Resumen Económico de la Semana del 04 al 08 de Agosto de 2025

Resumen Ejecutivo

La primera semana de agosto estuvo marcada por tensiones comerciales de alto impacto, señales mixtas en la macroeconomía y movimientos estratégicos en la política monetaria y diplomática global. En Estados Unidos, el endurecimiento arancelario de Donald Trump contra India y el inesperado bloqueo a las importaciones de oro alteraron la liquidez del mercado y elevaron la prima en el Comex. Europa combinó avances diplomáticos y apoyos financieros a Ucrania con la prudencia monetaria del Banco de Inglaterra ante una inflación persistente. En Asia, China reforzó su posición externa pese a riesgos deflacionarios, mientras Japón corrigió tensiones arancelarias con Washington en medio de un debate interno sobre tasas. México y Brasil registraron alivio inflacionario pero enfrentan amenazas proteccionistas desde EE. UU. En Colombia, la desinflación avanza con fricciones en alimentos y un debate interno sobre el balance entre control de precios y reactivación, en un entorno fiscal más exigente.

El informe cierra con la columna “Deuda que mengua credibilidad: el mensaje del BIS 2025 para América Latina”, un análisis crítico sobre la urgencia de recuperar la disciplina fiscal como ancla de confianza, evitando que la pérdida de credibilidad se convierta en el detonante de la próxima crisis.

Estados Unidos

La primera semana de agosto transcurrió sin un catalizador único que dictara el rumbo de los mercados, aunque la agenda comercial y geopolítica volvió a marcar el compás. El 7 de agosto entró en vigor la nueva ronda de aranceles aprobada por la Casa Blanca tras un mes de negociaciones con varios socios, en un movimiento que escaló con la decisión de Donald Trump de elevar hasta el 50 % los gravámenes a India, sumando un incremento adicional del 25 % al ya vigente. El argumento oficial se centró en castigar las compras de crudo ruso, en plena guerra en Ucrania, mientras Nueva Delhi calificó la medida de “injusta” y defendió que su política energética obedece a criterios de mercado y a la seguridad de 1.400 millones de habitantes. La decisión coincidió con la visita a Moscú del enviado especial Steve Witkoff, en un intento de explorar una salida negociada al conflicto.

El frente arancelario tuvo una derivada inesperada en el mercado de metales preciosos, cuando la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) clasificó las barras de oro de un kilogramo y 100 onzas como “semi-manufacturadas” y no como metal en bruto, dejándolas sujetas a tarifas recíprocas como el 39 % que rige para varios bienes suizos. La medida paralizó envíos desde Suiza, principal proveedor de oro a Estados Unidos, y llevó a refinerías en Asia y Europa a suspender entregas a la espera de mayor claridad. En Nueva York, los futuros de oro tocaron máximos históricos con una prima superior a 100 dólares por onza frente al spot de Londres, reflejo de la preocupación por un posible desabastecimiento. Aunque la diferencia se moderó tras rumores de una orden ejecutiva que corrija lo que algunos consideran un error técnico, el episodio puso en entredicho la liquidez del contrato Comex y amenazó con distorsionar un comercio que ha sido históricamente estable.

En paralelo, se reavivó el debate jurídico sobre la legalidad de la política arancelaria de Trump. El Tribunal de Comercio Internacional había anulado en mayo, con efecto inmediato, todas las órdenes emitidas desde enero, fallo que fue suspendido por el Tribunal de Apelaciones. Ahora, una corte federal evalúa si la Casa Blanca ha excedido las facultades que le otorga la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional de 1977. El propio Trump advirtió que revertir las medidas podría desencadenar una crisis comparable a la Gran Depresión, mientras analistas como Alan Wolff del Peterson Institute advierten que una eventual anulación implicaría un complejo proceso para reembolsar aranceles ya pagados.

En el plano macroeconómico, la semana trajo un repunte notable de la productividad no agrícola, que creció 2,4 % anualizado en el segundo trimestre frente a la contracción de 1,8 % del periodo previo, superando además las expectativas del mercado. Este avance redujo el aumento de los costes laborales unitarios a 1,6 % y alivia parte de las presiones inflacionarias derivadas de los salarios, reforzando las apuestas a un recorte de tasas en septiembre. El mercado laboral, no obstante, mostró signos de enfriamiento, con un leve aumento en las solicitudes semanales de subsidio por desempleo y datos de nóminas más débiles.

En el ámbito político, Trump anunció la nominación de Stephen Miran, presidente del Consejo de Asesores Económicos, para cubrir temporalmente la vacante en la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal tras la renuncia de Adriana Kugler. Crítico de la política expansiva aplicada durante la pandemia y defensor de un enfoque pro-crecimiento con recortes agresivos de tasas, Miran es percibido como un contrapeso interno a Jerome Powell y podría influir en la reunión del FOMC del 16 y 17 de septiembre, donde se anticipa el primer ajuste monetario a la baja desde diciembre de 2024.

En el frente diplomático, el presidente confirmó que se reunirá con Vladimir Putin el 15 de agosto en Alaska para discutir un posible acuerdo de paz en Ucrania, una cita que Moscú calificó como “lógica” por la proximidad geográfica y la relevancia estratégica del lugar. El anuncio, junto con la invitación al nuevo presidente de PoloniaKarol Nawrocki, a una reunión en la Casa Blanca en septiembre, dibuja una agenda exterior activa que podría redefinir alianzas y tensiones en los próximos meses.

En conjunto, la semana dejó un balance mixto: una economía que muestra resiliencia en productividad pero señales de enfriamiento laboral, un frente comercial marcado por decisiones arancelarias de alto impacto y un horizonte geopolítico que combina riesgo y oportunidad. El dato de inflación de julio, que se publicará en los próximos días, será decisivo para confirmar si la Reserva Federal cuenta con el margen político y económico necesario para iniciar el ciclo de recortes antes de que concluya el trimestre.

 

Europa

La Eurozona inició agosto con un tono más optimista, apoyado en los sólidos resultados corporativos y en el avance de las gestiones diplomáticas para la resolución del conflicto entre Ucrania y Rusia. Este clima de confianza se reflejó en las bolsas europeas, aunque la política comercial global, marcada por la ofensiva arancelaria de Donald Trump, continúa siendo un factor de riesgo latente para la región.

En Francia, el número de desempleados aumentó en 29.000 personas en el segundo trimestre de 2025, alcanzando los 2,4 millones, según datos de Insee. La tasa de paro se mantuvo en 7,5 % de la población activa, tras una revisión al alza de las cifras del primer trimestre (+0,1 pp), mientras el desempleo juvenil descendió 0,2 pp hasta un 19,0 %.

En paralelo, los 27 Estados miembros de la Unión Europea aprobaron el desembolso de 3.200 millones de euros en apoyo macrofinanciero a Ucrania, como parte del fondo de 50.000 millones de euros destinado a sostener las finanzas públicas de Kiev hasta 2027. Esta ayuda, ligada a reformas estructurales en materia fiscal, gobernanza empresarial, energía y desminado, se desembolsará trimestralmente y condicionada al cumplimiento de objetivos vinculados al proceso de adhesión de Ucrania a la UE.

En el Reino Unido, el Banco de Inglaterra (BoE) recortó su tipo de referencia en 25 p. b., hasta 4,00 %, en una decisión ajustada que requirió una segunda votación por primera vez en su historia: cinco miembros del Comité de Política Monetaria votaron por la reducción, cuatro por mantenerla y uno por un recorte mayor de 50 p. b. Desde el inicio del ciclo de bajadas en agosto de 2024, el BoE acumula –125 p. b., frente a los –200 p. b. aplicados por el BCE en el mismo periodo. El programa de reducción de tenencias de bonos del Estado se mantiene en 100.000 millones de GBP anuales, con un saldo actual de 586.000 millones de GBP.

La autoridad monetaria británica enfrenta un dilema complejo: la inflación interanual se situó en +3,6 % en junio (vs +2,6 % en marzo) y podría alcanzar +4,0 % en septiembre, presionada por los precios de los alimentos y el riesgo de efectos de segunda ronda. Al mismo tiempo, el mercado laboral muestra señales de enfriamiento, con la tasa de paro en 4,7 % en mayo, frente al 4,1 % de agosto de 2024, en parte por el impacto de las tensiones comerciales con EE. UU. y la subida de impuestos incluida en la reforma fiscal de Rachel Reeves. El gobernador Andrew Bailey subrayó que el proceso de relajación monetaria seguirá siendo gradual y prudente, con un próximo recorte previsto en diciembre de 2025 y otro en el segundo trimestre de 2026, lo que situaría la tasa terminal en 3,50 %.

En conjunto, Europa combina un frente continental con señales de resiliencia y apoyos fiscales externos, frente a un Reino Unido que opta por la prudencia monetaria en un contexto de inflación persistente y tensiones comerciales globales. El balance sugiere que el margen de estímulo seguirá limitado hasta que exista mayor visibilidad sobre la moderación de los precios y el impacto real de los aranceles estadounidenses.

 Asia

En China, el superávit por cuenta corriente alcanzó un récord de US$ 135.100 millones en el segundo trimestre de 2025, impulsado por un repunte en las exportaciones y una reducción de las importaciones. El dato refuerza la posición externa del país a pesar de las tensiones derivadas del sector inmobiliario y de las presiones arancelarias impuestas por Estados Unidos. La agencia S&P Global ratificó la calificación crediticia en A+, respaldada por un sólido estímulo fiscal y por la capacidad del gobierno para sostener el crecimiento a mediano plazo. No obstante, el Índice de Precios al Productor (IPP) registró en julio una caída interanual del 3,6 %, reflejo de la debilidad de la demanda interna y de un exceso de capacidad productiva que sigue presionando a la baja los precios a puerta de fábrica.

En Japón, el gobierno recortó su pronóstico de crecimiento para 2025 a 0,7 %, afectado por el impacto de los aranceles y una inflación que persiste por encima de las metas oficiales. Sin embargo, Tokio alcanzó un acuerdo con Washington para ajustar los aranceles superpuestos y corregir un error que había excluido al país de las recientes medidas de alivio arancelario. El ministro de Economía, Finanzas y Renovación, Ryosuke Akazawa, confirmó que Estados Unidos se comprometió a modificar el decreto presidencial y reembolsar los gravámenes cobrados en exceso desde el 7 de agosto, fecha en la que entró en vigor el nuevo esquema recíproco. La exclusión había elevado la carga fiscal sobre varios productos japoneses hasta niveles superiores al 22 %, cuando el acuerdo bilateral preveía un techo del 15 %.

La corrección incluirá también una orden ejecutiva para reducir los aranceles a la importación de automóviles japoneses, una demanda histórica de Tokio. Aunque no se definió un calendario preciso, Akazawa aseguró que la rectificación no tardará “ni medio año ni un año”, reconociendo la urgencia de resolver el problema. A pesar de la ausencia de un documento conjunto firmado en julio, el ministro defendió que priorizar la aplicación inmediata del acuerdo evitó que los productos japoneses enfrentaran un gravamen del 25 %, un escenario que habría resultado aún más oneroso.

En el ámbito monetario, las actas del Banco de Japón (BoJ) revelaron divisiones internas sobre el momento y el ritmo de las futuras subidas de tasas. Mientras algunos miembros abogan por un ajuste gradual para evitar frenar la recuperación, otros consideran necesario actuar con mayor firmeza para contener las presiones inflacionarias. La incertidumbre monetaria, sumada a las fricciones comerciales con EE. UU., añade volatilidad a las perspectivas de inversión y crecimiento del país.

En conjunto, Asia enfrenta un escenario mixto: China muestra fortaleza externa pero arrastra debilidad industrial y riesgos deflacionarios, mientras Japón gestiona un frente diplomático y comercial sensible con Estados Unidos, en paralelo a un debate interno sobre el rumbo de su política monetaria. Las negociaciones bilaterales y las decisiones de los bancos centrales serán determinantes para calibrar el impacto de los aranceles y sostener la confianza en la región durante los próximos trimestres.

México y Brasil

En México, el Banco de México (Banxico) redujo su tasa de referencia en 25 p. b., situándola en 7,75 %, decisión sustentada en la moderación de la inflación y en la necesidad de apoyar la actividad económica en un contexto de tensiones comerciales globales. En julio de 2025, la inflación general se ubicó en 3,51 % anual, por debajo del 4,32 % registrado en junio, devolviendo el “semáforo de inflación” al rango objetivo de 3 % ± 1 % tras dos meses consecutivos por encima del límite superior. La inflación subyacente, en 4,23 % anual, apenas varió frente a junio (4,24 %), con un alza sostenida en las mercancías (4,02 %) y un incremento en los servicios (4,44 %). En contraste, la inflación no subyacente cayó a 1,14 %, con fuertes descensos en frutas y verduras (–12,10 %) y aumentos de doble dígito en pecuarios (10,29 %).

A pesar de un crecimiento económico ligeramente más firme en el segundo trimestre, el panorama sigue condicionado por la imposición de nuevos aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio mexicanos, que añaden presión a las exportaciones manufactureras. La política monetaria se perfila hacia un ciclo gradual de recortes adicionales, condicionado a que la inflación continúe convergiendo hacia la meta y a que las tensiones comerciales no escalen.

En Brasil, el clima económico está marcado por la incertidumbre derivada de los aranceles del 50 % impuestos a sus exportaciones, que han generado inquietud en el sector productivo. Sin embargo, la expectativa de un paquete de contingencia por parte del gobierno y las negociaciones para obtener exenciones han contenido parcialmente el pesimismo. En el frente interno, las ventas de autos nuevos y la producción industrial repuntaron, aunque la  Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos revisó a la baja sus proyecciones de ventas para 2025, anticipando un cierre de año menos dinámico. La inflación al productor encadenó en junio su quinta caída mensual consecutiva, reflejando la moderación de los costos industriales en un contexto de demanda interna todavía moderada.

En conjunto, México y Brasil comparten un escenario de alivio inflacionario, pero enfrentan amenazas externas por la escalada de medidas proteccionistas en Estados Unidos. Mientras México avanza hacia una política monetaria más acomodaticia, Brasil busca blindarse ante choques comerciales externos sin comprometer la recuperación interna. La sostenibilidad de estas trayectorias dependerá de la evolución de las negociaciones arancelarias y del margen de maniobra fiscal y monetaria que cada país logre preservar en el segundo semestre.

Colombia

Inflación y precios

En julio de 2025, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) registró una variación mensual de 0,28%, manteniendo un patrón de moderación en el ritmo de aumentos, aunque con presiones persistentes en rubros esenciales. Alimentos y bebidas no alcohólicas (+0,82%), salud (+0,39%) y restaurantes y hoteles (+0,35%) lideraron las alzas, con incrementos notorios en frutas frescas, cebolla, café y hortalizas. Las mayores contribuciones negativas provinieron de papas (-6,82%), gas (-1,19%) y arroz (-0,73%).

En el acumulado enero–julio, la inflación llegó a 4,02%, con educación, alimentos, restaurantes y transporte por encima de ese promedio. En términos anuales, el IPC se situó en 4,90%, con siete divisiones de gasto superando la media nacional. El análisis por niveles de ingreso mostró que los hogares de mayores ingresos registraron la inflación más alta (5,13%), mientras que los de menores ingresos se ubicaron por debajo del promedio.

El Informe de Política Monetaria del Banco de la República ajustó al alza sus proyecciones: la inflación total cerraría 2025 en 4,7% (previo: 4,4%) y la básica en 4,2% (previo: 3,9%). La convergencia a la meta del 3% se desplazaría hasta 2027, con un escenario que descuenta una desaceleración gradual de los precios de alimentos en 2026, siempre que el ajuste del salario mínimo no supere significativamente la inflación más productividad.

En el ámbito productor, el Índice de Precios al Productor (IPP) creció 0,25% mensual en julio, impulsado por productos agrícolas como hortalizas y frutas. En lo corrido del año, el indicador acumula una caída de 1,01%, y en el comparativo anual muestra un aumento de 2,20%, con agricultura y manufacturas al alza, y minería en contracción.

Política monetaria

En su reunión de julio, la Junta del Banco de la República mantuvo la tasa de interés en 9,25%, con cuatro votos a favor, dos por un recorte de 50 puntos básicos y uno por una reducción de 25 puntos básicos. La mayoría argumentó que la inflación básica se estancó en 4,8% y que las expectativas para 2025 y 2026 no han cedido, advirtiendo que un incremento sustancial del salario mínimo podría dificultar la convergencia a la meta.

Los partidarios de recortes más agresivos defendieron la necesidad de impulsar la actividad económica, señalando que la tasa real es de las más altas de la región y que la trayectoria de inflación respalda un mayor alivio monetario. El disenso refleja un balance delicado entre control de precios y reactivación, en un contexto fiscal restrictivo y con riesgos de aumento en la prima de riesgo.

Sector externo y producción

Las exportaciones colombianas crecieron 2,6% anual en junio, hasta US$3.959 millones, impulsadas por agropecuarios, alimentos y bebidas (+35,6%), especialmente café y flores. En contraste, los combustibles cayeron 16,9% por menores ventas de petróleo y carbón. En el acumulado semestral, las ventas externas avanzaron 1,6%, con un repunte destacado en café (+82,7%) y aceite de palma (+64,1%).

En julio, la producción de café alcanzó 1,37 millones de sacos, máximo en una década para este mes y 19% más que en 2024, debido al desplazamiento de la cosecha principal por condiciones climáticas atípicas. Las exportaciones cafeteras crecieron 12% interanual, mientras que los inventarios internos se incrementaron, apuntando a un segundo semestre más moderado por ajustes en floración.

En el arroz, Induarroz alertó sobre riesgos derivados del nuevo régimen de libertad regulada para el paddy verde, que fija precios mínimos superiores al mercado, lo que podría incentivar sobreoferta, elevar precios al consumidor y generar distorsiones competitivas, en línea con advertencias de la Superintendencia de Industria y Comercio.

Entorno fiscal y jurídico

El ministro de Hacienda presentó ante la Corte Constitucional una demanda de inconstitucionalidad contra la Ley 2468 de 2025, que modifica el funcionamiento del Fondo Nacional de Pensiones de las Entidades Territoriales (FONPET). El Gobierno argumenta que la norma vulnera principios constitucionales, compromete la sostenibilidad financiera del sistema pensional, impone cargas fiscales retroactivas a las entidades territoriales y limita recursos para el pago de nómina de pensionados. Según las proyecciones oficiales, la obligación de aporte del 10% de los Ingresos Corrientes de Libre Destinación podría implicar un gasto adicional de $3,6 billones anuales, con un impacto acumulado retroactivo superior a $49 billones.

Perspectivas macroeconómicas

El Fondo Monetario Internacional proyecta que Colombia crecerá 2,5% en 2025, apoyada por una flexibilización parcial de la política fiscal y un consumo privado resiliente. Sin embargo, advierte que el déficit fiscal total cerraría este año en 7,1% del PIB y que la deuda bruta supera el 61% del PIB, lo que exige disciplina en el mediano plazo. La inflación convergería gradualmente a la meta del 3% hacia 2027, siempre que se mantenga una política monetaria prudente y que no se materialicen choques externos severos.

El FMI resaltó la solidez del sistema financiero y la mejora en reservas internacionales, pero subrayó riesgos externos como tensiones geopolíticas, deterioro de términos de intercambio y políticas migratorias más estrictas en países receptores. A nivel interno, la incertidumbre sobre reformas sigue limitando la inversión privada.

En conjunto, los indicadores de julio revelan una economía que avanza en la desinflación, aunque con fricciones persistentes en alimentos y servicios que podrían condicionar la trayectoria hacia la meta del 3%. El debate en el Banco de la República refleja un equilibrio delicado entre preservar la credibilidad antiinflacionaria y apoyar la reactivación, mientras que el frente fiscal enfrenta tensiones crecientes por mayores déficits, demandas judiciales y nuevas obligaciones territoriales. El impulso exportador en agroindustria ofrece un contrapeso parcial a la caída en combustibles, pero el entorno externo e interno exige coordinación fina de políticas para evitar que las presiones de costos, el riesgo país y la incertidumbre sobre reformas frenen el crecimiento proyectado para 2025-2026.

Renta Variable

Los mercados estadounidenses cerraron la semana con un marcado sesgo alcista, impulsados por la percepción de un giro en la Reserva Federal y por un sólido flujo de resultados del bloque AI/mega-cap. El S&P 500 avanzó 2,4 % s/s hasta 6.389,45, el Dow Jones ganó 1,3 % hasta 44.175,61 y el Nasdaq Composite repuntó 3,9 % hasta 21.450,02, alcanzando su mejor semana en más de un mes. El anuncio de la salida de Adriana Kugler del Directorio de la Fed (efectiva el 8 de agosto) y la nominación de Stephen Miran como reemplazo temporal reforzaron las expectativas de recortes de tasas ya en septiembre, catalizando subidas en tecnología. Destacó Apple con un avance cercano al 13 %, su mejor desempeño semanal desde 2020, y Palantir, que superó los US$ 1.000 millones en ingresos y acumuló una ganancia del 21 %. La publicación del ISM de servicios en 50,1, junto con un subíndice de precios en máximos desde 2022, generó volatilidad intradía por el temor a presión sobre márgenes, aunque el optimismo por recortes y resultados corporativos retomó el control.

En Europa, las bolsas repuntaron en un contexto de especulación sobre un posible acuerdo entre EE. UU. y Rusia para poner fin a la guerra en Ucrania, lo que provocó retrocesos en el sector defensa. El Eurostoxx 50 subió 0,3 %, el CAC 40 ganó 0,4 % y el IBEX 35 marcó máximos históricos con un alza de 0,9 %, mientras el DAX y el FTSE 100 cerraron planos. A nivel corporativo, Bayer retrocedió 8,55 % tras presentar resultados semestrales mixtos que decepcionaron a los inversores, borrando parte del rebote acumulado desde inicios de año.

En Asia, el comportamiento fue mixto. El Nikkei japonés subió 1,85 % gracias a resultados corporativos positivos, mientras el TOPIX avanzó 1,2 %. En contraste, el CSI 300 chino cayó 0,24 %, el Hang Seng de Hong Kong perdió 0,89 % y el KOSPI surcoreano retrocedió 0,55 %.

En Colombia, el MSCI Colcap subió 1,59 % hasta 1.803 puntos, impulsado por el sector eléctrico y energético. Celsia lideró las ganancias con un avance de 4,03 %, seguida por ISA (+3,77 %), Terpel (+2,98 %) y  PF Cibest (+2,86 %), este último como el título con mayor volumen negociado. Ecopetrol retrocedió 0,57 % pese a reportar su mayor producción en una década durante el 2T25, mientras Canacol (–7,64 %), Grupo Argos (–2,47 %) y Nutresa (–0,77 %) figuraron entre los principales perdedores. La recompra de Nutresa a COP 130.000 y el sesgo risk-on regional, alimentado por expectativas de recortes de la Fed, respaldaron la demanda por bancos y cíclicas locales.

En conjunto, la renta variable global cerró la semana con un tono positivo dominado por el repunte tecnológico en EE. UU., el optimismo geopolítico en Europa y selectivos avances en Asia. En América Latina, la mejora en el apetito por riesgo y factores corporativos específicos sostuvieron el desempeño de los principales índices, aunque persiste la cautela por la volatilidad de las materias primas y la evolución de las tensiones comerciales.

Renta Fija

En el mercado local, la curva de TES Tasa Fija presentó un comportamiento mixto. Predominaron las valorizaciones en los tramos largos y medios, con caídas relevantes en noviembre 2025 (–47,3 pbs), octubre 2050 (–37,0 pbs), octubre 2034 (–33,7 pbs), septiembre 2036 (–28,7 pbs) y julio 2046 (–25,3 pbs). En contraste, agosto 2026 repuntó con fuerza (+37,0 pbs) y noviembre 2027 se mantuvo prácticamente estable (+1,9 pbs), mientras abril 2028 retrocedió apenas (–0,5 pbs). El tono más restrictivo del Informe de Política Monetaria (IPM) del Banco de la República —que elevó la proyección de inflación 2025 a cerca de 4,7 % y sugirió tasas altas por más tiempo— presionó la panza la curva, explicando el salto en AGO-26. Sin embargo, las minutas que confirmaron la pausa en 9,25 %  anclaron el corto plazo y favorecieron compras de duración, mientras la cautela previa al IPC de julio limitó mayores rallies en los tramos intermedios.

En el plano internacional, los Tesoros de Estados Unidos registraron un alza moderada en rendimientos, con el 2 años en +8,1 pbs, el 10 años en +6,7 pbs y el 30 años en +2,7 pbs, afectados por un ciclo de subastas de 3a/10a/30a con débil demanda que elevó la prima por duración. El movimiento fue moderado por el ISM de servicios en 50,1 y la SLOOS que mostró condiciones crediticias más estrictas. El bono a 10 años cerró en 4,28 %, en un contexto de pérdidas generalizadas y empinamiento de la curva, presionado por ventas técnicas en futuros y por el efecto rezagado de subastas por US$ 125.000 millones.

En Europa, los bonos gubernamentales cerraron con pérdidas, con el bund  a 10 años subiendo 6 pbs hasta 2,69 %, tras un ajuste en las expectativas de recortes del BCE, que ahora descuentan solo 12 pbs adicionales para este año. Los gilts británicos también cedieron, después de que el economista jefe del BoE advirtiera que el ciclo de recortes podría desacelerarse.

En la jornada final de la semana, la curva de TES en pesos mostró desvalorizaciones generalizadas, con alzas en tasas entre +7,0 pbs y +29,8 pbs, lideradas por los vencimientos de 2025 y seguidas por los tramos largos, manteniendo prácticamente inalterada la estructura de la curva y ampliando marginalmente el spread 2s10s. En contraste, los TES UVR volvieron a valorizarse con descensos de tasas entre –7,0 pbs y –1,6 pbs, en la sesión previa a la publicación del dato de inflación. En el frente de deuda pública, el Ministerio de Hacienda adquirió en julio COP 10,51 billones en TES, ampliando las compras de junio (COP 3,87 billones) dentro de su estrategia de manejo de pasivos, que contempla operaciones de repo internacionales por el equivalente a US$ 10.000 millones.

En conjunto, la renta fija local se movió al compás de un balance delicado entre la lectura más restrictiva del Banco de la República y las expectativas de estabilidad monetaria en el corto plazo, mientras en el exterior las presiones por oferta de deuda y ajustes en expectativas de recortes dominaron la dinámica, manteniendo a los inversionistas atentos a los próximos datos de inflación y a la evolución de las curvas soberanas.

Divisas

En la semana del 4 al 8 de agosto de 2025, el dólar estadounidense cedió terreno a nivel global, con el DXY retrocediendo –0,9 %  tras la salida de Adriana Kugler de la Junta de la Reserva Federal y la nominación temporal de Stephen Miran. El mercado interpretó el movimiento como un aumento en la probabilidad de recortes de tasas ya en septiembre, lo que debilitó al billete verde y reforzó el apetito por monedas de mayor riesgo.

Entre las divisas desarrolladas, el euro avanzó 0,5 %, apoyado en el Boletín Económico del BCE, que mantuvo tipos sin cambios y reiteró su objetivo de inflación en 2 % con un enfoque data-dependent. La libra esterlina se apreció 1,3 % tras el denominado hawkish cut del BoE —recorte de 25 p. b. a  4,00 %, votación 5-4— que moderó expectativas de futuros ajustes pero mantuvo la percepción de política restrictiva. El franco suizo ganó 0,5 % pese a la incertidumbre generada por el arancel estadounidense del 39 % sobre exportaciones suizas, incluido el oro. El yen japonés avanzó 0,2 % después de que el BoJ dejara abierta la posibilidad de retomar subidas de tasas más adelante.

En los emergentes, el real brasileño (+1,9 % vs USD) se fortaleció a pesar de que el Banco Central de Brasil señaló que el ciclo de alzas quedó “interrumpido” tras llevar la Selic a 15 %. El peso mexicano (+1,5 % vs USD) extendió ganancias gracias al mayor descuento de recortes de la Fed y a un contexto externo favorable. El peso chileno (+0,3 % vs USD) encontró soporte en el IPC de julio, que sorprendió al alza (0,9 % m/m), y en la recuperación del cobre. El peso colombiano (+1,9 % vs USD) se ubicó entre las monedas más fuertes del mundo en la semana, impulsado por el IPM del Banco de la República (tasa estable en 9,25 %) y un tono regional positivo hacia el riesgo.

En términos técnicos, el dólar se aproxima al soporte clave de 98,00, acumulando pérdidas semanales cercanas al 0,5 %, presionado por señales de enfriamiento laboral —nóminas débiles y solicitudes de subsidio por desempleo por encima de lo previsto— y por la incertidumbre política ante la eventual llegada de Christopher Waller a la presidencia de la Fed. La entrada en vigor de aranceles generalizados anunciados por Donald Trump alimenta la percepción de riesgo para la economía estadounidense, mientras los inversionistas esperan los datos de inflación para calibrar la trayectoria de la política monetaria.

En conjunto, la semana estuvo marcada por un retroceso global del dólar, apoyado en expectativas de flexibilización monetaria en EE. UU., un contexto externo favorable para emergentes y la resiliencia de varias monedas desarrolladas. La evolución del IPC estadounidense de julio y la reacción de la Fed serán determinantes para confirmar si el billete verde consolida una tendencia bajista en el corto plazo o recupera terreno frente a sus principales contrapartes.

Commodities

El petróleo cerró la semana con su peor desempeño desde junio, presionado por señales de oferta holgada y un entorno geopolítico incierto. El WTI cayó –5,1 %  y el Brent –5,0 %, afectado por el aumento de producción de la OPEP+ en julio, liderado por EAU y Arabia Saudita, y por la decisión del cartel de adelantar el levantamiento de recortes, lo que añadiría más de 2,2 millones de barriles diarios al mercado antes de septiembre. En EE. UU., el reporte semanal de la EIA mostró una caída de cerca de 3 millones de barriles en inventarios de crudo y descensos en gasolina, datos que ofrecieron soporte intradía al WTI pero no cambiaron la tendencia bajista. La expectativa de la reunión entre Donald Trump y Vladimir Putin añadió un componente de especulación, ante la posibilidad de cambios en sanciones y flujos de petróleo ruso hacia India y China.

En metales preciosos, el oro subió 1,0 %, beneficiado por los aranceles estadounidenses del 39 % a lingotes importados que tensaron el mercado, ampliaron el diferencial entre el contrato Comex y el spot de Londres, y reforzaron su atractivo como activo refugio. La plata ganó 3,5 %, impulsada por una revisión al alza de precios por parte de HSBC y por una mayor demanda de cobertura. En cobre, el precio avanzó 0,8 % en un contexto de desarme del tariff trade y reacomodo de inventarios, con el spot en la LME en torno a US$ 9.684. Factores adicionales como la expectativa de recortes de tasas en EE. UU. y problemas de suministro en Chile también contribuyeron al alza.

En productos agrícolas, el trigo, el maíz y la soja iniciaron un rebote técnico en Chicago tras tocar mínimos recientes, apoyados por un repunte en la demanda externa. El trigo (contrato septiembre 2025) se ubicó en 520 centavos USD, mientras el maíz (contrato diciembre 2025) subió a 406 centavos USD. Los precios bajos previos han incentivado las compras internacionales, fortaleciendo las exportaciones estadounidenses en las últimas semanas.

En conjunto, el mercado de commodities enfrentó una dinámica divergente: el crudo retrocedió de forma abrupta por exceso de oferta y factores geopolíticos, mientras los metales y agrícolas mostraron resiliencia apoyados en fundamentos de demanda y expectativas monetarias. La volatilidad seguirá elevada en las próximas semanas, con el mercado atento a la evolución de la reunión Trump–Putin y a las proyecciones de crecimiento global que podrían redefinir el equilibrio entre oferta y demanda.

Deuda que mengua credibilidad: el mensaje del BIS 2025 para América Latina

La 95ª reunión anual del Banco de Pagos Internacionales (BIS), celebrada el 29 de junio de 2025 en Basilea, marcó un punto de inflexión para la política fiscal global. “The era of ultra-low interest rates has ended”, advirtió Agustín Carstens, gerente general del BIS. Una frase que condensa el mensaje central: la deuda pública barata ya no es una opción estructural para sostener el crecimiento, y persistir en ese modelo amenaza la estabilidad económica y financiera internacional.

En América Latina, esta advertencia adquiere un matiz urgente. Durante más de una década, gran parte de la región descansó en una arquitectura fiscal cada vez más frágil, respaldada por mercados internacionales complacientes y flujos de capital que hoy son más selectivos. El servicio de la deuda pública ya desplaza gasto en áreas estratégicas como infraestructura y educación, mientras se erosiona la credibilidad macroeconómica que antes actuaba como ancla.

Simultáneamente, la expansión de la deuda privada y corporativa a través de entidades no bancarias —fondos de inversión, fintechs, cooperativas— ha ganado peso en el sistema financiero regional. Si bien estas estructuras han democratizado el acceso al crédito, su rápida expansión y la ausencia de supervisión consolidada multiplican los riesgos sistémicos. El BIS advierte que, ante un shock externo o una salida abrupta de capitales, podrían actuar como catalizadores de una crisis de liquidez y contagio financiero.

La magnitud del desafío es global. La OCDE estima que la deuda pública mundial supera los USD 100 billones y que los costos de su servicio ya alcanzan entre el 3 % y 5 % del PIB en varias economías avanzadas. El FMI proyecta que, de mantenerse la tendencia, el endeudamiento público global podría acercarse al 100 % del PIB hacia 2030, elevando el riesgo de que la próxima crisis financiera se origine no en un evento externo, sino en la pérdida de confianza en la capacidad de pago de los Estados.

Para Colombia, las señales están sobre la mesa: activación de la cláusula de escape de la Regla Fiscal, mayor proporción de deuda en moneda extranjera, presiones crecientes sobre el gasto social y exposición significativa a tasas flotantes. No es casual que, aunque el informe del BIS no la mencione directamente, el mensaje sea plenamente aplicable: la deuda se vuelve insostenible no cuando se incumple, sino cuando deja de ser creíble.

En este contexto, la recomendación estratégica es clara: recuperar la disciplina fiscal como ancla de confianza, pero hacerlo de forma políticamente viable y socialmente legítima. Esto implica reformas estructurales que eleven la productividad, mejoren la eficiencia del gasto y amplíen la base tributaria a través de la formalización, evitando que el ajuste recaiga desproporcionadamente sobre los sectores más vulnerables. El margen de error es mínimo; la ventana de oportunidad, limitada. Ignorar esta advertencia no solo comprometería la estabilidad financiera, sino la propia gobernabilidad en la próxima década.

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Enrique Ariza

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