Ser jericoano

“Ser jericoano no es haber nacido en Jericó, sino trabajar por Jericó. No son jericoanos los que, habiendo nacido en ésta, ni trabajan por el pueblo, ni dejan trabajar a los demás”.


Hay una frase muy bonita que salió en la edición 820 de Mi Hojita Parroquial de Jericó -el órgano de difusión de la Iglesia Católica en el municipio- que dice “Ser jericoano no es haber nacido en Jericó, sino trabajar por Jericó. No son jericoanos los que, habiendo nacido en ésta, ni trabajan por el pueblo, ni dejan trabajar a los demás”. Y es que en la historia del municipio hemos tenido ilustres personajes que no han nacido en esta tierra pero que la han honrado con grandes obras. Es el caso del Padre Ramón Nicolás Cadavid, oriundo del municipio de Concordia, también conocido como el “Fundador del progreso de Jericó” quien legó fábricas de telares, el Banco de Jericó y la instalación de la segunda planta eléctrica de Antioquia después de Medellín.

Hay también jericoanos como Manuel Londoño Mejía, en su nombre tenemos la escuela de música de Jericó. Manuel fue un gran empresario del café y la ganadería, con espíritu solidario: hacía préstamos a bajo costo para quien lo necesitara al igual que el cobro de los arriendos (ver). En la Monografía de Jericó de Nelson Restrepo, se destacan a Manuel Londoño y a sus dos hijos José Bernardo (JB) Londoño Suárez y a León Londoño Tamayo, también nacidos en Jericó, como entre los más ilustres que ha dado esta tierra por su visión empresarial y pujanza.

El estadio de Jericó se llama JB Londoño en homenaje a este jericoano, quien se radicó muy joven en Medellín, dedicó su vida al comercio y a las importaciones que fueron determinantes para el auge de la industria textil que tuvo la capital antioqueña. Por su parte León Londoño Tamayo emigró a estudiar a Bogotá. Con el pasar de los años se convirtió en dirigente deportivo siendo presidente del Cúcuta Deportivo, luego de la Dimayor y de la Federación Colombiana de Fútbol. Desde la distancia, tanto JB como León, seguían conectados de alguna manera con su pueblo. Fueron el fiel retrato de esa generación de principios y mediados del siglo XX, que encontraban las oportunidades de progreso y desarrollo fuera de su patria chica.

Como el Padre Cadavid, por Jericó han pasado distintas empresas y personas que no nacieron en el municipio pero que han trabajo por brindar mejores condiciones para la población: el caso de Cultivares, la empresa de cardamomo que estuvo cerca de veinte años generando cerca de mil empleos y desarrollando un cultivo nuevo e inexplorado para la región; en los últimos años, empresas de aguacate hass con capitales no jericoanos como Cartama que se vislumbra como una de las principales productoras de este producto en el país, también nuevo para el municipio; así como las empresas madereras que tampoco son originarias de Jericó pero que aportan al desarrollo local desde su actividad.

Volviendo al inicio, también hay gente en Jericó, como en el país y en toda la humanidad, que ni trabajan, ni dejan trabajar, ni rajan ni prestan el hacha. Se dedican a criticar cualquier iniciativa, se oponen a todo, pero tampoco proponen soluciones ni alternativas para que la población pueda estar mejor.

Si algo nos ha demostrado la historia, es que Jericó ha sido un pueblo cívico, pacífico pero que también honra el progreso entendiendo sus potencialidades y riquezas, que trabaja unido desde los distintos sectores y vocaciones por el bienestar de su gente.

José María Dávila Román

Comunicador Social - Periodista de la UPB con Maestría en Gerencia para la Innovación Social y el Desarrollo Local de la Universidad Eafit. Creo que para dejar huella hay que tener pasión por lo que se hace y un propósito claro de por qué y para qué, hacemos lo que hacemos. Mi propósito es hacer historia desde donde esté, para construir un mundo mejor y dejar un legado de esperanza y optimismo para los que vienen detrás. Soy orgullosamente jericoano.

Nota al pie: El columnista tiene o ha tenido vinculación laboral con la minera AngloGold Ashanti. 

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.