Desde hace varios años se ha formado el mito urbano que Juan Manuel Santos es de izquierda, comunista y quiere llevar a Colombia a lo que denominan “castrochavismo”. – “Santos nos quiere volver como Venezuela o Cuba” esto es lo que escucho en reuniones familiares, conversaciones en la universidad y leo en redes sociales. En épocas de lo que se conoce en política como posverdad, este discurso tiene el objetivo único de movilizar a las masas poniéndolas “verracas” y crear un tipo de legitimidad. A pesar de que la guerra fría se acabó hace mucho tiempo, hay tantas demostraciones de cuál es el espectro y la ideología política de Santos por lo que llamarlo socialista sería un chiste de mal gusto.
El 1 de abril muchos colombianos se manifestaron en contra del gobierno de Santos. En dicha protesta hubo una pancarta que me llamó mucho la atención y tal manifestaba que: “Santos, marxista leninista”, por ende se entiende que la persona que realizó la pancarta la hizo porque cree que Santos es socialista y sigue las tesis del filósofo Marx y del político Lenin. El año pasado, el señor Fernando Londoño, en un tono apocalíptico, hizo un video donde daba entender que el gobierno de Santos nos estaba llevando al comunismo y que nos estábamos pareciendo cada vez más a Cuba y a Venezuela, Por su parte el senador Álvaro Uribe en reiteradas ocasiones ha tachado al gobierno Santos de ser “castrochavista” y por eso simpatizantes del uribismo comenzaron a hacer una serie de propaganda para asociar a Santos y su gobierno con Maduro, Chávez, Castro y sus respectivos países.
A todo esto se le conoce como la posverdad, ¿qué es la posverdad? Es lo que “denota circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública, que los llamamientos a la emoción y la creencia personal” Santos es todo lo contrario a lo que puede llegar se ser un gobierno socialista, basta ver hechos concretos para confirmar algo obvio.
Diferentes aspectos demuestran que Santos tiene una política clara y es la neoliberal, es fiel creyente de la política dirigida por las organizaciones extranjeras como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, además de ser un buen servidor de las políticas de eso que llaman “occidente” Si no fuera así ¿cómo enviará tropas a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) siendo un comunista? Santos también es un defensor de las multinacionales y del capital extranjero, a los cuales les ha entregado minas, tierras y proyectos. Basta con darle una mirada a lo que son las Zonas de Interés de Desarrollo Rural Económico y Social (Zidres) para darse cuenta que él no es ni de izquierda ni socialista ¿pero no era Lenin el que hablaba mal del imperialismo? ¿Cómo Santos puede ser marxista leninista haciendo todo lo contrario?
Una reforma tributaria donde priorizan los impuestos indirectos sobre los directos, como la que él hizo no se parece a lo que pregona la izquierda en Colombia que es todo lo contrario. Otro factor importante para analizar es que en Venezuela y en Cuba hubo una serie de expropiaciones que han arruinado a esos países. Pero acá, por el contrario, Santos ha vendido empresas estatales al sector privado, como lo han hecho muchos gobiernos de Colombia, o sea todo lo opuesto al “castrochavismo”
Que Santos defienda libertades individuales y que le interese más los derechos humanos que a Uribe no significa que sea de izquierda ni mucho menos sea un “castrochavista”, sacando una conclusión de una columna de Gustavo Duncan, para mi Uribe representa la línea dura de la derecha y Santos la línea blanda. Tampoco hace socialista a Santos que haya acabado con las FARC por la vía pacífica.
Esta columna la hice con el ánimo de mostrar hechos que demuestran que Santos no nos va a llevar a lo que es Venezuela y Cuba, ni sigue tesis marxistas-leninistas. Yo estoy en oposición a este gobierno, pero cuando lo critico y lo reprocho lo hago con argumentos objetivos y no con sentimientos, ni mucho menos con “posverdades” solo para legitimar mi oposición. Cito al maestro Carlos Gaviria: “Yo no digo lo que digo por estar en la oposición; sino que estoy en la oposición porque creo en lo que digo”.
Vía: Corporación Región.