a formar gobierno el miércoles, un acto ceremonial pero parte de las costumbres de cambio de gobierno.
May, de 59 años, es uno de los miembros más experimentados del gabinete de Cameron, en que ha sido secretaria de Interior durante seis años.
Al igual que Cameron, pertenece al ala proeuropea del partido, pero destacados dirigentes del ala antieuropea como Johnson y Gove se apresuraron a declararle su apoyo.
El resultado del referendo trastornó la política británica y dio lugar a disputas por el liderato también en el laborismo, el principal partido opositor.
La legisladora laborista Angela Eagle intentará destronar al líder Jeremy Corbyn, un veterano izquierdista con una fuerte base de apoyo entre los afiliados pero escaso respaldo entre los 229 legisladores.
El bloque laborista aprobó una moción de retirarle la confianza a Corbyn y muchos miembros de su equipo legislativo renunciaron en protesta. Él se niega a renunciar y dice que puede ganar una votación por el liderato.
Muchos legisladores laboristas sostienen que Corbyn, un político sin carisma y socialista acérrimo, carece de atractivo para los votantes. Eagle dijo que «no se conecta lo suficiente para ganar una elección».
La designación de May difícilmente pondrá fin a la turbulencia política. De inmediato enfrentará la presión para iniciar las conversaciones formales de salida de la UE al activar el Artículo 50 de la constitución del bloque.
También se le reclama que busque un mandato de los votantes mucho antes de las elecciones generales previstas para 2020, aunque no está obligada a ello por ley. Los partidos opositores Laborista y Liberal Demócrata la exhortaron a hacerlo.
«Es inconcebible que Theresa May sea coronada primera ministra sin haber ganado una elección dentro de su propio partido, ni qué hablar del país», dijo el líder liberal demócrata Tim Farron.
Oliver Daddow, profesor de política en la Universidad de Nottingham Trent, dijo que a May le convendría llamar a elecciones mientras el laborismo esté desorganizado.
«Tiene a su favor que el laborismo está en semejante lío», dijo. «Tendría que estropearlo todo para no ganar».