Resumen Económico de la Semana del 15 al 19 de Septiembre de 2025

Resumen Ejecutivo

La Reserva Federal redujo su tasa de referencia a 4,00%–4,25%, tras nueve meses de pausa, marcando un giro dovish que prioriza el empleo frente a la inflación. Aunque Wall Street celebró con nuevos máximos, persisten dudas sobre la sostenibilidad fiscal de EE. UU. y la independencia de la Fed ante la presión política de Trump.

En Europa, el  Bank of England mantuvo su tasa en  4,00%, mientras la  eurozona  exhibió contrastes: Alemania sigue rezagada, Francia apuesta por un plan fiscal expansivo y España amplía su déficit comercial.

En Asia, el Banco de Japón sorprendió al iniciar la venta de activos tras más de una década de estímulos, mientras China confirmó un enfriamiento estructural, con consumo e inversión debilitados y señales de deflación.

En LatinoaméricaMéxico refuerza su alianza con Canadá frente a los aranceles de EE. UU., pero enfrenta una inflación resistente y déficit crecientes. En Brasil, la Selic se mantiene en 15%, priorizando la estabilidad de precios aun a costa del crecimiento.

En Colombia, el PIB creció 4,3% en julio, su mejor dato de 2025, impulsado por servicios e industria. Sin embargo, persisten riesgos de déficit fiscal cercano al 7%reservas de gas limitadas (6,1 años) y un incierto debate pensional. El turismo y la construcción aportan dinamismo, pero la sostenibilidad fiscal y la política siguen siendo lastres de mediano plazo.

En los mercados financieros, la renta variable global alcanzó nuevos máximos históricos en EE. UU. gracias al recorte de tasas y al repunte tecnológico, mientras Europa se mantuvo lateral y Japón mostró volatilidad tras los anuncios del BoJ. En Colombia, el Colcap subió 1,9%, apoyado en recompras corporativas y en el mejor tono de Ecopetrol. En renta fija, la demanda por instrumentos indexados a inflación ganó tracción, mientras los TES cortos reflejaron sensibilidad al riesgo fiscal. En divisas, el dólar se fortaleció levemente a nivel global, y en Colombia el peso cerró en COP $3.864,29, con una baja semanal de 0,8% explicada por la corrección del crudo, aunque en un contexto de tendencia de fortalecimiento por la entrada sostenida de dólares al país. En commodities, el oro alcanzó un nuevo récord, el petróleo permaneció estable y el café sufrió una fuerte corrección.

Columna Especial – México: La crisis pensional mexicana se ha convertido en una advertencia para América Latina. El envejecimiento demográfico, la informalidad y los subsidios asistenciales ponen al sistema en una trayectoria fiscalmente insostenible. El espejo mexicano refleja riesgos similares para Colombia, donde la combinación de presiones fiscales, populismo y fragmentación del sistema exige un debate serio y responsable sobre la sostenibilidad, más allá de la coyuntura política.

 

Estados Unidos

La semana estuvo marcada por la decisión de política monetaria de la Reserva Federal, un evento anticipado por los mercados. Tras nueve meses de pausa, la Fed redujo su tasa de referencia en 25 puntos básicos, llevándola al rango de 4,00%–4,25%, en una decisión justificada bajo el argumento de “gestión de riesgos”. Jerome Powell enfatizó que la medida no responde a un deterioro inminente de la economía, sino al reconocimiento de que los riesgos a la baja en el mercado laboral han ganado relevancia frente a los temores inflacionarios.

El mensaje posterior y las proyecciones del FOMC sorprendieron por su sesgo dovish. En el dot plot, la mediana de los miembros apunta a dos recortes adicionales en 2025, con un solo ajuste más en 2026, para luego estabilizar la tasa en su nivel de largo plazo a partir de 2027. Incluso apareció un pronóstico más agresivo —2,75%–3,00% hacia 2025— que el mercado atribuye a Stephen Miran, nuevo gobernador cercano a Donald Trump, quien además habría votado por un recorte de 50 pbs. Este disenso reflejó la creciente politización de la Fed, en un contexto de tensiones entre Trump y Powell y del intento del presidente por destituir a la gobernadora Lisa Cook, con el argumento de un caso legal pendiente.

En cuanto a los supuestos macroeconómicos, la Fed revisó al alza su expectativa de crecimiento a 1,6% en 2025 y 1,8% en 2026, mientras redujo ligeramente sus proyecciones de desempleo hacia 2026 (4,4%) y mantuvo estable la de 2025 (4,5%). La inflación, sin embargo, mostró una revisión al alza para 2026, con una PCE y core PCE del 2,6%. Powell subrayó que la entidad está dispuesta a tolerar una inflación algo más persistente si con ello evita un deterioro mayor en el empleo, reconociendo que la creación de puestos de trabajo ha caído por debajo de la tasa de equilibrio necesaria para mantener estable el desempleo.

Los mercados reaccionaron con cautela más que entusiasmo. Si bien las bolsas cerraron la semana con ganancias, la volatilidad fue notoria ante el carácter preventivo del recorte y el riesgo de que refleje un enfriamiento más profundo de la actividad. La curva de rendimientos del Tesoro se empinó, en medio de preocupaciones por el elevado endeudamiento público y la posibilidad de que la relajación monetaria impulse nuevamente la inflación. El dólar mostró episodios de debilidad, mientras la correlación negativa entre el oro y los bonos del Tesoro a 10 años refuerza la percepción de que los inversionistas buscan cobertura ante un eventual choque de confianza institucional.

 

Conclusión
El recorte de la Fed marca un cambio de prioridades: del control férreo de la inflación hacia la defensa del empleo, aun a costa de tolerar precios algo más elevados. Este giro, que los mercados interpretan como la señal más dovish en años, no disipa las dudas sobre la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos ni sobre la verdadera independencia de su banco central frente a la presión política de Trump. En el corto plazo, los activos de riesgo se ven favorecidos, pero el empinamiento de la curva de rendimientos y la fragilidad del dólar anticipan que los inversores exigirán primas de riesgo más altas para financiar la deuda norteamericana. De confirmarse nuevos recortes en lo que resta de 2025, el verdadero desafío será equilibrar la confianza en el empleo con la credibilidad institucional y la estabilidad de los mercados financieros globales.

 

Europa

La atención en Europa se concentró esta semana en el Reino Unido, donde el Bank of England (BoE) mantuvo sin cambios su tasa de referencia en 4,00%, con una votación de 7–2 dentro del Comité de Política Monetaria. Dos miembros favorecieron un recorte de 25 puntos básicos hasta 3,75%, pero la mayoría optó por la cautela ante una inflación que, aunque en descenso, se ubicó en 3,8% anual en agosto, todavía muy por encima del objetivo del 2%. El gobernador Andrew Bailey enfatizó que “el Reino Unido no está fuera de peligro” en materia inflacionaria, lo que justifica mantener condiciones financieras restrictivas hasta contar con mayor evidencia de convergencia hacia la meta.

El BoE también anunció una reducción en el ritmo de ajuste cuantitativo: liquidará £70 mil millones en activos de deuda pública en los próximos doce meses, frente a los £100 mil millones del año anterior. Este paso refleja una estrategia más gradual de normalización del balance, en línea con la necesidad de evitar un endurecimiento excesivo que afecte la frágil recuperación británica.

En la eurozona, los datos macroeconómicos confirmaron un  desempeño desigualAlemania continúa rezagada, con caídas en los pedidos industriales y un índice de precios al productor en terreno negativo. Francia sorprendió con un plan fiscal expansivo para 2026 orientado a infraestructura y transición energética, aunque genera inquietud sobre sostenibilidad de deuda. España, en contraste, amplió su déficit comercial por mayores importaciones energéticas. Estos contrastes refuerzan la percepción de una eurozona con motores asimétricos y limitada capacidad de reacción conjunta.

Los mercados financieros europeos respondieron con movimientos mixtos. La curva de deuda soberana se mantuvo en terreno bajista, con compras selectivas de bonos de mayor calidad crediticia, mientras el euro perdió tracción frente al dólar tras el recorte de la Fed, ampliando la brecha transatlántica en política monetaria. La renta variable cerró con ligeras pérdidas, especialmente en el sector bancario, presionado por el debate sobre un nuevo marco regulatorio.

 

Conclusión
Europa enfrenta un escenario de crecimiento fragmentado y política monetaria divergente. Mientras el BoE opta por la prudencia para no ceder demasiado pronto en la lucha contra la inflación, la eurozona lidia con una recuperación desigual y con tensiones internas sobre gasto y reglas fiscales. El gran desafío será mantener la cohesión frente a un entorno global de mayor proteccionismo y frente a la presión de los mercados, que comparan cada vez más la velocidad de respuesta europea con la flexibilidad de la Reserva Federal. La capacidad de Europa para preservar credibilidad dependerá de su habilidad para equilibrar disciplina monetaria con apoyo al crecimiento sin fracturar aún más la unidad del bloque.

 

Asia

En Japón, el Banco de Japón (BoJ) marcó un punto de inflexión al anunciar el inicio de la reducción de su balance, mediante la venta gradual de ETF y REIT, un paso inédito tras más de una década de estímulos extraordinarios. Aunque mantuvo la tasa de interés en 0,5%, dos miembros de la junta —Hajime Takata y Naoki Tamura— votaron por elevarla a 0,75%, reflejando un giro más restrictivo en el seno del banco central. Este disenso, sumado al anuncio de ventas de activos, llevó a los mercados a anticipar un posible aumento de tasas en octubre. La decisión llega mientras la inflación subyacente se moderó a 2,7% en agosto, su nivel más bajo en nueve meses pero aún por encima del objetivo del 2%, lo que mantiene abierta la puerta a futuros ajustes.

El contexto político añade incertidumbre. La renuncia del primer ministro Shigeru Ishiba desencadenó una carrera por el liderazgo del Partido Liberal Democrático (PLD), donde destaca Shinjiro Koizumi, quien ha prometido impulsar salarios y productividad para contrarrestar el costo de vida. Sus propuestas, orientadas a reducir impuestos y ampliar el gasto fiscal, podrían dar un giro a la política económica y condicionar la relación con el BoJ en los próximos meses. Los inversionistas ya descuentan que un nuevo gobierno con sesgo expansivo podría acelerar el debate sobre la sostenibilidad de la deuda y la trayectoria de las tasas.

En China, los datos del tercer trimestre confirmaron un enfriamiento de la economía. Las ventas minoristas crecieron apenas 3,4% interanual en agosto (vs. 3,7% en julio), mientras que la producción industrial se desaceleró al 5,2% (vs. 5,7% en julio). La inversión fija urbana, prácticamente estancada en 0,5% interanual entre enero y agosto, alcanzó un mínimo histórico, con debilidad generalizada en manufacturas, infraestructura e inmobiliario. A ello se suman presiones deflacionarias reflejadas en el bajo crecimiento de ingresos fiscales (0,3% interanual) y en la fragilidad de los precios al productor. Ante este panorama, Pekín ha optado por una estrategia dual: intervenciones microeconómicas en sectores estratégicos, como el porcino, y una mayor apertura comercial hacia la ASEAN, al tiempo que se esperan nuevos estímulos monetarios para contener la desaceleración.

 

Conclusión
Asia enfrenta un escenario divergente: Japón avanza hacia la normalización monetaria, incluso a riesgo de desestabilizar sus mercados financieros, mientras China lidia con un freno estructural de su crecimiento que exige medidas de estímulo cada vez más focalizadas. En conjunto, ambos procesos reflejan el tránsito de la región hacia una nueva fase: de estímulos prolongados y crecimiento acelerado hacia una etapa de ajustes graduales, tensiones políticas y mayor incertidumbre externa. La capacidad de Japón para sostener la estabilidad financiera en medio de su ajuste, y la habilidad de China para reanimar la demanda interna sin acumular vulnerabilidades, serán determinantes para el equilibrio económico global en lo que resta de 2025.

 

México y Brasil

En México, la persistencia de la inflación subyacente en 4,23% limita la capacidad del Banco de México para relajar su política monetaria, pese a la desaceleración de la actividad económica. En este contexto, la presidenta Claudia Sheinbaum y el primer ministro canadiense Mark Carney anunciaron un plan de acción bilateral para blindar el comercio frente a los aranceles de Estados Unidos y reforzar la cooperación dentro del T-MEC. El acuerdo, centrado en sectores estratégicos como construcción, energía y agricultura, busca consolidar un frente común norteamericano de cara a la revisión del tratado en 2026.

La estrategia responde al endurecimiento de la Casa Blanca, que recientemente impuso nuevos gravámenes al acero, automóviles y productos agrícolas, lo que amenaza con encarecer el comercio regional. Como contramedida, México aplicó aranceles de hasta 50% a productos chinos, mientras Canadá elevó al 100% el impuesto sobre vehículos eléctricos de origen asiático. El FMI, en su informe preliminar sobre la economía mexicana, prevé un crecimiento del PIB de apenas 1% en 2025, con repunte ligero en 2026, aunque advierte riesgos fiscales por un déficit proyectado en 4,3% del PIB y la necesidad de reformas para fortalecer infraestructura, estado de derecho e integración comercial.

En Brasil, el Banco Central mantuvo por unanimidad la tasa Selic en 15%, el nivel más alto desde 2006. La decisión refleja la persistencia de una inflación desanclada —con un IPCA previsto en 4,8% para 2025, frente a la meta de 3%— y la cautela ante un escenario internacional marcado por la volatilidad financiera y las tensiones geopolíticas. El Copom enfatizó que los tipos permanecerán elevados hasta que existan señales claras de convergencia inflacionaria, aun a costa de frenar el crecimiento interno.

El Gobierno revisó su expectativa de PIB para 2025 a 2,3% (desde 2,5%), en reconocimiento del impacto restrictivo sobre crédito, inversión y consumo. Si bien los servicios aún sostienen parte de la actividad, la economía enfrenta un ciclo de enfriamiento prolongado, con costes financieros que golpean hogares y empresas. El paralelismo histórico con 2006 sugiere que Brasil podría mantener esta estrategia por varios trimestres, retrasando el inicio de recortes hasta bien entrado 2026.

 

Conclusión
México y Brasil se encuentran atrapados en un entorno de tensiones externas y rigideces internas. México apuesta por fortalecer alianzas dentro del T-MEC para compensar los efectos de la política arancelaria estadounidense, pero su margen de maniobra está limitado por una inflación resistente y un déficit fiscal creciente. Brasil, en cambio, prioriza la estabilidad de precios sobre el crecimiento, sosteniendo tasas récord que podrían prolongar el estancamiento productivo. Ambos países reflejan los dilemas de las principales economías latinoamericanas: cómo preservar estabilidad macroeconómica en un contexto global de proteccionismo, desaceleración y endurecimiento de las condiciones financieras.

 

Colombia

La economía colombiana registró en julio un crecimiento interanual de 4,3 %, su mejor desempeño en lo corrido de 2025, impulsado por los servicios (+5,6 %) y la industria (+4,3 %), aunque con rezagos en el agro y la minería (−1,6 %). El dato confirma una recuperación frente a 2024 y eleva el acumulado del año a 2,7 %, más del doble de lo observado en igual periodo del año pasado. No obstante, persiste una amenaza estructural: la reducción de las reservas de gas natural a 6,1 años de autosuficiencia, lo que anticipa presiones inflacionarias, fiscales y sobre la balanza de pagos.

En paralelo, la discusión política sobre la reforma pensional entró en un punto crítico. La Corte Constitucional otorgó a la Cámara de Representantes un plazo definitivo hasta el 19 de septiembre para entregar las actas que subsanen el vicio de trámite; de no cumplirse, la validez de la norma quedaría en entredicho, abriendo un frente de riesgo institucional en uno de los proyectos bandera del Gobierno.

En política monetaria, el Banco de la República mantendría la tasa de referencia en 9,25 % en su reunión del 30 de septiembre, en línea con la última Encuesta de Opinión Financiera de Fedesarrollo. El mercado espera que el emisor prolongue su postura restrictiva ante una inflación que en agosto se situó en 5,1 % anual, todavía fuera del rango meta. J.P. Morgan advierte que la resistencia de la inflación subyacente limita el margen de maniobra del banco central, situando a Colombia en el grupo de economías latinoamericanas donde el proceso desinflacionario avanza con mayor lentitud.

En el frente real, el sector de la construcción sorprendió con un repunte de 44,4 % en el área licenciada en julio, explicado en gran medida por la vivienda de interés social (+116,9 %). El dinamismo en Bogotá, Antioquia y Valle del Cauca contrasta con caídas en departamentos como Tolima y Meta, lo que refleja una recuperación territorial desigual. La manufactura también mostró un desempeño favorable, con un crecimiento de 5,8 % en la producción y 6,4 % en ventas reales interanuales, apoyado por la recuperación de Bogotá, Antioquia y el Valle de Aburrá.

El turismo continúa consolidándose como motor de divisas: entre enero y julio llegaron 2,7 millones de visitantes internacionales (+6 % interanual), generando ingresos por USD 5.247 millones en el primer semestre, cifra que superó los aportes del café y el carbón. Sin embargo, los gremios alertan que la nueva Ley de Financiamiento, al eliminar exenciones de IVA y aumentar cargas tributarias al sector, podría erosionar la competitividad y el empleo en esta industria, segunda en generación de divisas después del petróleo.

En materia financiera, el microcrédito mantiene una expansión sostenida en el país. A julio, los desembolsos alcanzaron $9,7 billones en más de un millón de operaciones, con una cobertura del 54 % en zonas rurales. La Orinoquía, liderada por el Meta, mostró el mayor crecimiento relativo: +9,8 % en número de operaciones y +24,8 % en montos, consolidando al microcrédito como instrumento de inclusión y dinamización económica en regiones tradicionalmente rezagadas.

En el frente fiscal, el Gobierno ejecutó la mayor operación de canje de deuda interna de su historia, reduciendo el saldo neto en $2,5 billones y alargando vencimientos, en una subasta que despertó alta demanda ($20,1 billones frente a $18,4 billones ofertados). Aun así, el desequilibrio estructural se profundiza: el déficit fiscal acumulado a julio ascendió a $77,3 billones (4,3 % del PIB) y se proyecta en 7,1 % del PIB para cierre de año, con riesgos de superar el 7,5 %. El gasto público mantiene una dinámica creciente frente a ingresos insuficientes, comprometiendo la credibilidad del Marco Fiscal de Mediano Plazo.

 

Conclusión
La economía colombiana mostró un repunte sólido en julio (4,3% interanual), apoyada en servicios e industria, pero enfrenta riesgos de mediano plazo por la reducción de reservas de gas a 6,1 años, lo que presionará inflación, finanzas públicas y balanza externa. El déficit fiscal récord (4,3% del PIB a julio y proyección de 7,1% en 2025) limita el margen de maniobra del Gobierno, pese al exitoso canje de deuda interna que alivió parcialmente el perfil de vencimientos. El Banco de la República mantiene una postura cautelosa con la tasa de referencia en 9,25%, condicionado por una inflación obstinadamente alta (5,1%), superior a la meta. Aunque el turismo y la construcción aportan dinamismo y divisas crecientes, la incertidumbre política, el debate pensional y las advertencias de los gremios revelan un contexto donde el crecimiento convive con vulnerabilidades estructurales.

 

Renta Variable

Los mercados accionarios globales cerraron la semana con un tono positivo, impulsados por el giro más acomodaticio de la Reserva Federal y por un renovado dinamismo del sector tecnológico. En Estados Unidos, el S&P 500 alcanzó los 6.664,36 puntos (+1,2%), el Dow Jones los 46.315,27 (+1,0%) y el Nasdaq Composite los 22.631,48 (+2,2%), apoyados en la primera reducción de tasas de la Fed en 2025 (-25 pb), acompañada de señales de recortes adicionales. El apetito por riesgo fue evidente al inicio, aunque se moderó tras la guía prudente del FOMC. El liderazgo del sector tecnológico fue determinante: Intel repuntó 23% tras anunciar un acuerdo estratégico con Nvidia (+3,5%), mientras que Crowdstrike sorprendió con guías sólidas (+12,8%) y Apple (+3,2%) se benefició del lanzamiento de su nuevo iPhone. El consumo también mostró resiliencia, con ventas minoristas creciendo 0,6% en agosto, reforzando el tono cíclico del mercado.

En Europa, el balance fue más mixto: el IBEX 35 avanzó 0,6%, mientras que el CAC 40 y el STOXX 600 retrocedieron levemente. El caso corporativo más destacado fue Puma (+13,7%), ante rumores de venta de participación de la familia Pinault y el interés de Authentic Brands y CVC. En contraste, el Nikkei 225 de Japón cedió 0,38% tras la decisión del Banco de Japón de mantener tasas en 0,5% y anunciar la venta gradual de su portafolio de ETFs, en un contexto de inflación subyacente descendiendo a 2,7% en agosto.

En Colombia, el MSCI Colcap cerró en 1.858,13 puntos (+1,9%), apoyado por el contexto externo favorable y anuncios corporativos relevantes. Grupo Argos comunicó un programa de recompra de acciones por USD 230 millones, mientras que Celsia inició una nueva fase de readquisición por COP 30.000 millones. El volumen estuvo liderado por PF Cibest (COP 119.511 millones), seguido de Cemargos (COP 86.453 millones) y PEI (COP 40.726 millones). En variaciones, destacaron Fabricato (+21,7%) y Cemargos (+17,5%), mientras que las caídas más marcadas fueron para Valsimesa (-20%) y Banco de Bogotá (-7,1%). El buen desempeño de Ecopetrol, ante expectativas de superar metas de perforación y producción, también dio soporte al índice, aunque la falta de aprobación del presupuesto nacional 2026 mantuvo latente la incertidumbre fiscal y regulatoria.

 

Conclusión
La renta variable global cerró una semana marcada por la primera baja de tasas de la Fed en 2025 y el repunte tecnológico, factores que consolidaron a Wall Street en máximos históricos. No obstante, la moderación en la guía de Powell y la incertidumbre sobre la trayectoria de la inflación sugieren que la volatilidad seguirá presente. Europa se mantiene lateral, con riesgos corporativos puntuales, mientras que en Japón la estrategia del BoJ abre un nuevo frente de incertidumbre. En Colombia, la recuperación del Colcap (+1,9%), apalancada en recompras corporativas y un mejor tono para Ecopetrol, refleja el atractivo relativo de los emergentes, aunque la incertidumbre fiscal interna sigue siendo un lastre que limita el potencial de revalorización sostenida.

 

Renta Fija

El mercado de deuda soberana registró una semana de contrastes, con movimientos que reflejaron tanto las tensiones fiscales internas como la respuesta de los inversionistas al giro más prudente de los bancos centrales. En Colombia, la curva de TES tasa fija mostró un sesgo de desvalorización en los tramos cortos, destacándose el nodo noviembre 2025 (+41,8 pbs) ante el aumento en la prima de riesgo fiscal tras la no votación del Presupuesto 2026 en el Congreso. En los tramos medios y largos, el comportamiento fue heterogéneo: mientras febrero 2033 subió 7,2 pbs, los vencimientos de octubre 2034 (-14,0 pbs) y septiembre 2036 (-8,0 pbs) se valorizaron, apoyados en la expectativa de una menor presión de oferta y en el tono más laxo del entorno externo tras el recorte de tasas de la Reserva Federal. Por su parte, los TES UVR se valorizaron de manera generalizada, con descensos en abril 2029 (-26,0 pbs), marzo 2033 (-23,3 pbs) y abril 2035 (-24,1 pbs), evidenciando un mayor interés por instrumentos indexados a inflación a mediano y largo plazo.

En el ámbito internacional, los Treasuries estadounidenses subieron de forma generalizada: el bono a 2 años aumentó 1,6 pbs, el de 10 años 6,3 pbs y el de 30 años también 6,3 pbs, en respuesta al recorte de 25 pbs de la Fed y al tono cauteloso de Jerome Powell, que desinfló las expectativas de estímulo más agresivo. La combinación de ventas minoristas sólidas y debilidad en el sector vivienda acentuó la volatilidad en los tramos largos de la curva. En Europa, los rendimientos soberanos también repuntaron: el bund a 10 años avanzó a 2,75% y el gilt británico a 10 años a 4,71%, afectados por preocupaciones sobre mayor oferta de deuda, aunque Italia mostró resiliencia apoyada en la perspectiva positiva de Fitch. Al mismo tiempo, el Banco de Inglaterra sorprendió al mantener la tasa en 4% pero moderar su plan de reducción de balance, mientras que el Banco de Noruega redujo 25 pbs al 4%, adoptando un tono más cauteloso hacia adelante.

 

Conclusión
La renta fija global se desenvolvió en un entorno donde los bancos centrales confirmaron su prudencia, con la Fed liderando un ciclo de recortes más gradual y Europa enfrentando mayores presiones por oferta de deuda. En Colombia, el repunte de los TES cortos refleja la sensibilidad del mercado a la incertidumbre fiscal, mientras que la demanda por instrumentos indexados a inflación sugiere que los inversionistas buscan refugio ante riesgos persistentes de precios. La volatilidad seguirá siendo el factor dominante, con las curvas ajustándose a un equilibrio complejo entre política monetaria, sostenibilidad fiscal y expectativas de crecimiento.

 

Divisas

El dólar estadounidense cerró la semana con un desempeño mixto pero finalmente positivo, apoyado en la lectura menos dovish de la Reserva Federal tras el recorte de 25 puntos básicos. El índice DXY avanzó un 0,3% hasta 97,65, recuperándose del retroceso inicial que siguió al anuncio, en un contexto donde el discurso de Jerome Powell enfatizó la gradualidad de los futuros recortes.

Entre las monedas desarrolladas, el euro se fortaleció levemente (+0,1%) gracias a la expectativa de un ciclo más agresivo de flexibilización en EE. UU., lo que suavizó la presión sobre el cruce EUR/USD. En contraste, la libra esterlina cayó un 0,6% ante el deterioro de las cuentas fiscales del Reino Unido y la decisión del Banco de Inglaterra de mantener la tasa en 4%, lo que elevó la percepción de riesgo soberano. El yen japonés ganó 0,2%, impulsado por la señal hawkish del Banco de Japón al anunciar que comenzará a reducir su portafolio de ETFs y J-REITs, mientras que el franco suizo permaneció prácticamente estable (-0,1%), reforzando su papel defensivo en un escenario de cautela monetaria global.

En los emergentes, el comportamiento fue mayoritariamente negativo. El real brasileño retrocedió 0,6% pese a la pausa prolongada anunciada por el BCB, mientras el peso mexicano cayó 0,2% en un mercado que ya descuenta el recorte de Banxico previsto para el 25 de septiembre. El peso chileno también perdió 0,2%, presionado por el entorno externo, aunque limitado por la decisión del BCCh de mantener su tasa en 4,75%. En Colombia, el peso colombiano lideró las pérdidas regionales con un retroceso de 0,8%, cerrando en COP $3.864,29.

 

Conclusión
El mercado cambiario global reflejó la tensión entre una Fed más flexible pero cauta y la fragilidad fiscal de varias economías desarrolladas. En este entorno, las monedas emergentes sufrieron un ajuste generalizado, con el peso colombiano destacándose por su vulnerabilidad frente a la caída del petróleo y la incertidumbre interna. Aunque el sesgo global sigue favoreciendo activos de riesgo, la fortaleza intermitente del dólar evidencia que los inversionistas aún demandan cobertura ante riesgos fiscales e institucionales.

 

Commodities

El mercado de materias primas cerró la semana con señales mixtas. El petróleo permaneció relativamente estable, con el WTI en USD 62,68 y el Brent en USD 66,62 por barril, aunque con un sesgo bajista (-0,6% en el Brent). El incremento en los inventarios de destilados en EE. UU. (+4 millones de barriles) y los indicios de debilidad en el consumo contrarrestaron el impulso derivado del recorte de tasas de la Fed. A ello se sumaron las expectativas de una mayor oferta por parte de la OPEP+, que limitaron la capacidad de recuperación observada en semanas previas. En paralelo, las tensiones geopolíticas en torno a Rusia y Ucrania siguen sosteniendo un piso en los precios, aunque no logran cambiar la tendencia lateral.

En metales preciosos, el oro avanzó un 1,2% hasta USD 3.685 por onza, alcanzando en la semana un nuevo récord intradía cercano a los USD 3.707. El recorte de tasas en EE. UU. redujo el costo de oportunidad del metal y reforzó su atractivo como activo refugio, mientras que la plata subió un 2,1% bajo la misma lógica tasas–dólar. En contraste, el cobre retrocedió 0,5%, estabilizándose en torno a USD 9.940 por tonelada en Londres, presionado por la recuperación parcial del dólar y la persistente incertidumbre sobre la demanda china.

En el frente agrícola, el trigo en Chicago repuntó levemente hasta 524 centavos de dólar/bushel (contrato diciembre 2025), mientras que el maíz se mantuvo estable en 425 centavos/bushel, en un contexto de cosechas abundantes en EE. UU. Finalmente, el café presentó una fuerte corrección: su cotización internacional cayó 4,08% hasta USD 365,30 por libra, lo que significó una reducción de USD 15,55 frente al cierre del día anterior. En el mercado interno, la carga de 125 kg de pergamino seco con factor 94 se ubicó en COP 2.820.000, con un precio base de COP 10.000/kg, presionando los márgenes de los productores en un entorno de elevada volatilidad.

Conclusión
El mercado de commodities mostró un patrón divergente: mientras el oro y la plata consolidan su papel como refugios en un entorno de tasas más bajas, el petróleo permanece estancado por la contradicción entre riesgos geopolíticos y señales de sobreoferta, y el café refleja de manera dramática la volatilidad estructural de los mercados agrícolas. En este escenario, los inversionistas ajustan portafolios buscando protección frente a la incertidumbre monetaria global, pero también anticipando tensiones en sectores energéticos y agrícolas altamente sensibles a choques externos.

México al Borde del Abismo Pensional: Una Advertencia Inaplazable

Por Enrique Ariza

Lo que ocurre hoy en México con su sistema de pensiones no es un asunto aislado: es una advertencia para toda América Latina, incluida Colombia, donde los mismos desafíos de informalidad, envejecimiento y subsidios asistenciales amenazan la sostenibilidad fiscal y social.

México enfrenta un desafío estructural que amenaza tanto sus finanzas públicas como la cohesión social: la crisis del sistema de pensiones. Con un PIB proyectado en torno a los 36 billones de pesos para 2025 y presiones fiscales en aumento, el gasto en pensiones se perfila como una bomba de tiempo. Los datos del Consejo Nacional de Población confirman que en 2025 hay alrededor de 17 millones de adultos mayores de 60 años, cerca del 13 % de la población total, proporción que se duplicará hacia 2050. Esta transición demográfica, combinada con la elevada informalidad laboral y los crecientes subsidios asistenciales, pone al país en una trayectoria insostenible.

El problema es doble. Por un lado, el envejecimiento reduce la base de cotizantes: para 2030, los adultos mayores igualarán o incluso superarán a los menores de 15 años, con proporciones cercanas al 15 % en ambos grupos. Esto debilita el ratio de trabajadores activos por pensionado, que ya cae por debajo de 3:1 en sectores clave. Por otro lado, la informalidad, que afecta a más de la mitad de la fuerza laboral, impide que millones acumulen las semanas mínimas de cotización. Solo una minoría logra pensiones contributivas viables, mientras que la mayoría dependerá de transferencias asistenciales. Las reformas de 2020, que elevaron aportaciones patronales de forma gradual hasta el 15 % en 2030, fueron un avance, pero insuficiente: aun con esos cambios, las tasas de reemplazo para los trabajadores formales siguen siendo limitadas, en muchos casos cercanas al 55-60 %, y mucho menores para quienes enfrentan interrupciones laborales o retiros anticipados.

La fragmentación institucional profundiza las inequidades. Regímenes de beneficio definido heredados de décadas pasadas, como el IMSS pre-1997 o el ISSSTE, otorgan prestaciones con un alto costo fiscal, mientras que los sistemas de cuentas individuales dependen del ahorro personal y de la volatilidad de los mercados. Esto genera una brecha generacional cada vez más evidente: los mayores disfrutan subsidios implícitos, mientras millennials y Gen Z se enfrentan a un retiro precario y a un horizonte de pobreza en la vejez. Estudios académicos sobre la viabilidad del sistema han documentado cómo las llamadas “jubilaciones doradas” en organismos como CFE, PEMEX, Banco de México e IMSS-patrón absorben recursos cuantiosos y profundizan desigualdades, debilitando la sostenibilidad del sistema y minando la confianza en el contrato social.

El impacto fiscal ya es crítico. En el Presupuesto de Egresos 2025, las pensiones absorben 2.16 billones de pesos, equivalentes al 23.5 % del gasto público y cerca del 6 % del PIB, superando a rubros esenciales como educación y salud. Para 2026, las proyecciones oficiales estiman que el gasto superará los 2.3 billones de pesos, lo que mantiene una trayectoria ascendente. Algunos análisis advierten que, de no realizarse reformas estructurales, las pensiones podrían terminar absorbiendo más del 70 % del gasto social prioritario, aunque esa cifra debe tomarse como una estimación y no como un dato oficial cerrado.

La presión asistencial de corto plazo es innegable. En 2025, la Pensión para el Bienestar de los Adultos Mayores entrega 6,200 pesos bimestrales a personas de 65 años o más, con más de 12 millones de beneficiarios; además, el programa Mujeres Bienestar otorga 3,000 pesos bimestrales y desde agosto de 2025 comenzó a incorporar a mujeres de 60 a 62 años. Estos apoyos cumplen una función social esencial, pero consolidan una carga fiscal creciente. En paralelo, el Fondo de Pensiones para el Bienestar, diseñado para complementar pensiones bajas hasta un tope de 17,364 pesos mensuales, recibió en 2024 cerca de 44,800 millones de pesos, pero utilizó menos del 8 % en complementos efectivos, destinando la mayoría a devoluciones. Su alcance real fue de apenas 0.1 % de pensionados y, sin nuevas fuentes de financiamiento, su sostenibilidad está en entredicho.

El tiempo apremia. Sin ajustes estructurales —armonizar regímenes, elevar gradualmente la edad de retiro, fortalecer el ahorro voluntario e imponer reglas fiscales claras para los pasivos actuariales—, México enfrentará en menos de una década un escenario en el que la mayoría de la población recibirá pensiones insuficientes y el Estado estará fiscalmente asfixiado. La disyuntiva no es ideológica, sino pragmática: actuar ahora con visión de Estado o asumir un costo social y político de magnitud. El futuro del país depende de decisiones que equilibren equidad y sostenibilidad.

El espejo mexicano deja una lección incómoda para Colombia. Tanto allá como aquí, la informalidad laboral, el envejecimiento demográfico y la fragmentación de regímenes crean presiones que ningún subsidio asistencial podrá resolver de fondo. La ampliación de transferencias, en gran medida diseñadas como herramientas populistas y de alto rédito político, carece de un verdadero respaldo actuarial y solo traslada la carga a generaciones futuras. El reto común es abandonar la lógica cortoplacista y construir un sistema sostenible, con reglas claras y financiamiento responsable, antes de que la factura social se vuelva impagable.


Nota del Autor

La información contenida en este Resumen Económico Semanal se fundamenta en fuentes públicas consideradas confiables y tiene como único propósito ofrecer un análisis general de coyuntura para los lectores. Este documento no constituye una oferta, invitación, recomendación ni asesoría personalizada para la compra, venta o mantenimiento de instrumentos financieros, conforme a lo establecido en el artículo 2.40.1.1.2 del Decreto 2555 de 2010.

Las fuentes utilizadas incluyen informes oficiales, publicaciones de entidades nacionales e internacionales, y bases de datos de mercado de acceso público. Este material no reproduce ni distribuye contenido protegido sin la debida autorización o cita correspondiente, y se acoge a los principios de uso legítimo de la información con fines analíticos y educativos.

Las opiniones, proyecciones y análisis aquí presentados son exclusivamente del autor y no reflejan necesariamente las posturas de entidades públicas o privadas con las que mantenga vínculo profesional o académico. Tales opiniones están sujetas a cambios sin notificación previa, de acuerdo con la evolución de los hechos económicos y financieros.

Las inversiones en mercados financieros conllevan riesgos inherentes, incluidos posibles pérdidas parciales o totales de capital invertido. En consecuencia, se recomienda a los lectores realizar su propio análisis independiente y, de ser necesario, acudir a asesores financieros idóneos y debidamente certificados antes de tomar decisiones con impacto económico.

El autor no garantiza la exactitud, suficiencia o idoneidad de la información contenida en este resumen, ni asume responsabilidad por errores, omisiones o interpretaciones derivadas de su uso, ni por pérdidas o daños, directos o indirectos, que resulten de decisiones tomadas con base en este contenido.

Enrique Ariza

Comentar

Clic aquí para comentar

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.