En la historia global hay factores que han marcado hitos culturales, que experimentan transformaciones de las sociedades contemporáneas, y las ciencias globales, muy marcada en los años 90, con profundos cambios que sacuden el panorama mundial, especialmente el neologismo de globalización, incorporado recientemente al vocabulario científico-social. Los desafíos epistémicos han introducido modificaciones en las coordenadas espacio-temporales habituales y del tiempo. Los antecedentes de los estados y con conveniencias políticas que anteceden cumplen un papel transcendental en la historia internacional.
Josep Ibáñez (1999) hace una distinción conceptual entre regionalismo y regionalización. El primero es un proyecto y el segundo es un proceso. El regionalismo englobaría las iniciativas políticas de representantes gubernamentales, para estrechar la cooperación política y económica entre Estados y actores que forman parte de una misma región. Conformarían la corriente regionalista el conjunto de proyectos políticos que surgen de la interacción entre actores gubernamentales estatales y actores no gubernamentales estatales y transnacionales (fundamentalmente empresas nacionales, grupos de presión y empresas transnacionales).
La sostenibilidad ambiental es una tendencia que llego para quedarse, los países deben integrar la naturaleza sus a sus modelos de crecimiento económico, a sus planes de desarrollo y a sus agendas climáticas, los sectores económicos, y sus procesos tienen que estar alineados con las directrices de los grandes convenios ambientales. El cambio climático ha cambiado la forma de la producción en el mundo, e inherente se hace fundamental por garantía cognitiva; a que toda actividad este encaminada a la conservación del medio ambiente. La crisis climática, es un desafío que no puede ser asumido solamente por el consumidor, porque el buen vivir sostenible es para toda la humanidad.
Entre más la globalización homogeneizadora se consolida, el sistema regional retoma con mucha fuerza, porque las cargas contrarias entre más se alejen, más se consolidan en autonomía como relación de partes “región” y el todo “global” en pos de una tendencia a renovación integradora y económica de América Latina. Es inversamente proporcional a la misma ecuación de la Geopolítica de la integración de región y el entorno de seguridad de las grandes potencias por conveniencia intrínseca de las guerras actuales, que implica cambios en las estrategias de desarrollo para los países América Latina.
Las integraciones económicas latinoamericanas, pueden ser defendidas desde un enfoque nacionalista de regionalización latina y de consolidación de los tratados Comercio de América del Norte (TLCAN), la Comunidad y Mercado Común del Caribe (CARICOM), la Comunidad Andina de Naciones (CAN), el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y el sistema de Integración Centroamericano (SICA), pero seguimos dependiendo del liderazgo político, y del enfoque nacionalista de los estados, o de la opción ortodoxa Neoliberal de desarrollo regional.
El mundo está atravesando importantes cambios económicos, políticos y sociales, con conflictos fríos y calientes, guerras regionales e influencia de las grandes potencias enfrentándose entre sí por la lucha política y geopolítica, nada alejado de lo que ocurrió en la guerra fría, con el mismo objetivo de un nuevo orden mundial. Hoy ha transcendido el subtema con la firme convicción de un mundo multilateral y de alternativas comerciales financieras distintas al Swift.
En censura de todos los conflictos internacionales y el dolor humano, en vez de inmiscuirlos, donde nuestra presencia que no incide en el resultado, sin conveniencia regional o salir a suplir la avidez que dejan estos fenómenos, por el contrario, es el momento como región de superar los rezagos de nuestra infraestructura, adelantarnos en tecnología y fortalecer los vínculos entre los países de nuestras economías emergentes que, si inciden en el desempeño a largo plazo, para que no prevalezca la baja competitividad tanto regional y global. La regionalización institucional de nuestras economías emergentes nos lleva a replantear las integraciones actuales, a buscar que los gobiernos tengan voluntad política y agrupar algunas ya existentes, a articular los vínculos transregionales, para alrededor de una gran Comunidad de Naciones latinoamericanas, restructurar las normativas actuales para poder competir con las organizaciones del ámbito de la economía política mundial, para estar acordes con las circunstancias tendenciales y poder ser mejores Latinas locales, Multilatinas y Latinas Globales.
“Levantaos, subamos contra ellos; porque nosotros hemos explorado la Región, y hemos visto que es muy buena; ¿y vosotros no haréis nada? No seáis perezosos en poneros en marcha para ir a tomar posesión de la tierra.”
Jueces 18:9
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