Si miramos lo positivo que nos viene dejando el covid-19 y dejamos por un momento a un lado sus nefastas consecuencias que la convirtieron en todo un cisne negro como lo plantea Nassim Taleb, encontramos gracias a esta pandemia, el fortalecimiento de la Inteligencia Artificial (IA) como factor transformador determinante en nuestras vidas.
La IA se fortaleció en esta pandemia y nos ha proporcionado el apoyo necesario para sobrevivir de la misma pero también ha generado riesgos que si no son tratados como debe ser y de manera especial a través de adecuadas leyes que las controlen o regulen, nos puede llevar al aumento de la desigualdad y la división en nuestra sociedad.
Si bien es claro que en nuestro país se ha venido trabajando en un Marco Ético para la Inteligencia Artificial el cual se espera genere un mayor impacto, es lamentable el retiro del proyecto de Ley que buscaba establecer lineamientos para su desarrollo e implementación y de esta manera poder iniciar un proceso de regulación y adopción de políticas públicas frente a este tema.
Es tan importante y necesario el manejo y control de la IA, que la misma Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura- UNESCO ha invitado a sus afiliados a seguir el primer instrumento normativo mundial sobre la ética de la inteligencia artificial. Busca tener las bases necesarias para que en la humanidad se pueda asegurar a las tecnologías emergentes como cumplidoras de su labor sin perjuicio alguno para la sociedad.
Hablar de los beneficios de la IA en un país como el nuestro, es reconocer la manera en que se ha podido enfrentar la pandemia del Covid-19, la contribución para frenar la crisis económica que generó a través de las plataformas digitales entre muchos otros. El asunto acá es que las personas están dando acceso a sus datos y por ello se ha reabierto el tema de la privacidad de la información que, si no se maneja adecuadamente, puede generar consecuencias nada favorables a quien las proporcione.
Es lamentable que, en nuestro país por deficiencias conceptuales, técnicas y falta de pertinencia (profundidad en la exposición de motivos) se hunda un proyecto de Ley que permitiera regular el uso y desarrollo de la IA.
Un país como Colombia no se puede quedar solo con un Marco Ético, se requiere retomar una Ley que la normatice y la regule para que la IA cumpla su función de aprovechar las oportunidades y retos relacionados con la Cuarta Revolución Industrial (4RI) sin perjuicio alguno para el ciudadano.
Es por ello que se busca de nuevo legisladores en nuestro país para que impulsen de nuevo un proyecto de Ley que atienda la necesidad de abordar la IA como elemento dinamizador de nuestra sociedad, eso sí lejos de burocratizar la tecnología como se pretendió en la primera propuesta legislativa. Ojalá esta vez sus ponentes puedan argumentar mejor a través de una acertada exposición de motivos para que la misma no se vuelva a hundir y se le dé el reconocimiento que se requiere en Colombia.
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