“¡Colombia va mal! Nos devolvieron a la seguridad de hace 23 años y la economía de los años 90. No estamos avanzando, sino retrocediendo”.
–Cristian Romero.
Si algo ha caracterizado al Gobierno de Gustavo Petro es la incertidumbre que genera, tanto en los mercados, como en la ciudadanía. Semana tras semana, no se sabe qué nueva noticia o qué nuevo escándalo va a salir de parte de sus dirigentes, aunque, sin duda alguna, a la fecha, y dejando de lado la noticia del hijo del Presidente (Nicolás Petro), la de la caída de la reforma política y el retiro del apoyo por parte de su Coalición en alguna de sus otras reformas (a la salud y laboral), llega otra noticia del mismo impacto: la solicitud de renuncia que realizó el Presidente al Gabinete de Ministros, ¡sus Ministros!
Lo anterior, nos lleva a preguntarnos si es o no una buena decisión la que está tomando el Presidente. Si bien es cierto que habían muchos Ministros que estaban completamente desentendidos con la situación del país y planteaban alternativas o iniciativas totalmente equivocadas que, en lugar de mejorar la situación, la empeorarían –mírese nomás a Carolina Corcho e Irene Vélez liderando proyectos en materia de su Ministerio correspondiente, o a la Ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, representante del Partido Comunista Colombiano en el Pacto Histórico–, su proceder no es la manera. No se evidencia coherencia en las acciones del Primer Mandatario. Solo nos recuerda lo mismo que sucedió en su paso por la Alcaldía Mayor de Bogotá: renuncias de sus funcionarios y despotismo a más no poder.
La historia ha probado y dejado en evidencia que el éxito de un buen Gobierno radica en su equipo de trabajo en cualquier ámbito. Esto, debido a que si se cuenta con personas capaces, coherentes, con conocimientos previos en el área que se vayan a desempeñar y con ganas de trabajar –así como abundan en nuestro país–, por supuesto que se van a ver resultados positivos; pero, si por el contrario, no se encuentra ninguna de estas virtudes, obviamente se van a ver resultados negativos. Aparentemente, el Sr. Presidente no es consciente de ello, porque en vez de elegir personas aptas para ocupar dichos cargos, hace todo lo contrario –claro que también lo hace porque esta rellenando cupos para pagar favores a los partidos políticos tradicionales que lo ayudaron a llegar al cargo a punta de “mermelada”–, sabiendo que la historia nos ha demostrado que así claramente no se puede gobernar. A pesar de que él crea que puede resolver todos los asuntos el mismo, sin ayuda de personas capacitadas –en su imaginario supone ostentar la razón absoluta de todo– no va lograr los índices de prosperidad que dice querer para Colombia.
Si algo le ha demostrado el ser Gobierno, es que las cosas no se resuelven con una “varita mágica” –como creía–. No es simplemente decir “voy a acabar la pobreza, bajar los precios, disminuir la gasolina y conseguir la paz”. Así como era gran crítico y manifestaba su inconformismo con los anteriores Gobiernos desde su posición de oposición, hoy día, está siguiendo los mismos caminos que no han funcionado, solo que de una manera peor, puesto que en todas las áreas previamente citadas, las cifras han empeorado; prácticamente, el Gobierno va de mal en peor ¡y aún no llega a su primer año!, situación, asimismo, reflejada en los mercados –tráigase a colación el problema inflacionario que está viviendo el país con el alza de precios que de este, y muchos más factores, se desprende–. Petro y los suyos están mostrando lo que un Gobierno poco capacitado puede provocar.
El país necesita un Gobierno de mano dura con los delincuentes y que garantice la seguridad de los ciudadanos. Necesita, de manera urgente, un imperio de la ley fuerte, con políticas monetarias serias y claras para poder atraer inversión ¡Necesita que sus ciudadanos vislumbren un panorama fácil para hacer negocios! Necesita que dichas políticas generen un aumento en el poder adquisitivo de la moneda, para así, acabar con la incertidumbre que tanto nos perjudica.
La nueva pregunta es: ¿esto lo podrán adelantar los nuevos Ministros? Bueno, lo dudo. Con los nuevos nombramientos se puede observar que el panorama no va a mejorar. Se va el Ministro que más confianza producía y el único que se destacaba de ese Gabinete: José Antonio Ocampo, y se queda una de las que más incertidumbre genera: Irene Vélez.
Denotando así el panorama que nos acontece, solamente queda esperar cuál va a ser la postura del legislativa ante estos sucesos: si van a continuar con su apoyo al Gobierno, o si van a apartarse de este y ponerle un contrapeso.
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