Sed de lucro: reforma a la seguridad social en Colombia

“La realidad de la seguridad social en Colombia es mantener en el centro de toda ecuación universalista el consumo y el mercado

 

Desde el segundo semestre del 2019, difícilmente se puede entender las movilizaciones sociales en América del Sur y en particular en Colombia sin el preludio de las reformas a la seguridad social y laboral que las acompañan. Lo cierto es, que la población colombiana ha venido experimentando una insuficiencia en los últimos años por parte del Estado en su deber de garantizar y proteger el empleo, las jubilaciones y la salud que componen todo un sistema con el fin de mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Sin embargo, esto último solo son fines del Estado en medio de una fábula que no tiene otro precedente, sino aquel: modelo Neoliberal y su paquetazo de reformas.

No es fácil para la población colombiana aceptar que el modelo neoliberal económico y político son la medula espinal para el exterminio de los derechos sociales que se habían conquistado mediante las luchas avocadas a las calles que se habían mantenido desde los Estados benefactores para la protección de sus trabajadores y el conjunto de la sociedad.

Los vejámenes a ultranza cometidos por este modelo neoliberal, solo se han hecho para el beneplácito de quienes impulsan de manera vehemente su privatización; en función de garantizar los derechos de propiedad privada de los sectores corporativos financieros transnacionales y nacionales (Grupo AVAL y el Grupo empresarial Antioqueño con Protección y Porvenir) con la participación de Organismos Multilaterales creadas por el mismo sistema como: el Banco Mundial (BM), Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Organización Mundial del Comercio (OMC) y ahora el famoso Club de los ricos; Organización para la Cooperación y el Desarrollo económico (OCDE). Han participado activamente con sus lobbistas en la imposición de las reformas que transformaron al Estado producto de los Tratados y los convenios internacionales que de ellas emanan para subyugar y subordinar la normatividad nacional, donde ahora pretenden asignar a la leyes laborales y pensionales nuevas reformas como: el contrato por horas, la flexibilidad laboral y aumento de la edad de pensiones entre otras, como la pauperización de la población menos favorecida.

La realidad de la seguridad social en Colombia es mantener en el centro de toda ecuación universalista el consumo y el mercado. Empero, de la privatización de las entidades públicas y la falta de control de capitales se consolida la inversión extranjera directa y de portafolio con el tenor literal de la ley 9 de 1991 que, finalmente instala a Colombia en la globalización económica. Dicha maniobra, desnacionalizó el Estado para desregular la condiciones laborales – bajo gobiernos serviles- al capital extranjero que coaligaron a que se dieran leyes y decretos como el de la seguridad social, salud y pensiones en el caso de la ley 100 de 1993, y que ha tenido reformas como la ley 797/2003 y la ley 860 del mismo año. Con posterioridad condujeron a la liquidación del Instituto de Seguro Social (ISS) bajo el Decreto 1750 de 2003 y que hoy pretenden como bien lo plantea Chomsky “la técnica de la privatización: cortar el presupuesto para asegurarse que las cosas no funcionen, la gente se molesta, y se usa como excusa para pasarlo a manos del Capital privado” una fórmula que se ha aplicado a las entidades estatales  y en consecuencia se hará  con el régimen de prima media gestionado por Colpensiones a través del Estado, para que termine en las manos del Régimen Privado de Seguridad Social Integral donde difícilmente usted lograría sobrevivir para recoger las migajas que le permitan gozar-si es su caso- de una pensión digna.