“Si en este país, ser malo paga, sin lugar a duda vamos por el camino equivocado. Ojalá este mal no nos dure 100 años”.
En el gobierno del presidente Petro delinquir paga. Grave mensaje para quienes actuamos con respeto de las normas y queremos un país en paz y que sepa tramitar sus desacuerdos a través del diálogo y no con armas ni vías de hecho que sólo incrementan la violencia y la inseguridad en las regiones.
Los integrantes de la Primera Línea que cometieron todo tipo desmanes y alteraciones al orden público fueron defendidos por Petro; Epa Colombia que también cometió desmanes y daños a infraestructura pública como el Transmilenio también fue defendida por Petro; los grupos al margen de la ley que hacen minería ilegal en títulos que son concesionadas a empresas, también son defendidos por Petro.
Caso puntual es el de la mina de oro en Buriticá que es operada por la empresa china Zijin Continental Gold. La empresa sólo opera en el 47% de la concesión porque en el restante están presentes los grupos armados ilegales y que el gobierno no ha sido capaz de erradicar. Esta semana el presidente Petro dijo que habían recuperado uno de los túneles que eran operados por los ilegales, pero le pedía a la empresa que organizara una cooperativa para explotar con los pequeños mineros de la región (ver), cuando el verdadero problema no son los pequeños mineros sino las bandas criminales.
Con el sicario que atentó contra la vida de Miguel Uribe Turbay, la Fiscalía le ofreció beneficios como el de cambiar su identidad, garantizarles unos ingresos económicos para él y su familia, que probablemente no tenían antes del atentado y brindarles seguridad. Es decir que este joven salió ganando con la comisión de ese delito. Mal mensaje, porque esto puede incentivar a que más jóvenes y menores de edad en condiciones de pobreza vean en la comisión de atentados una posibilidad para mejorar sus vidas.
En este gobierno lo que no paga es ser buen ciudadano. Quienes violan propiedad privada, retienen a personas contra su voluntad, agreden a quienes piensan diferente son defendidos por el gobierno. Actuar por fuera de la norma se volvió costumbre.
Si cada ciudadano decidiera actuar por fuera de las normas imperaría la ley del más fuerte, viviríamos en un completo caos. Si las leyes existen es justamente para llegar a acuerdos que nos permitan convivir así necesariamente no estemos de acuerdo, pero es lo que no hace el presidente Petro. No da ejemplo.
A un año y dos meses para finalizar este gobierno, la sensación de un país mejor es nula: ha incrementado la inseguridad, se han fortalecido los grupos criminales, la deuda del país aumenta, los escándalos de corrupción han superado los de gobiernos anteriores y ha peleado con múltiples sectores en lugar de buscar acuerdos que beneficien a la mayoría de la población y que es una de las funciones que tiene el presidente de Colombia por mandato constitucional que es el de unir a la nación. Por el contrario, profundiza y agudiza la polarización.
Si en este país, ser malo paga, sin lugar a duda vamos por el camino equivocado. Ojalá este mal no nos dure 100 años y que el próximo año podamos corregir el rumbo.
*Empleado de Minera de Cobre Quebradona, mis opiniones no representan a mi empleador.
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